Doce
infiernos, doce cuentos en que el escritor cartagenero Germán Espinosa va a
desarrollar una serie de sometimientos del ser humano por parte del juego, de
lo sexual, la existencia misma y el olvido, su erudición, de la dominación española en
esas tierras que tanto ha obsesionado sus obras y que puede establecerse en el
último cuento.
En casa ha muerto un negro, es el
cuento que abre el libro, y de esta manera el lector se encontrará con el
sometimiento racial moderno: un trabajo mal recompensado, humillado;
esclavizado por su tono de piel.
Dicho
relato se intensificará, cuando dos personas están en el cuadro sospechoso de
la muerte de “el negro”. El asesinato incrementa las reflexiones sobre un
modernismo fuera de estas tierras y lleno de sobras, sobre lo que uno de los personajes
con un pensamiento humanístico va a reflexionar: “…las grandes corrientes mundiales llegan tardías y debilitadas a
Latinoamérica, y aplicaba este axioma al antisemitismo” p. 19. Son esas corrientes
que empezaron la esclavitud, son esas mismas que intentaron acabarla, pero en
las tierras suramericanas se han instalado tanto en nuestra piel como cáncer que nos consume en nuestros actos y
palabras.
En Una
esquela para María Victoria, las calles capitalinas de la nación colombiana
son el escenario para que una mujer reciba varias cartas que logran hacer perder
la tranquilidad de ella y de su esposo (Antonio), pero que poco a poco… “Un admirador se había animado por fin, al
empleo de palabras francamente impúdicas” p. 29. Esas palabras serán una
fragancia de nostalgia por parte de Antonio, ya que él se sumergirá en las
cuentas bancarias de los gastos mensuales mientras se sucumbe en la oscuridad del
desespero por saber qué tanto lee ella.
La imagen
de un personaje literario como lo es Lucifer, puede manifestarse, evidentemente
por su nombre, en el cuento llamado El
ángel caído, pero este título no desarrollará su historia acerca de este
individuo, sino que rompe con el relato de Adán y Eva. Regina es una mujer de
altos modales, de una crianza y gran fortuna esperando una salvación para su
eternidad carnal. El Adán que espera es de tierras lejanas y durante el relato
va haber un rompimiento con las estructuras clásicas, ya que al parecer es una
pareja perfecta de “alta” clase. Pero al darse cuenta que este ángel que tanto
espera la decepciona en la cama, él mismo decide marcharse ya que “Sollozaba de un modo absurdo y chocante,
como si experimentase dolor y repugnancia de sí mismo”. P. 46. Y aunque lo
intentaron muchas noches, el resultado fue el mismo.
La muerte
y la ausencia en una familia que necesita recordar a sus muertos por medio de
la infancia es lo que se desarrolla en el relato La alcoba, donde el recuerdo y, tal vez, el odio de la vida por
seres que no nacieron, hagan perpetuar el fantasma de la memoria. De esta
manera, la existencia misma cobra un matiz distinto y confuso para desarrollar
la idea, ya que en la lectura existe una conversación constante sobre la
explicación de la enfermedad de un nonato, y sus descendientes: “-Creyó que todos sus hijos nacerían
mutilados. Yo traté de explicarle que se trataba de un accidente. Es posible
que su madre hubiese tomado medicamentos contraindicados durante el embarazo”.
P. 57. Dentro de este relato parecerá que los muertos se vengan de lo que
no hicieron cuando uno de sus hijos tome la palabra y siembre la reflexión,
porque “… su existencia asquea”. P.
58. Es la existencia misma del recuerdo que va a perturbar a los personajes por
medio de explicaciones sobre posibles abortos.
