jueves, 13 de mayo de 2010

LITERATURA Y POLÍTICA. UNA ENTREVISTA AL ESCRITOR MARCO SCHWARTZ.

En alguna ocasión, en este espacio, se mencionó de Marco Schwartz su novela El salmo de Kaplan. Ahora deseo hacer referencia del mismo autor, desde una óptica polifacética, basado en una entrevista hecha en Suiza en el 2008, en el marco del lanzamiento de otra de sus obras, Vulgata Caribe. En esa oportunidad, se indagó acerca de su vida, su corta carrera literaria y las apreciaciones que tenía sobre Colombia. De estos tres aspectos sobresale el último, referido a la situación de nuestro país, por lo que significa retomar algunas reflexiones que en estas fechas son importantes hacer y que imprimen una voz consciente de un académico serio.

En un principio, el diálogo que sostiene Schwartz con los entrevistadores permite dar a conocer sus primeros acercamientos con las letras. Lector asiduo de la Biblia –sugiere su interés más a la forma y contenido literario que al aspecto religioso– este barranquillero relata que su afición estuvo emparentada con el íntimo acercamiento hacia el periodismo y la literatura, aunque advierte su renuencia a la labor de publicar constantemente evitando ajustarse a esos compromisos editoriales absorbentes en la carrera como literato.


A la par de esto, confiesa algunas cuestiones concernientes a sus raíces judías y cómo estas han sido eje central de sus relatos. De por sí, El salmo de Kaplan mantiene una relación intrínseca con El Quijote lo cual da cabida para ser indagado sobre este apartado.

El fenómeno García Márquez, temática bien recurrente en las entrevista a escritores, sale a relucir, permitiendo que las consideraciones que tiene Schwartz sean validas e importantes, sobretodo porque la crítica busca centrarse un poco sobre la posición de las nuevas generaciones en torno a la figura del Nobel colombiano. Él no se queda corto en hablar sobre esto, al tiempo que valida la propuesta narrativa de Tomas González, del cual considera: “un escritor formidable”.


Ahora bien, el punto llamativo de la conversación, fue Colombia. En este apartado, Schwartz posiciona una reflexión importante sobre la crisis vivida en el país a lo largo de 50 años de violencia. Va más allá del discurso mediático, en torno a las derivaciones del actual conflicto social y armado, asegurando que: “Ahora la propaganda oficial es que el problema de Colombia es la guerrilla. No, la guerrilla es uno de los problemas de Colombia y es una consecuencia de un problema anterior. Lo que pasa es que está triunfando ese discurso oficial. Pero yo creo que la gente debería aproximarse y aprovecho esta entrevista para que la gente se aproxime con otros ojos, que se interese más allá de estos mensajes propagandísticos, porque es mucho más complejo el problema de Colombia y reducirlo a que es las FARC pues no ayuda a resolver el problema.”


Con esta entrada a la problemática local, empiezan a surgir una serie de consideraciones ligadas al fenómeno. El narcotráfico, la alianza de la insurgencia con este flagelo, el paramilitarismo, el insuficiente esfuerzo del Estado por solucionar estas problemáticas y, obviamente, las condiciones míseras del colombiano, debatido entre la guerra y la pobreza.


Dije anteriormente que me había llamado la atención tales apreciaciones, porque vienen de un compatriota escritor que lleva tiempo fuera del país y que ejerce el periodismo en España, variables que en el común de los casos –los he leído para poder afirmarlo– harían de sus declaraciones una caja resonante del discurso manejado por el sistema.


Siento que su sentido humanista se ve reflejado allí mismo, cuando trata de explicitar las causas y consecuencias del olvido del Estado colombiano para con sus ciudadanos y lo que esto ha generado. Encontrar posiciones de ese tipo, en momentos como los actuales, permite ver que el tema socio – político de Colombia, por ejemplo, no murió con García Márquez ni con otros autores que plantearon el tema de la violencia en su escritura a lo largo de las décadas del siglo XX. Si bien Schwartz no aborda el fenómeno en sus propuestas literarias, evita quedar al margen de la discusión de fondo que compete a su país, tal cual lo afirman sus intervenciones.


La visión crítica de este coterráneo me sorprendió, y creo que ahí radican sus aportes fundamentales en el debate de cara a la construcción de una Nueva Colombia. No se queda únicamente en el plano político, sino que avanza también en el terreno artístico, propiamente en el literario, al señalar las grandes maquinarias editoriales que influyen en el oficio de ser escritor. Literatura y política, dos temas que el escritor colombiano posiciona de manera crítica y con pleno acercamiento a la realidad.

Tomado de: http://archivo.puntolatino.ch/literatura_entrevistas/lit_schwartz08/

Elaborado por:
Juan Carrillo Aranzalez
juanelcaibg@gmail.com

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