tag:blogger.com,1999:blog-22596565659541269522024-03-13T16:03:17.338-07:00GRUPO DE ESTUDIOS EN LITERATURA COLOMBIANAEl Grupo de Estudios en Literatura Colombiana está conformado por cinco lectores de la Universidad del Tolima que, en un ejercicio de reflexión derivado de las labores académicas cotidianas, han decidido enfrentarse a diferentes obras de la literatura nacional.Omar Alejandro Gonzalezhttp://www.blogger.com/profile/15225143366665313067noreply@blogger.comBlogger211125tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-40712453693240151372013-12-04T12:40:00.001-08:002013-12-04T12:40:40.047-08:00CASA DE VECINDAD DE JOSÉ ANTONIO OSORIO LIZARAZO<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Como se pone de presente en las notas preliminares a la obra de José Antonio Osorio Lizarazo, publicada por el instituto Colombiano de Cultura en 1978, el autor no aparece entre las figuras destacadas de la novelística nacional, aunque se debe matizar la cuestión cuando se observa que la crítica literaria contemporánea ha tornado su mirada hacia el autor bogotano. Osorio fue un prolífico escritor que cuenta con 20 libros entre novelas y crónicas, lo cual de por sí, genera la sospecha sobre el equilibrio de su obra. </span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Casa de vecindad (1930) es su primera novela. En ella se narra la historia de un hombre de 50 años que se ha quedado sin trabajo en Bogotá y, ante la falta de vivienda propia, decide alquilar un cuarto en una posada en el centro de la capital. Mientras sus ahorros se extinguen conoce las vilezas de los ocupantes de la casa, aunque también lo sorprende la actitud de Juana, una joven que, con un niño bajo su tutela, lucha por no naufragar en la prostitución aún por encima del hambre. Una serie de eventos acercarán al cincuentón a Juana y su hijo, quienes viven, paulatina pero certeramente, el estrangulamiento de la pobreza. </span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Precisamente es este último tema uno de los ejes en la narración. Oculta bajo la retórica de una élite conservadora que había gobernado el país durante más de 40 años (1886-1930) la pobreza se afincaba en las clases más desfavorecidas de Colombia. Los personajes de Casa de vecindad son avasallados por la falta de dinero y empleo y se crea dentro de la novela una dicotomía entre la virtud, que deriva en hambre y despojo, o el crimen y la prostitución. </span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Esa es la línea gruesa que separa al narrador de 50 años, Juana y su pequeño compañero, y el resto de los habitantes, no sólo de la pensión sino de la ciudad. Los primeros tratan de mantenerse al margen de la voracidad y el desinterés por los necesitados, mientras que en los otros aparecen los vicios más desagradables: insensibilidad, calumnia, gusto por la violencia, burla por los destinos malogrados y hasta proxenetismo, entre otros. En la imposibilidad que tienen los personajes principales de alejarse de ese mundo en el que el lumpen afila sus peores vergüenzas es donde se construye una de las tensiones de la novela.</span></div>
<div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Dicha tensión crece con el avistamiento de la miseria absoluta, en especial en el hombre de 50 años. La novela gana aquí en dramatismo y con mucha virtud va mostrando los pasos de la caída hacia la mendicidad: de los 8 pesos con que cuenta una vez ha llegado a la casa, el cincuentón pasa a empeñar sus pocos enseres y finalmente, cuando sólo le quedan los tragos amargos del agua y es echado de la casa, decide salir a la calle a confiar en la caridad de los transeúntes. No es sólo la pérdida de los ahorros y el hambre lo que agrava el conflicto, sino el hecho de que el protagonista sabe que lo mismo padecerán Juana y el infante, a quienes ha prometido ayudar. </span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">El encadenamiento de las acciones, las digresiones que retardan las acciones y pensamientos extremos, y que llevan al lector detrás de la suerte de los afectados, es tal vez una de las virtudes de esta obra. No cae ella en la ordinaria muestra de eventos extremos sin mediar una reflexión, sino que evalúa la condición humana en el paso por varias etapas hacia la inanición. Sin embargo, no deja de ser incómodo cierto tono melodramático que se revela en algunas escenas con las cuales acaso le fue difícil lidiar al escritor, teniendo en cuenta la profundidad de la tragedia. Tal vez esta afectación –que no se siente en todos los momentos de la novela- sea lo que mancha un poco la obra que por momentos se llena de una emotividad y encono nacidos del apasionamiento del propio autor. </span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Pero esos bajones no alcanzan a devaluar la lectura del trasfondo realizada en la novela: Bogotá en 1930, parece decir Osorio Lizarazo, crece caóticamente y no genera los empleos suficientes para una clase trabajadora en ascenso. Contra el mito de la Atenas suramericana –esa Bogotá de gramáticos y humanistas empotrados en sus gazaperas lingüísticas- el escritor graba la situación real de legiones de desocupados capitalinos, en una suerte de realismo lejano a la abstracción de la élite conservadora. En ese sentido, la novela se convierte en un llamado de atención a un estado de cosas que estallaría posteriormente y que en épocas recientes fue narrada por una novela como Los parientes de Ester de Luis Fayad. </span></div>
