miércoles, 11 de marzo de 2009

LA BALADA DE MARIA ABDALA Y ALGUNOS RASGOS DEL REALISMO MAGICO: ¿MÁS DE LO MISMO?

A Juan Gossaín lo relacionan directamente con el oficio de periodista y comunicador nacional de la cadena RCN radio; en las mañanas, acompaña a los radioescuchas más fieles del programa “radio sucesos”. En el plano literario, se han hecho elogios a algunas de sus crónicas, que son interesantes para ciertos círculos intelectuales; sin embargo, si hablamos de él en el ámbito novelístico, es posible realizar ciertos cuestionamientos, en especial a La balada de María Abdala, obra que, desde su publicación, ha sido promocionada por los medios masivos de comunicación, y que llena las estanterías de lectores, convencidos mediáticamente de su genialidad. Lastimosamente, la novela, vista desde el campo académico, presenta bastantes carencias que la hacen ser un intento fallido del realismo mágico.

La novela narra la vida de María Abdala y algunos personajes que están íntimamente relacionados con ella, como son su esposo, sus hijos, vecinos, un compadre, entre otros; además, la producción hace énfasis en caracterizar a San Bernardo del Viento, el Macondo de Gossaín. Este pueblo, es bastante similar al mítico de García Márquez, solo que las situaciones y hechos difieren a fin de darle originalidad a la obra del periodista. Originalidad que, en cierta medida, no se percibe, pues en La balada se da cuenta de cómo fue creado el pueblo, se dan pinceladas de su historia y algunos pasajes de sus moradores en el presente de la narración, eso es, en el momento en el cual muere María Abdala. Lo particular de San Bernardo del Viento – frente al Macondo de García Márquez - es que este no desaparece, ni tampoco presenta un fin desastroso. Queda allí, a merced de nuevas historias.

Por otro lado, existe un personaje – narrador, el cual es un hijo de María Abdala, que reconstruye todo la vida de su madre y de los habitantes de San Bernardo. Desde lo indeterminado –está muerto, y por lo tanto es fiel testigo de los acontecimientos – cuenta algunos detalles de su vida como ser ausente, y al mismo tiempo, materializa los pensamientos de los allegados, en especial sus familiares. Esta técnica, vista con relación a otras en la literatura latinoamericana, encaja con la empleada por Juan Rulfo en Pedro Paramo, en la medida en que un muerto es partícipe fundamental de un relato agónico y mágico, acaecido en la grandiosa Comala.

Debemos ser vehementes en señalar que La balada de María Abdala no hace meritos suficientes por presentar una escritura autentica e interesante; más bien, adopta un tono muy Garciamarquiano en sus líneas. Algunos de los pasajes en los que parece rozar los límites de la imitación se pueden percibir en los siguientes parlamentos:

“Los viejos más viejos del pueblo, que se trasmitían las tradiciones de padres a hijos, dejando la noticia de que todo empezó un día sofocante de agosto, a mediados del siglo dieciocho” (Pág. 51)

“Después, con esos ronquidos de buque de vapor que distinguen su carácter, y que hacen estremecer las hojas en sus ramas, sucias las manos de sangre y mierda de palomas, mi madre confirmó que estaban muertas porque la miraban con los ojos abiertos, vidriosos y de reproche, acusándola de asesinato” (Pág. 146)

Gossaín intenta imprimirle una firmeza a los diálogos de sus personajes, más, lo que resulta de ello, son formulaciones endebles y carentes de contundencia; es casi imposible poder caracterizar a los personajes por medio de su voz. De hecho, los protagónicos, principales y secundarios, apenas si se dejan ver en toda su dimensión en un momento sublime: la muerte de María Abdala, la Úrsula de Gossaín. La mujer se convierte en la matrona de la novela, acaparando la atención del relato por su dureza, su capacidad organizativa, y su gran amor por los suyos.

En suma, la novela de Gossaín tiene pocos elementos mediante los que se pueda hablar de una pieza sobresaliente. El hecho de querer recrear la historia de un pueblo caribeño y de imprimirle cierto aire mítico a este y sus personajes, no alcanza para ser una obra valiosa dentro de la literatura colombiana; por el contrario, La balada de María Abdala se convierte en otra producción absorbida por Cien años de soledad, ceñida a sus directrices sustanciales y corre por ello el peligro de ser olvidada rápidamente. En definitiva, el estigma que ha perseguido a los escritores contemporáneos –tal como lo señala Luz Mary Giraldo– con el realismo mágico y García Márquez, se halla en esta novela de Gossaín.

Juan Carrillo A
juanelcaibg@gmail.com

Ficha del libro:
GOSSAIN, Juan. La balada de María Abdala. Bogotá. Editorial Planeta. 2003. Pág. 205

5 comentarios:

  1. esta muy repetido en "DE QUE LIBROS.COM" sean originales.

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Es claro que el texto lo escribí para este blog y no para la pagina que menciona. El plagio es de ellos, y puedo probarlo.

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  2. Si es atento revisara mi estilo escritural. Ellos toman lo que más le ha convenido. Lastimosamente, fue un acto irresponsable de ellos hacer eso sin consultar.

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