Los puristas alegarán que desde el título, la novela de Rigoberto Gil Montoya ha de ser otro espécimen de la literatura light; otros buscarán con ansiedad rastros de una caricatura de infancia; para los más jóvenes acaso la palabra con la que cerraba Condorito ya no les diga nada. Lo cierto es que con este título la novela del escritor pereirano merece por lo menos una inspección que revele la realidad de las expectativas.
La novela cuenta una historia elemental: un periodista descubre que un amigo de infancia – apodado Nando – está desaparecido, y decide buscar en varios testimonios y calles de Pereira, pistas sobre el caso. El conflicto no está tan solo en esa labor de espionaje, tan cara a algunos periodistas con ínfulas de detectives, sino que el protagonista termina enamorándose paulatinamente de Susana, la esposa del desaparecido. Las sensaciones se mezclan en el aprendiz de investigador porque sueña a la vez con el retorno de su amigo y con la posibilidad de tener a la mujer en la cama.
El tema de la narración burla la primera expectativa de los lectores frente al título, en tanto lejos está la historia de hacer reír a quien la repasa: por lo cercano a nuestra realidad nacional, y por la efectividad en ciertas descripciones y escenas, de la mano del narrador, el lector comienza a hacer conjeturas sobre el destino silencioso de quienes no se vuelve a saber nada. Desfilan entonces en la novela de Gil Montoya múltiples posibilidades de desaparición: quien huye porque ya no es feliz en su matrimonio o porque una deuda lo devora; quien en un arrebato de nihilismo echa todo al traste y vagabundea hasta la perdición; el aniquilado por el vicio y por supuesto aquel que, afectado por el infortunio, es raptado por la delincuencia común y vendido luego a un grupo irregular.
¿En cuál de esos casilleros puede ubicarse a Nando, el desaparecido de Plop? Responder a esta pregunta es uno de los anzuelos de la novela de Gil Montoya. Pero este tema crudo sirve además para confrontar los temores del lector, quien acaso se sienta devuelto a la realidad que, en el diario vivir, se torna invisible: la de la violencia del país. Es evidente que el narrador de Plop no camina los trajinados senderos del lenguaje testimonial, ni se desgasta en descripciones truculentas: su estrategia está más bien en crear una atmósfera de desespero y frustración, de un desconcierto frente a la desaparición repentina de un conocido, una atmósfera que en la novela va teniendo el carácter de la ubicuidad.
Esa atmósfera se morigera con el uso de múltiples voces, que van desde la narración chabacana en primera persona, hasta las reflexiones serias sobre las desapariciones, pasando por los artículos de prensa, los testimonios de billaristas, de una mujer desplazada y hasta de los personajes de las caricaturas. Pero pese a los constantes cambios de voces y focos, el tema de la desaparición sigue martillando en toda la obra: cada historia, cada capítulo- cada viñeta narrativa – no pierde la unidad que convoca a toda la novela, es decir, la suerte de un Nando que es solo recuerdo e interrogación y, consecuentemente, el destino de miles de compatriotas que por diferentes causas, tienen esa desesperante etiqueta de desaparecidos.
El periodista va recogiendo todas esas voces y trabaja sobre posibilidades de hallazgo de su amigo, mientras se acerca con duda a Susana. Luego de esos ejercicios paralelos – el de los asedios a una situación en la que cualquiera de nosotros puede caer, y el de conquista de la mujer – la novela desemboca en un final sorpresivo para muchos. ¿Un final de caricatura? Es mejor que lo juzguen otros lectores aunque yo no repararé en decirlo: cuando terminé de leerla, casi me voy de espalda.
Leonardo Monroy Zuluaga
Ficha del libro: Gil Montoya, Rigoberto. Plop. Bucaramanga: SIC editorial, 2004.
John Tresch. La razón de la oscuridad de la noche
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John Tresch.
*La razón de la oscuridad de la noche.*
Traducción de Damià Alou.
Anagrama. Barcelona, 2024.
*A principios de febrero de 1848, los periódi...
Hace 15 horas
Un libro bien interesante, escritor pereirano que buena novela....
ResponderEliminary porque te sorprendio tanto el final, lo unico que hiciste fue hacerme pensar que iba a ser bueno
ResponderEliminarpeliroja.
ResponderEliminarespero que el final sea tan interesante como toda la historia.