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Es en el fondo el problema de la modernización de las ciudades colombianas, que tímidamente va apareciendo en la década del 30 y que Osorio Lizarazo evalúa desde la prosa de ficción. El impacto que produce en el lector esa modernización enrevesada, plasmada en esta novela corta, es tan fuerte como la solidez de los personajes y los ritmos de la novela. Es el impacto ante el desequilibrio social porque con Casa de vecindad, la anomia (ese estado en el que ante la ceguera de los dirigentes los lazos colectivos comienzan a desbarajustarse y cada quien se crea su propia ley) se toma la novela colombiana, acaso uno de los primeros campanazos de alerta frente a lo que sucedería casi un siglo después en los barrios bajos de las ciudades. </span></div>
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /><br />Leonardo Monroy Zuluaga</span><br /><br /> <br /><br /> </div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-30799806100132136482013-09-12T13:57:00.000-07:002013-09-12T13:57:28.124-07:00<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-kYwxCA2-hJw/UjImXkVb61I/AAAAAAAAAzc/yxWr_y8mtUU/s1600/mi+cristo+negro.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-kYwxCA2-hJw/UjImXkVb61I/AAAAAAAAAzc/yxWr_y8mtUU/s320/mi+cristo+negro.jpg" width="207" /></a><br />
<br />
<b><span style="font-size: large;">MI CRISTO NEGRO</span></b><br />
<br />
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;">No es muda la muerte.</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;">Escucho el canto de los enlutados</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;">sellar las hendiduras del silencio. </span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;">Escucho tu dulcísimo </span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;">llanto florecer mi silencio gris.</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;"><b>Alejandra Pizarnik</b>.</span></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
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<br />
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Esa conciencia social que a través del tiempo se vuelve memoria, es la que retiene aquel pasado lleno de acciones melancólicas inmersas en el hecho histórico. De ahí el exhaustivo trabajo investigativo de Teresa de Jesús Martínez de Varela, intelectual educadora de amplia trayectoria en su tierra y autora de varios libros, entre ellos algunos de poesía. Mi Cristo Negro publicada en 1983; obra biográfica novelada sobre Manuel Saturio Valencia, una tragedia que pretende reconstruir por medio de la meta ficción un contenido que alude al sufrimiento a los problemas raciales y despotismos de los blancos contra los negros dentro de la historia de Colombia, en especial de la región del Chocó. </span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">El título Mi Cristo Negro, desde el prologo de la autora es comprendido en la similitud del “vía-crucis tan semejante al del Mártir del Gólgota. No estoy alucinada para una extraña y morbosa superstición pagana. No soy prosélito de Mártir Lutero para disgregar el rebaño de Cristo, y menos pretendo conformar un nuevo cisma fanático” (Martìnez de Varela, 1983). También, es un homenaje al último fusilado en Colombia inmortalizado a través de la biografía y la ficción creada por la literatura, convirtiéndose en un ser legendario que lucho por la dignidad de su raza negra. Manuel Saturio Valencia es reconstruido gracias a los distintos testimonios, versiones y archivos nacionales que no olvidan.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">La autora recrea la vida y muerte de este personaje en doce etapas: toma como eje de partida el antes de la concepción para mostrar la pobreza del contexto chocoano en especial la población afro-descendiente, seguidamente expone el núcleo familiar del primer negro que lucharía por la dignidad de su raza; formado por Manuel Saturio Valencia padre y su esposa Transito, quienes envidiaban a sus compadres Francisco y Catalina por su número de hijos porque a pesar de sus edades estaba el deseo por concebir un hijo. Hay que aclarar que Manuel no era consciente de su esterilidad. No obstante, después de un tiempo su esposa queda en cinta y en ese mismo instante se estrecha una relación con el hijo profético adoptivo de la tierra “EL NACIMIENTO DEL GENIO MANUEL SATURIO VALENCIA.- El día 24 de diciembre de 1867 la paz se ungía con la policromía de los paisajes y la naturaleza se aprestaba a enviar al mundo un ser que ella misma forjó en la fragua de la grandeza y la inmortalidad.” (Martínez de Varela, 1983, p. 19).