Los
artistas dejan un legado, no sólo en sus obras, sino que también, en sus
discípulos, en sus alumnos. Dentro del relato Los suplicantes, un maestro de pintura va a estar presente por
medio de otras bocas, de otras voces, y de una mujer caleña, que ha seguido los
trazos de ese pintor con nuevas técnicas, y conflictos sociales, y que ella
misma, por medio de las conversaciones con el hijo de ese maestro va a darle consejos… “Para que veás que, cuando se asumen los
riesgos de una vocación, hay que ir en confianza”. P. 74
De los
bares rugen las cadenas intuitivas en las reflexiones humanas, del misterio en
el dios romano Baco, se desarrolla un
símbolo de lujuria y promiscuidad. Andrés, un músico que frecuenta lechos
nocturnos para su libertad, conocerá en el bar “El Partenón”, una oferta muy distinta a sus expectativas. Pasar
de un abismo hacía otro es una manifestación del Moira, del destino que le preparaba una sorpresa en su talento
musical cuando en uno de esos bares, donde las nalgas gordas y ceñidas hacían
una representación de la armonía carnal del mundo, su amigo Erik realiza una propuesta
francamente deslumbradora, pero “Él sabía
muy bien que en Colombia habíamos pasado sin transiciones de la mula al
reactor, pero ir de una banda de café a la Orquesta Sinfónica se le antojaba el
colmo de las acrobacias”. P. 108. Nuevamente Espinosa nos hace recordar el
aceleramiento de nuestra cultura, o la Culturización
cultural, como lo iba a llamar más adelante en un ensayo del libro la “Elipse
de la codorniz”.
Este
aceleramiento, para muchos críticos, fue o es, una amenaza que parece formar
parte de una estigmatización de razas, de conocimientos y de culturas, donde el
eurocentrismo propone, pero que muchas veces impone sus desarrollos para
moldear el mundo y sus ideologías. Este relato concluirá con un espectador de
la Orquesta, que ha estado meditabundo mediante la lectura, y que al manifestar su armonía con la música y
el mundo, nos hace recordar el mito de
Prometeo “…cuando las águilas de estuco agitaron las alas y se precipitaron sobre
sus entrañas”. P. 113.
Pero la
literatura puede apartarse por mucho tiempo de esta dominación eurocentrista y
de su cosmovisión del mundo, ya que las influencias escriturales desempeñarán
una larga tradición en el mar. Odiseo, va a estar presente en el relato Fábula del pescador y la sirena, pero a diferencia
del personaje de Homero, que tapa sus
oídos con cera y se hace amarrar al
mástil del barco, un pescador hará parte de este canto, quien al arrojarse al
mar conocerá los placeres que el humano puede otorgar.
A diferencia
de la Sirenas homéricas (canto de ellas que sirve para atraer los extraviados y
dar un no retorno), es que no habrá un
tiempo para tal situación, es decir, que no habrá tiempo para recordarlo todo y
tendrá un orgasmo con las sirenas que
puede asquearlo, ya que no hay una proximidad
para un fin, sino que es un constante abrumador por medio de sus recuerdos, de su mortalidad, y el pescador, intentando
explicarle a uno de sus compañeros su tardanza en el mar, reflexiona con
ciertas palabras filosóficas: “… porque
no es la intemporalidad o la condición mortal lo que diferencia a los hombres
de los dioses, sino la capacidad de perdón”. P. 102. Tal parece que al
sumergirse en el mar con las sirenas, a lo que le advirtieron a Odiseo,
devolverá a los mortales con una sabiduría, y no, como un mal en los mares de Poseidón.
De esta manera, Espinosa le dará un giro distinto a esos seres maravillosos
para recrearlos en las aguas colombianas.
La Inquisición
y el más antiguo artilugio que tiene la mujer
para manipular o someter al mismo ser, es lo que viene a desarrollarse
en Fábula del juez Melesio y de la bella
inocente. La sensualidad, el sexo, es un mecanismo que los dos personajes vienen
a manifestar, pero cuando el juez posee su cuerpo por medio de las acusaciones
de brujería, ella describe este acto de una forma desesperada: “Vio monstruos grotescos e infernales bailar
alrededor de una hoguera. Descendió a los infiernos y se sintió picada por el
chuzo perpetuo de Satán,”. P. 130. Pero este juez cae en el artilugio de la
doncella, cuando se de cuenta que la rebelión de la raza afroamericana ha
empezado y los súbditos del juez están caídos y su propio infierno empezará: “Vio a Melesio correr hacia la puerta
interior, para quedarse hecho piedra al descubrir el esqueleto acuchillado y
aspirar el vaho de tinieblas que arrojaba la casa”. P.132.
