Gracias a
su portentosa irreverencia que en repetidas ocasiones sirvió como fuente
de inspiración a jóvenes inconformes con
sus sistemas políticos y religiosos, José
María Vargas Vila marcó un estilo en la escritura que para ese tiempo, y aun en
la actualidad, se denominaba como modernista. Esto se debe en gran parte a la
fuerte carga ideológica que establecía en sus escritos y que le dio el
calificativo de panfletario.
Así mismo,
Vargas Vila más que ostentar una polémica en su época (dado a su religión,
misoginia, críticas e inclinación política) también generó cierto hastío en
algunos escritores y políticos que tiempo después se convertirían en sus
críticos, pues según investigadores de la vida del autor como Aníbal Noguera
Mendoza mencionan que:
Don José María Vargas Vila resulta un trago
demasiado espeso para sus contemporáneos y, ahora, para los descendientes de
estos. Son muchos los golpes que propina esta prosa saturada de frenetismo.
Escrita como saltando casamatas, incitaba odios que aún sangran. (PP 307)
Ante esto
se observa que el escritor santafereño, de cierta manera daba motivos que
alimentaban la discordancia de sus contemporáneos. Sin embargo, jamás bajaba la
guardia acerca de lo que pensaba de sus gobernantes y líderes religiosos.
Incluso en diversos lugares era considerado como la voz del pueblo gracias a su
capacidad como orador, así lo afirma Noguera cuando dice:
Este fenómeno inexplicable indica que la voz
de Vargas Vila llenaba al pueblo. La entonación que supo darle a su prosa
alimentaba los sueños de las masas angustiadas por los gobiernos dictatoriales.
Sin los relámpagos de Verbo de admonición y de combate, históricas y políticas,
“La muerte del cóndor”, “laureles rojos”, etc., no se hubiera mantenido en
vigilia la imaginación popular aletargada por las derrotas militares. (PP. 309)
Es así,
como el santafereño se caracterizaba por mantener su orgullo a pesar de las
controversias. De hecho la confianza en sí mismo, le permitía ignorar las críticas
y seguir con sus escritos, puesto que estos se destacaban por sus contenidos
subversivos y antirreligiosos. Por lo tanto, novelas como La demencia de Job, flor de fango,
el libro de cuentos Copos de espuma, María Magdalena e Ibis, no carecían de dichos contenidos, pues la ideología
vargasviliana siempre se manifestaba
allí.
En ese
sentido, se ratifica el protagonismo de la pluma de este controvertido escritor
en la literatura de principios del siglo XX. Ahora, otro motivo de sus
contemporáneos para someterlo a las críticas fue, según ellos, la forma en que
el santafereño abusaba de la gramática, así lo explica Noguera cuando menciona
que Vargas Vila sumergía al lector en un mar de metáforas interminables. Sin
embargo, muchas de estas tuvieron su verdadero veredicto en la opinión de los
lectores, quienes poco a poco fueron estimando la obra de Vargas Vila.
Lo
anterior se comprueba dando un vistazo a una de las novelas más destacadas del
autor. Es el caso de Ibis, novela
publicada en 1906. Ibis fue una
novela que causó mucha controversia en sus tiempos no sólo por su contenido,
sino por la reacción que ocasionó en algunos lectores. De hecho en el texto de
Noguera, se habla de una serie de suicidios que se dieron en la época a causa
de la polémica obra, allí se dice:
Los suicidios que indujo la novela ibis.
Entre los más famosos se encuentra el de una dama de Barranquilla (…) el de los
jóvenes en Panamá (1906) que dejaron el siguiente mensaje: <> (…)
El de una pareja de enamorados PP. 310
También en
el texto se menciona una anécdota del
autor, cuando realiza un viaje al Brasil donde su sorpresa fue encontrarse con
uno de los cercanos a las víctimas de su cuestionada obra:
(…) hace unos quince días se suicidó una
sobrina mía, en cuya mesa de noche se hallaba <> con una
anotación marginal en la que se aseguraba ser su libro el responsable de tamaña
desgracia (…) PP. 311
del mismo
modo, la novela generó controversia por su mensaje misógino y un tanto peyorativo
hacía el género femenino, dado a que se compara
la mujer con Eva la que tentó a Adán,
la causante de la caída y por ende de toda desgracia en el hombre. Por
lo tanto, en la obra se mencionan frases como: el capricho es la ley de la mujer (…) la mujer es como salomón en el
amor, la sabiduría le es innato (…) la mujer es más amarga que la muerte dice
salomón… la mujer es la fuente del mal y del dolor… la mujer lleva en el
vientre la tragedia. Ibis pág. 24
Ahora
bien, esta novela cuenta con un
fundamento eclético, pues el autor tiene la pericia de mezclar su inconformidad
hacia la religión con su relativa apatía con las mujeres. Es por esta razón que
constantemente hace alusión a los pasajes de la biblia (los salmos) y a
historias de mártires religiosos, especialmente del antiguo testamento.
Para
corroborar lo dicho anteriormente, en un fragmento de la novela Vargas Vila
menciona que: el amor es el alfa y omega: principio y fin de la existencia; es
la maldición; es Eva, Jezabel, Judit, y Dalila, Raab y Magdalena; es seducción
en el paraíso (…) Ibis PP. 21 esta comparación pone en manifiesto una
fuerza revolucionaria del autor que invita de cierta manera al lector a
desprenderse de su realidad inmediata.
Es por
ello que Ibis tiene mucha relación
con la vida del santafereño, porque aparte de manifestar sus pasiones
idealistas, también revela algunas similitudes con Teodoro, personaje de la
novela. Una prueba es el hecho de que los dos sean ilustrados libelistas, así
como la barrera que éste anteponía hacia la religión y su simpatía por la
ciencia.
Desde esta
perspectiva, la voz de Vargas Vila se hace presente en su obra, pues novelas
como La demencia de Job, hace alusión a la historia bíblica, sólo que
allí la paciencia no es la mejor virtud, más bien es la rebeldía y la injuria
hacia los designios de Dios. O también María
Magdalena aquella versión de la vida de Jesús, donde se ve representado el erotismo
y la lujuria, y hasta el más santo de los hombres no está exento de caer en la
tentación, y así en muchas obras más se
ven estas características.
En
conclusión se demostró que los escritos de Vargas Vila ya no eran bien vistos
por sus contradictores. Incluso llegaron hasta prohibir sus textos en la república
granadina, no obstante, el santafereño quiso difundir sus ideas y esto no fue
impedimento, para que finalmente se prolongara la subversión Vargasviliana. Por eso, aunque
algunas críticas hacia este autor fueron acertadas en muchos de sus ámbitos, no
se puede dejar a un lado que Vargas Vila fue mentor de la libertad de un pueblo
oprimido y la posible solución para muchos inconformes de aquella época.
PAUL RIAÑO SEGURA
AA.VV. Manual
de literatura colombiana. (José María Vargas Vila). Educar Editores, 1984