</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">La novela sitúa al lector en una época entre 1867- 1907 de Colombia, un país que hasta el momento se encontraba en el proceso de civilización y era influenciado por Europa. Los blancos acomodados en el Chocó se encargaban con sus títulos nobles al dominio de los negros; personas que por su ignorancia accedían a las peticiones esclavas de aquellos que vivían en la carrera primera, lugar exclusivo para los rostros de chiveras y patillas esponjadas. En un contexto así crecía “Saturito” como lo llamaba su padre, el cual inquieto y con dones diferentes a los de su raza deseaba aprender a leer e ilustrarse, una semilla que germinaba para desequilibrar un orden social y ventajoso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Una sociedad dividida por la defensa de sus ideales políticos en dos partidos: liberales y conservadores. Se convirtió en el monstruo que legitimó una sociedad politiquera, racista y déspota. Por su parte, Saturio en su ejercicio de líder y ante la mirada insignificante de los blancos, iniciaba su educación en la música, letras e idiomas con la ayuda de los capuchinos llegados a Quibdó. Estos saberes adquiridos y las lecturas de Emilio Zola le permitirían entender la situación de su pueblo y el significado de la justicia, por eso su voz revolucionaria lo vuelve líder de su comunidad. Aunque, en un inicio esas injusticias eran soportadas en el silencio de la desigualdad que se volvió hábito.</span></div>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;"><i>-joven Saturio. Esta vaina si esta jodida aquí. Me mataron a mi muchacho miserablemente.-¿y cómo ocurrió el caso?- le pregunto el líder.-</i></span><span style="font-size: large;"><i> - un blanco de aquí de Quibdó, que ni le quiero pronunciar su nombre, estaba borracho. Pasaba mi hijo por el frente de su casa y como estaba gordito y tenía la espalda brillantica- dijo el blanco.-¡que espalda tan bonita tiene ese negro! – Como para el blanco de un tiro - ¡y se lo pego! (Martínez de Varela, 1983, P. 76).</i></span></blockquote>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">La narrativa de la novela Mi Cristo Negro, transmite esa infamia social que le posibilita al lector identificarse con el personaje de Saturio, que como negro en su deseo de defender su raza, desde su ideología política y como conservador es traicionado por su pueblo por temor al castigo y la ignorancia que los caracterizaba al creer que él los quería dominar. Ése pensamiento los hacía cada vez más esclavos y subyugados al mandato de los blancos, a pesar de esto Manuel Saturio se culturiza, participa de una vida social que lo lleva a manifestarse de manera critica a través de sus creaciones poéticas satíricas “dígame señor mi amo, / yo le vengo a preguntar, / si el color blanco es virtud/ para mandarme a blanquear/” (Martínez de Varela, 1983, P. 83).</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">De esta manera, el hijo adoptivo de la tierra inicia a forjar la cruz de su destino, puesto que fue el primer negro que salió de su pueblo para estudiar en Popayán apadrinado por los capuchinos, también alcanzar cargos públicos como personero municipal hasta llegar al cargo de juez de Quibdó, luego capitán del ejército; título obtenido por participar y salir victorioso con su partido político de la Guerra Civil (Guerra de los Mil Días). Esta prosperidad, tanto a nivel económico como social causó la cólera de sus conspiradores, en especial la de Rodolfo, quien desde la niñez tuvo roces por cuestiones raciales. Como consecuencia éste cultiva un odio desmedido que encamina a su enemigo al patíbulo y la humillación. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">De aquel héroe que alcanza una grandeza y admiración por parte de las mujeres hasta ser apodado el “ADALID DE EBANO”. Sólo Deyanira; una bella mujer blanca perteneciente a la aristocracia de la carrera primera, siente desde su infancia un amor imposible que se consuma una noche en el cuarto del querido negro. Ya aquí al involucrarse con una blanca y dejarla encinta inicia el descenso de ese camino fructífero que había tejido hasta el momento. </span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Un héroe que se encaminaba en el silencio hacia el patíbulo y sin saber su amada “DEYANIRA LO LLAMA ¡MI CRISTO NEGRO!” (Martìnez de Varela, 1983, P. 294). Título dado al hacer una comparación con Jesús de Nazaret, su nacimiento en un pesebre, educado en un medio hostil y por último su mismo pueblo lo lanza hacia la muerte. Es así que es acusado de anarquismo e incendiario del pueblo por el cual luchó. Además, del maniqueísmo por parte de los conspiradores quienes hundieron de forma epidémica aquel ser al aprovechar el desequilibrio sentimental que tenía Saturio; al enterarse que su padre era aquel ser putativo y su madre una adultera, seguidamente el compromiso imposible con Arcadia su amiga de infancia y ahora su hermana, hicieron que se entregara al alcoholismo a pesar de que Deyanira llevaba en sus entrañas su primogénito, una gestación que se logró ocultar hasta el último momento. Semilla trágica que germinó y se marchitó en las manos de su tío Rodolfo, quien con la misma frialdad asesinó a su hermano de lactancia Pascacio por ser conservador, así lo tenía preparado el destino para ellos. </span></div>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;"><i>Doña Guillerma, como la “LOBA” del a Ciudad Eterna, amamantaba por antonomasia a Rómulo y Remo… A dos hombres que en la vida serian antagónicos hasta la muerte. (Martìnez de Varela, 1983, P. 26.</i></span></blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Un camino ya destinado hace de Saturio un alma en pena, ya que sus conspiradores formaron un complot político que deseaba de una u otra manera continuar en el poder y acabar con el líder conservador que había demostrado una posición ideológica en defensa de su comunidad, el plan sin reversa en la inmensidad de la selva del Chocó. Mientras tanto en la capital el presidente de la república Rafael Reyes Prieto, proclama proyectos de igualdad y de paz, se asombra al mirar el terror de lo que iba ocurrir. Así que, de inmediato envía por telegrama el indulto para el reo, cosa que no fue acatada en Quibdó con el fin de continuar con el calvario de Manuel Saturio Valencia y su viacrucis. Era un carnaval celebrado en honor a la injusticia y lamentos de unos, porque a pesar de saber la verdad estaban impedidos ante semejante máquina de poder.