La
erudición de este gran escritor colombiano, se manifestará en el cuento El río de los salmones sagrados, sobrela
vida de Marcel Proust. Dentro de este relato se mencionará, con insistencia,
otro gran escritor como lo es Kafka, una de las influencias, según Espinoza, de
Proust, ya que éste decide tener un ayuno de literatura: “No leería más libros fuera de este. Para ser franco, hacía dieciocho
años que no lo hacía”. P. 87. La angustia empieza a roer al escritor del
cuento (Proust), cuando su deseo de
publicar lo haga escribir (inconscientemente) su autobiografía, y empiece Espinosa
a darnos a conocer algo de la vida de este gran escritor, como que iba a ser
abogado, que tuvo complicaciones con las lecturas, ya que “Era la historia de un escritor desesperado porque no se publicaban su
obras”. P. 89. Dentro de este relato, Germán Espinosa será paródico con el estilo literario
del francés, cuando menciona que “… Marcel
Proust vino a estropearlo todo lamentablemente”. P. 90.
Paladines, relato de un erudito
sometido a una clase de tortura por medio de los recuerdos, y que es un preso político. En el relato el narrador se
convierte en su conciencia: “No puedes,
no debes perder de vista esa posibilidad. Vas a convertirte en un asesino y eso
no es lo peor. Lo peor será que estos carceleros te matarán a palos…” P. 138. Dentro
de esta conciencia se va a contar la vida del preso, dentro de la malicia
natural de asesinar y obtener su libertad girará el relato.
En el último relato, llamado Las fábricas vidriosas, se destaca la estructura de su escrito
(muchas comas, pocos puntos) además de sus grandes conocimientos de la cultura
universal (conocimiento del francés, de la historia, y otros), a tal punto que
puede ser una de las primeras manifestaciones para su gran obra La tejedora de coronas, novela de la
ilustración y la inquisición. En este cuento la espera de sus objetos pueden
enloquecer al narrador, en la soledad de sus memorias intelectuales, “Porque la insatisfacción aspira a ser una
salvaguarda de la muerte, no un camino hacia ella… porque ya no hay remedio”.
P. 162.
Finalmente,
el lector al acercarse a este círculo de doce cuentos, estará empeñado, quizá,
en continuar la obra de este gran escritor, que le dio a Colombia y a la
literatura tantas aperturas a formas narrativas, a temas históricos, y
someternos al recuerdo de grandes autores universales de la literatura. Cada
uno de nosotros puede estar identificado con las intermitencias de estos
infiernos.
LUIS FERNANDO
ABELLO
FICHA DEL
LIBRO: ESPINOSA, Germán. Los doce
infiernos. Instituto Colombiano de Cultura, Editorial Stella, 1976.
ya se había realizado en este sitio una reseña sobre este libro y este autor. sin embargo, Luis Fernando hace otras aportaciones desde su mirada crítica que contribuyen a que las miradas entorno de Los doce Infiernos de Germán Espinosa sean cada vez mayores y más elaboradas.
ResponderEliminarEsos dos análisis estuvieron muy estructurados, siendo concisos y claros en los temas a tratar. Sin embargo, queria preguntar si usted no tendria el pdf de "Los doce infiernos". Puesto que es dificil encontrar aquella obra.
EliminarHola, Stevens. Te cuento que yo sí tengo el PDF. Bueno, en realidad le tomé fotos a los cuentos de este libro. Deja los preparo y pongo el link aquí, ¿te parece? Me avisas.
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