En mi cabeza se ha ganado un espacio un libro de mini cuentos que llegó a mis manos directamente de su autor en octubre pasado. Se que esto no es interesante, pero existe una particularidad, y es que después de muchos intentos, sólo hasta hace unos días fui capaz de concluirlo, y no porque lo haya olvidado, sino porque cada vez que lo cogía era imposible –eso es muy cierto- leer más de diez paginas seguidas. Tal vez todo se deba a una predisposición que ya existe en mi mente acerca de lo que debe tener un buen libro de mini cuentos: brevedad impactante, fugacidad, pero no la de fuga; la de fuego, de sorpresa, etc.
En un documento que cité en el escrito pasado del Blog se habla de algunas características cruciales para que un texto literario sea considerado mini ficción, – arte, si hablamos en términos más sinceros- y creo que en este libro de mini cuentos del doctor Fabio Martínez existe una carencia de muchas de estas características.
Veamos un ejemplo directo en uno de los “mini cuentos” que aparecen en el libro:
MUJERES DESENFRENADAS
Hay mujeres que les ponen el frenillo arriba para alinearles los dientes; hay otras que les ponen el frenillo abajo para controlarles los dientes. A estas últimas les llaman mujeres desenfrenadas.
En un documento que cité en el escrito pasado del Blog se habla de algunas características cruciales para que un texto literario sea considerado mini ficción, – arte, si hablamos en términos más sinceros- y creo que en este libro de mini cuentos del doctor Fabio Martínez existe una carencia de muchas de estas características.
Veamos un ejemplo directo en uno de los “mini cuentos” que aparecen en el libro:
MUJERES DESENFRENADAS
Hay mujeres que les ponen el frenillo arriba para alinearles los dientes; hay otras que les ponen el frenillo abajo para controlarles los dientes. A estas últimas les llaman mujeres desenfrenadas.
La verdad no entiendo cómo es que una creación de estas se atreve a destruir un árbol para ser una página entera de un libro de mini cuentos. Si bien es cierto que el humor es una de esas características que citan la mayoría de teóricos del mini cuento, también lo es que en ocasiones, el humor se tergiversa, llegando a ser más bien como su primo el chiste, y en este caso un chiste perverso, que debería estar en el repertorio del famoso Cuenta huesos y no en un libro de mini cuentos ganador del premio nacional Jorge Isaacs de 1999.
Esto último deja mucho que pensar, tanto de manera negativa, como positiva, pues es absolutamente legitimo que un buen libro de mini ficción se gane un concurso nacional, incluso cuando en su interior encontramos gran variedad de escritos y anécdotas que llevan a su espalda los resquicios de un mal chiste, de algo que intentó ser ironía y no alcanza a ser ni burla de situación alguna. Ante la particularidad del libro, puedo pensar que, por el gran numero de mini cuentos que no alcanzan a serlo realmente, - o por lo menos artísticamente hablando- que superan en apuestas casi por diez a uno a los textos que se rescatan, tal vez sea la intención artística del autor: El desencanto estético, un des- goce ante el cual, cada vez que se presenta un nuevo texto, se puede anticipar una sonrisa estúpida de aprobación, claro está, de que el mini cuento es una mala anécdota.
Fabio, pero no Martínez, me refiero a Jurado, el que escribe en la contra caratula del mismo libro, dice que el escritor se debate entre la mini ficción y la anécdota, asegura que la anécdota es siempre el riesgo de no alcanzar la fuerza de la poesía, por eso trascenderla es entrar en la posibilidad de la creación estética. Palabras mágicas, reveladoras a mi oído y a mi cabeza, cómo si con esto Fabio Jurado, estuviera hablando eufemísticamente, es decir, diciendo cosas demasiado profundas y certeras acerca de la mala construcción del libro al que le ha tocado realizarle un comentario de contra carátula, haciendo alarde de una enorme erudición y empleando más bien un tono amistoso en el que sólo se dice que existe el riesgo de caer en la anécdota, cuando el verdadero riesgo es que alguna de esas anécdotas se conviertan por fallo de otro jurado, no el del critico, sino del otro, en ganador de un premio nacional de cuento.
Voy a citar otros ejemplos de una sección del libro que se titula CONCEPTOS VARIOS:
El alma
El alma hay que guardarla en el almario.
La semiología.