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">La ejecución de Manuel Saturio el 7 de mayo de 1907, es similar al largo camino padecido por Jesús de Nazaret. Por eso, la autora alude por medio de la narración a cada estación para dibujar aquel momento de consternación y sufrimiento con la emisión de sus palabras “las mujeres que iban en el cortejo comenzaron a llorar a gritos por las palabras de doña Isabel, y Saturio les dijo: -No lloréis por mí, llorad por vuestro hijos… hijos de raza humillada y perseguida…” (Martìnez de Varela, 1983, P. 433). </span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Es asi que cada palabra se convierte en el oleo de sangre que mancho la historia y ausento la voz de la primera figura y heroe chocoano del departamento con una muerte impune màs no inmovil en el olvido. De esta manera, no solo la historia es la encargada de inmortalizar aquel ser sino la literatura se nutre de ella para revivirlo como lo hace el escritor tolimense César Pérez Pinzón que en honor a este personaje alude dentro de su novela Cantata para el Fin de los Tiempos, es así que la lectura da cuenta de un Saturio caminante sin camino viajero del averno doliente y oscuro sin salida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 150%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b>OSCAR
MAURICIO ROZO M.</b><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b><span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b><span style="line-height: 150%;">FICHA
TIPOGRÁFICA</span></b><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Libro: Mi
Cristo Negro.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="line-height: 150%;">Autor: </span><span lang="ES" style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 150%;">Teresa de Jesús Martínez de Varela</span><span style="line-height: 150%;">.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="line-height: 150%;">Editorial: </span>Fondo Rotatorio de la Policia Nacional<span style="line-height: 150%;">.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Año: 1983.<o:p></o:p></span></span></div>
<h1 style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES">Bibliografía<o:p></o:p></span><span style="color: windowtext; font-weight: normal; line-height: 150%;"><w:sdtpr></w:sdtpr></span></span></h1>
<div class="MsoBibliography" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<!--[if supportFields]><span
lang=ES style='mso-ansi-language:ES'><span style='mso-element:field-begin'></span><span
style='mso-spacerun:yes'> </span>BIBLIOGRAPHY <span style='mso-element:field-separator'></span></span><![endif]--><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Martìnez de Varela, T. d. (1983). <i>Mi Cristo
Negro.</i> Bogotà: Fondo Rotatorio de la Policia Nacional.</span><o:p></o:p><span lang="ES"><w:sdtpr></w:sdtpr></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-size: large;"><w:sdt docparttype="Bibliographies" docpartunique="t" id="17079829" sdtdocpart="t">
<w:sdt bibliography="t" id="111145805">
</w:sdt></w:sdt>
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> </span><span style="font-size: small;"><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-63009211330573171642013-03-13T08:07:00.002-07:002013-03-13T08:09:45.618-07:00ACERCA DE DOS POEMAS DE JULIO CÉSAR ARCINIEGAS<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-kIo1RGkvJtY/UUCWCipMRJI/AAAAAAAAAxM/pfOIzh_XQfI/s1600/abreviatura+del+arbol.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://2.bp.blogspot.com/-kIo1RGkvJtY/UUCWCipMRJI/AAAAAAAAAxM/pfOIzh_XQfI/s200/abreviatura+del+arbol.jpg" width="147" /></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En el año 2007 este poeta de
Rovira alcanza el primer puesto del premio nacional de poesía Porfirio Barba
Jacob con el poemario <i>Abreviatura del
árbol</i>, una inteligente reunión de textos en los que el árbol, desde
el edén hasta el imaginario, detiene la palabra en cada posibilidad de la raíz,
hoja tallo y frutos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Dentro del poemario, y
atendiendo a la temática que convoca por estos días a la ciudad de Ibagué, sobre todo porque esta geografía se cubre con
el aroma de sus flores en caída, hallamos dos referencias directas al árbol
insigne de la ciudad: el Ocobo. El primer poema es titulado <i>Músicas Rosadas</i> y nos invita, con
obligada asistencia, al encuentro con el origen divino de este árbol, que en
medio de la frustración con que caminan los mil y un habitantes de la ciudad, ofrece de vez en vez su
espectáculo florido:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Me voy a permitir digitarlo:</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 2.0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
árbol es un hecho de la aureolas<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 2.0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">y de
las pesadas esferas sentadas entre el último <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 2.0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">de
los proscritos, herederos de las
puertas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 2.0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ellos
a su vez repitieron el eclipse,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 2.0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">abriéndose
a las buenas nuevas de sus maderas<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 2.0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y al
sonido de sus músicas rosadas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El poema extiende su
capacidad de evocación para llevarnos hasta el instante mismo en que los
dioses, portadores de la aureola de majestad y grandeza de aquel entonces, en
su infinita bondad para con el ojo, arrojan a la fértil tierra la semilla de su pesada esfera, de su angustia, en el
pleno reconocimiento de que en la mente del hombre ya habitaba la posibilidad
de desterrarlos, de arrojarlos del paraíso también a ellos, como venganza por
la afrenta del exilio provocado por el fruto de otro árbol; el que estuvo lleno
de pasión y mordedura.</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">No obstante, en la
palabra poética de Julio César Arciniegas, se abre el universo de las lógicas
imparciales, pues la vendetta de los hombres al fin se gesta; sucede en el
dominio de las técnicas del tallado, de la creatividad, que siendo propiedad
divina, ahora hace parte de la construcción con que los hombres, en el oficio
del ebanista, dan color y luz a su sombría cotidianidad.</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hay un eclipse en el
ojo de los dioses, se trata de ver obnubilada su creación; la angustia que en
su momento desapareció por la forma del Ocobo, reanima los tormentos cuando el
hombre vulnera la madera de su carnes, tan firmes, que ni el propio gorgojo,
que nos recuerda el poder de los dentados, ha podido vencerla. Sin embargo, no
es propio de los dioses olvidar los agravios
y así como el hombre se burla de la angustia divina, el dios, en su
infinita supremacía, lo castiga con el
certero látigo de la belleza, manifestada en el espectáculo que cubre la ciudad
con color rosa, violeta y blanco, astillado en la pupila, que no puede más que eclipsarse en
la posibilidad de ser viento para acariciar su caída, repitiendo el ciclo mismo
de los dioses.</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El segundo poema se
titula directamente <i>Ocobo,</i> y atiende ya no a la
doble condición de los hombres y los dioses, sino que nos adentra en la soledad
misma del árbol, en su propia esencia, en la que el ser que emerge de su quietud con cada
florecer, desquita su eternidad contra la desdichada ciudad y sus desprevenidos
transeúntes:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Entre
calles, leve y derivado, se roba la magia</span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">de
unos dogos que saltan alrededor del polen.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Su
corazón es leve al ácido de la ciudad, al<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">ebrio,
a la lluvia del asalto, a las piedras<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">y
a la epifanía donde se desvanece el césped.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Lo más hermoso del
Ocobo no es el tiempo en que se sostiene florecido para el ojo; la verdadera
belleza está en la rama seca que marca el inicio de la angustia, del otro año
de espera. Este es un árbol que ya no es sensible al tacto de la ciudad, pues
esta, aunque conmemora su aniversario y su florecimiento, ya no ofrece nada
distinto al ácido de sus intenciones de progreso. Él se eleva, se roba la magia
de los hombres, los envenena con su polen y hace que hasta las piedras se
muerdan en la necesidad de su propio sexo. Es este un árbol que fabula el
desvanecimiento, que en actitud solemne y
epifánica, recuerda cada año a la ciudad que en algún momento no habrá
lugar para escuchar su música y todo será el silencio de una raíz humana que
desaparece.</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Abreviatura
del Árbol </span></i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">es un libro<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=2259656565954126952" name="_GoBack"></a> de poesía en el que las
miradas acercan al pensamiento natural, a la contemplación del verde estado en
que las flores, los árboles y la grama nos invitan reflexionar que la próxima
vez que te enfrentes a la belleza del Ocobo, admira tu caída, pues cada hombre
que contempla el circular desvanecimiento de sus hojas, talla para sí mismo la
derrota.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">OMAR
GONZÁLEZ.</span></b></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-69533526234119736722013-01-15T14:33:00.002-08:002013-01-15T14:36:08.121-08:00EL HÉROE DE GERMÁN PARDO GARCÍA<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-UsNYno2Iu-c/UPXZApEMhMI/AAAAAAAAAw8/1sp7EzSSPLE/s1600/imagen+el+heroe.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://2.bp.blogspot.com/-UsNYno2Iu-c/UPXZApEMhMI/AAAAAAAAAw8/1sp7EzSSPLE/s200/imagen+el+heroe.jpg" width="147" /></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Por lo regular, hablar
de heroísmo significa hablar de aquel personaje extraordinario con cualidades
fuera de lo común y totalmente distanciado del humano que sufre, ama y muere.