La semiología es el estudio del semen.
El cementerio.
El cementerio es la casa de los que no están.
Creo, sin duda, que esto debe ser una broma, un juego con el lector; es que no hay otra explicación al por qué toda una página del libro es dedicada a este derroche de papel anti literario. Al menos, si la intención del escritor era lograr una sonrisa, lo ha logrado, porque en definitiva es una sonrisa irónica, pero no porque el sentido del mini cuento haga que se aflore instintivamente, sino porque la ironía de tener que leer esto para poder cambiar de pagina es demasiado grande; es una ironía como la del Senador de los pobres -El embolador del reality- cuando estaba furioso en el senado y dijo muy orondo que Estaba irónico, algo así debe ser esta cuestión, una broma.
El alma
El alma hay que guardarla en el almario.
La semiología.
La semiología es el estudio del semen.
El cementerio.
El cementerio es la casa de los que no están.
Creo, sin duda, que esto debe ser una broma, un juego con el lector; es que no hay otra explicación al por qué toda una página del libro es dedicada a este derroche de papel anti literario. Al menos, si la intención del escritor era lograr una sonrisa, lo ha logrado, porque en definitiva es una sonrisa irónica, pero no porque el sentido del mini cuento haga que se aflore instintivamente, sino porque la ironía de tener que leer esto para poder cambiar de pagina es demasiado grande; es una ironía como la del Senador de los pobres -El embolador del reality- cuando estaba furioso en el senado y dijo muy orondo que Estaba irónico, algo así debe ser esta cuestión, una broma.
Sin embargo, debemos ser objetivos, al menos si se pretende hacer algo de crítica literaria, pues en este caso, aparece una pequeña fracción en el espacio literario de este libro, que me hace dudar de todo su contenido burlesco y mal intencionado, y es precisamente su título: Del amor inconcluso. Es extraño el título, pero es mucho más raro que de alguna manera logre abarcar la totalidad de los escritos que en él aparecen, porque todos quedan inconclusos: es por eso que uno como lector termina odiando la mayoría de los textos y tal vez de eso se trate, del odio; el amor inconcluso es el odio, un amor no finiquitado, el odio infinito, y si a esta revelación le agregamos lo que la información de una de las pestañas ofrece sobre el autor, nos encontraremos con la sorpresa de que el señor Fabio Martínez realizó recientemente estudios de Doctorado en semiología en la universidad de Quebec, Montreal, Canadá, con lo que la hipótesis que tengo de que este libro sea una mamadera de gallo hacia los sentidos del lector, de sus competencias literarias y de su capacidad interpretativa, no están demasiado lejos.
Es necesario, eso creo, que se reevalúe el sentido general del libro de mini cuentos de este autor caleño, pues al parecer, lo impresionantemente obvio de su mala escritura, resulta ser toda una prueba de intelecto para los lectores y críticos de la literatura colombiana, porque, a qué doctor en semiología se le ocurre decir que la rama del lenguaje a la que ha dedicado los últimos años de su vida, es el estudio del semen. Eso sólo se le ocurre a una persona capacitada para cuestionar el universo literario, para que se reevalúe incluso, el concepto y las características que hacen que algo sea o no literatura, arte.
De manera que, si en un principio parecía que este escrito se iba a dedicar a mostrar las malas actitudes literarias, y la mala construcción de anécdotas que se encuentra en esta recopilación de mini cuentos, ganadora del premio nacional de cuento en 1999, ahora los invito a que escudriñen con su propia lectura el libro y sean ustedes los que saquen sus conclusiones, porque lo que a mi concierne, debo irme a echarle una nueva lectura –esta vez menos tortuosa- a este libro de mini cuentos del cual, todavía no se si es una broma, un título majestuoso o un mal libro de mini cuentos.
Nota: Para mayor concepción de la intenciones del autor, favor remitirse al prologo del libro, que realiza Sonia Nadhezda Truque.
OMAR GONZALEZ.
deathman1917@hotmail.com
Ficha del libro: MARTINEZ, Fabio. Del amor inconcluso. Colección los conjurados. Común presencia editores; 2006.
OMAR GONZALEZ.
deathman1917@hotmail.com
Ficha del libro: MARTINEZ, Fabio. Del amor inconcluso. Colección los conjurados. Común presencia editores; 2006.
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