Así son, por ejemplo, los héroes antiguos-míticos que se mencionan en los <i>cantares de gesta</i>. Hombres que se valían
de la fuerza, la sagacidad y la valentía para ser merecedores de tan importante
apelativo. Sin embargo, con la llegada de la era moderna, esta concepción ha mutado
para forjar un nuevo héroe. “La telaraña del sueño mítico cayó, la mente se
abrió a la íntegra conciencia despierta, y el hombre moderno surgió de la
ignorancia de los antiguos, como una mariposa de su capullo o como el sol del amanecer
surge del vientre de la madre noche” (Campbell, 1972, p. 212).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Por tal motivo se
constituyen nuevas cualidades que hacen posible el nuevo héroe. Una de ellas es
asumir distintas perspectivas. Partiendo de la consigna que no sólo se es
valiente cuandose arriesga la vida o se derrama sangre en defensa de una nación.
Porque esta posición muchas veces resulta derivar en despotismo que en un acto heroico: “La hazaña del héroe
moderno debe ser la de pretender traer la luz de nuevo a la perdida Atlántida
del alma coordinada” (Campbell, 1972, p.212). No ir en busca de hazañas que ya
no caben en un mundo donde todo va deprisa, el individualismo reina y la
filosofía global es la producción y el consumo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En este sentido, el Poemario
del ibaguereño, German Pardo García, titulado <i>El héroe </i>manifiesta una perspectiva distinta acerca del heroísmo,
es una visión detractora de lo que se conocía como héroe. Porque el héroe de
Pardo refleja su posición desde un punto de vista objetivo, ya no es aquel que
se involucra de cuerpo ante la adversidad sin importar las consecuencias, como
sucedía con Aquiles, Ulises o Siegfried. Este desde lo lejos analiza el mundo y
recoge diferentes miradas, y así con la idea, la conciencia y la espiritualidad
logra salvar al hombre de las fauces de la guerra, el consumo y contaminación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.0pt;">Oídme,
escuchadme oíd: os habla el héroe evadido de la catástrofe de la tierra, desde
un galáctico satélite de Orión. Tardé una vida-luz en llegar a esta frontera
del universo, donde ya las ideas son
visibles y la mente equilibrio del espacio. (Pardo, 1975, p. 9)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En el fragmento
anterior, se refleja con claridad que este héroe ha abandonado la tierra, y lo
hace por un motivo: “evadir la catástrofe”(Pardo, 1975, p. 9). No obstante, su
lucha se efectúa desde la constelación de Orión, haciendo aviso a la humanidad
de los aspectos que entorpecen y destruyen el planeta. Pero no sólo es aquel
llamado insulso, carente de sentido, sino por el contrario es un mensaje
contundente hecho desde la apreciación sabia y artística.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Una de las
situaciones que producen aquellas abominaciones en la tierra son las religiosas.
Por lo tanto, el héroe hace un llamado a la humanidad, porque muchas de las
guerras y derramamiento de sangre son a
causa de este fenómeno. La voz poética reitera “romped el santo grial” (Pardo,
1975, p. 10), como súplica inminente de la salvación terrenal.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: left;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.0pt;">(…)
¡Sabed, Yo tengo mis leyes geoquímicas! ¡Ya depuré con ellas a las enfermedades
y al rostro senescente de la culpa! ¡Tuve un infierno personal y construí mi
propio paraíso!¡Romped el santo grial romped el santo grial y dale un nuevo
corazón al mundo!
¡Ah de los que escucháis arrodillados ante las aras de los templos:<i>pangue lingua pangue lingua! </i>Y al
escéptico triste que proclama: ¡no hay más que vanidad de vanidades!
Desde mi paganismo esférico respondo: ¿no ves la rotación de la materia?
solo hay eternidad de eternidades. (Pardo, 1975, p. 14).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El santo grial entre
otras cosas fue un producto bélico que ocasionó diversas matanzas y guerras sin
sentido, aquellos que lo cuidaban creían llevar la sangre de Cristo. Su ruptura
representa la desaparición del enajenamiento religioso que durante siglos
domina la humanidad. De igual forma, en estos poemas se haya una relación
directa con la química, la materia que finalmente es lo que perdura y que
representa como una nueva religión. Sólo el ser material es el que tiene el
encuentro con la salvación, aunque, <i>el
héroe </i>no precisa qué clase de materia es. ¿Podría ser la carne misma del
hombre? o ¿el legado que puede dejar en el mundo como ciudades e inventos de
modernización?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Tal vez sean ambas o
quizás no, pero lo que si se esclarece en el poemario es que el héroe no
necesariamente se representa como un ser material, también se hace desde el
ideal colectivo, buscando soluciones inteligentes para huir de la catástrofe,
sin perder la espiritualidad, pero a su vez no siendo dependiente de un dios,
porque es de tener en cuenta que “ya no existe la clase de sociedad de la que
los dioses eran soporte” (Campbell, 1972, p.212).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Uno de los
poemas se titula “El Héroe en Auschwitz”,
la ciudad de Polonia donde cientos de judíos fueron asesinados. Es interesante
ver como se hace mención al holocausto Nazi donde miles de personas murieron
sin tregua, es una tragedia que sin duda necesitó de un héroe. Desde la
posición de héroe moderno, los héroes del holocausto no serían las fuerzas
aliadas como históricamente se cree, los verdaderos héroes fueron todos
aquellos que desde una situación de impotencia surgieron y construyeron una
nueva mentalidad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Se hace entonces la denuncia: una guerra más para la
modernización del mundo, cada uno con su héroe, los judíos tuvieron que
sentirse héroes por aguantar, “los alemanes por ser una raza superior” y las
fuerzas aliadas porque “detuvieron una catástrofe mundial”. Pero el héroe que
ve todo desde un punto lejano observa que no hay héroe más que la sangre de inocentes corriendo por
las calles.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.0pt;">¿Dónde estabas
oh Dios de los profetas? te llamaban <i>Dios
de las batallas</i> y era verdad: ¡terrible combatías! Cristo: ¿cuál fue tu
angustia comparada con la de los campos de concentración? ahí la sangre se
volvió cianuro.(Pardo, 1975, p. 30).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">De esta manera, el
escritor German Pardo García tiene en este poemario una actitud profética del
mundo, teniendo en cuenta el contexto en el que se creó los poemas. Aparte de
que logra ubicar al lector en un mar de metáforas que enseñan con mayor claridad
la perspectiva de héroe. Son poemas en prosa en los que se yergue un contenido
estético significativo y aunque el léxico es antiguo, se esclarecen aspectos
modernos como el impacto de la tecnología y la ciencia.</span><br />
<b style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br /></span></b>
<b style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">PAUL RIAÑO SEGURA</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">REFERENCIAS</span></b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.0pt;">:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Campbell, J (1972) <i>El héroe de las mil caras, psicoanálisis del
mito</i>. México. Fondo de cultura económica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Pardo García, G
(1975) <i>El héroe</i>. México. Libros de
México.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">FICHA TIPOGRÁFICA <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Libro: El Héroe</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Autor: Germán
Pardo García<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Editorial: Libros
de México<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=2259656565954126952" name="_GoBack"></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Año: 1975</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-67711484369638717222012-12-04T15:23:00.002-08:002012-12-04T15:25:02.306-08:00DE PUTAS Y VIRTUOSAS.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-j06aUV2-EJ0/UL6Fk0hoTZI/AAAAAAAAAwo/QKYbmWn05DA/s1600/de+putas+y+virtuosas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://4.bp.blogspot.com/-j06aUV2-EJ0/UL6Fk0hoTZI/AAAAAAAAAwo/QKYbmWn05DA/s200/de+putas+y+virtuosas.jpg" width="130" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Son varias las novelas en
las que la protagonista, por cosas del destino, resulta metida de puta, y a
partir de allí se cuentan las mil y una desgracias que la han hecho romperse la
cara contra la vida. Son pocas, sin embargo, las que muestran que la decisión
de ser prostituta deviene de una profunda reflexión y una seria inclinación
hedonista.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De
putas y Virtuosas</span></i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> es una novela en la que Óscar Collazos nos
presenta a Amalia, una prostituta joven que aún posee la destreza suficiente
para ser el centro de atracción del pequeño burdel del pueblo porteño en el que
vive, pero que al tiempo resulta ser la más devota y respetuosa católica. Así
como un sicario se encomienda al santo de su predilección antes de cometer el
crimen, se sabe que es un cliché el
hecho de que la prostituta se encomiende a la “virgencita” o a la “magdalena” antes de iniciar sus
cortejos fornicarios.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pues bien, Collazos no sitúa
a su protagonista en una u otra de las posibilidades, pues Amalia no es la
santa empedernida, ni la hedonista
consagrada; es una mezcla entre ambas, sólo que para la trama de la novela,
debe asumir las posturas de la fe, porque en medio de todo cree en dios y da
lugar al respeto especial que este se merece en la semana santa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Entonces, la novela
transcurre en la celebración de la semana mayor en la que mientras el burdel
continúa abierto a los marineros que llegan ansiosos a puerto, Amalia permanece
encerrada en su habitación (que queda en el mismo prostíbulo) lacerando su
conciencia por el pecado criminal de las otras mujeres, que no dando espacio
para la reflexión y el arrepentimiento, continúan con su vida licenciosa y poco
cristiana. Este hecho genera un ambiente de tensión que hace que las otras
mujeres se ensañen contra Amalia y cuestionen su vocación de ser puta. Incluso,
en una discusión que sostiene con la matrona del burdel acerca de la condición
blasfema de abrir en plena celebración católica, la proxeneta responde con
certero cinismo que:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 1.0cm; margin-right: 30.8pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“Claro
que somos creyentes – se excusó la matrona cuando alguna temerosa se atrevió a
formular objeciones-. Lo que pasa es que sigo siendo humanitaria- concluyó,
conteniendo la risa.”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 30.8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Este tipo de discusiones se
presentan reiteradamente en el imaginario</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">literario, puesto que se sabe que en la antigüedad a la prostituta se le
adjudican tanto poderes heréticos como virtudes amatorias, así que la imagen de
la prostituta posee atributos duales que configuran la entera necesidad de la
existencia de la profesión. De la misma manera</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">como en el carnaval la prostituta podía asumir la posición de monja,
así, la puta puede ser entera devota de Cristo sin por eso dejar de ejercer su
oficio, y Collazos recurre a este imaginario para presentarnos una Amalia que
dedica la semana santa no a la adoración completa de Cristo, sino a la
meditación y reflexión de lo que ha sido su vida, sus actos que la conducen a
su vida de amante fugaz, de madre que no puede tener a su hija cerca y de
esposa frustrada por los hilos de la vagabundería.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 2.45pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Entonces,
la onda meditación de Amalia se ve interrumpida por el ajetreo propio del
lugar, en el que constantemente se escuchan los gemidos de placer emitidos por
una verga de marino que ansiosa estalla repentina contra las nalgas de la
obscena, para que Amalia tenga que salir
a reprender los espíritus lujuriosos que se burlan de la semana mayor, ante lo
que las otras prostitutas responderán a coro:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 1.0cm; margin-right: 30.8pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“Si
es Jueves Santo, peca pero no tanto –decía la copla que, a modo de
compensación, repetían las ociosas- y si es Viernes de Crucifixión, hágase con devoción-
seguían versificando.”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 2.45pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De
alguna manera estos comportamientos son propios
de la naturaleza de las mujeres entregadas a la prostitución, pues en
medio de su labor se acercan a la
historia misma de la humanidad, que ve en ellas una suerte de receptáculo de
placer y al tiempo, un confesionario ante el que puede desahogar lo más oscuro
de su vida. Quizá por ello, no afecta sus impulsos sexuales la moralidad
colectiva, pues antes bien, en medio de las festividades son las únicas que
puede ser tal y como son, sin las máscaras o el teatro de quienes hacen la
representación de la cena, o la crucifixión.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 2.45pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En este
sentido, Óscar Collazos nos presenta a unas mujeres de calle que en medio de la
celebración salen a cazar hombres para burlarse del ritual y obligarlos a ceder
ante el pecado por medio del placer y la fugacidad, sin embargo, el pueblo
entero es la representación del
paganismo, porque de la nada:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 1.0cm; margin-right: 30.8pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“empezaban
a salir mujeres preñadas con hijos a cuestas, muchachos con provisiones de comida para la función, acostumbrados como
estaban a convertir los ritos más sagrados en fiestas desmedidas (…) salían monaguillos
nerviosos, vendedores de pescado, funcionarios soñolientos, parranderos
enguayabados, paralíticos sobre los hombros de sus hijos, que para divertir a
los ancianos cabalgaban por la calles, todos se instalaban esperando que un estridente
toque de trompeta anunciase el comienzo del espectáculo.”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Entre tanto, Amalia busca la
manera de reconciliarse con su pasado, con su esposo Joaquín, pero es tarde y
de a poco la gana el hecho real de ser
solo una vagabunda, una errante mujer de paso, una confidente y amargada mujer
de 30 años que ha perdido por completo el cariño de su hija, que apenas si la
recuerda como a una Tía lejana que de vez en cuando los visita.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La novela da un giro inesperado
cerca de su final, y nos presenta a una Amalia completamente reconciliada con
su labor, pero al tiempo, una Amalia llena de bondad y amor, de respeto por lo
divino y de pasión por lo humano, una mezcla dicotómica que demuestra que en la
prostituta existe la doble condición
amalgamada al peso de ser humano, porque nos expone a una Amalia
que imagina la venganza contra una de las prostitutas que se burla de ella y la
atormenta:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 1.0cm; margin-right: 30.8pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“En
ese instante, cuando su imaginación se complacía en la crueldad, supo que en
adelante todo sería posible en su vida: la santidad y el crimen, el vicio y la
virtud, todo cuanto en pocos años no había sido más que necia tolerancia. El
rostro sangrante que pasaba por su imaginación, cumpliendo la venganza exigida,
también era la suma de rostros que alguna vez, en un ligero inventario, había
soñado como formas desagradables y repugnantes…”<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=2259656565954126952" name="_GoBack"></a><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La novela de Collazos reúne
esta doble condición moral de Amalia, y ofrece una mirada, que si bien ya ha
sido múltiples veces trabajada, se hace valiosa en el sentido de la forma
estética con que se mira. Amalia Virtuosa, Amalia Puta, Amalia Viciosa, Amalia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 30.8pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">OMAR GONZÁLEZ.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 30.8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ficha
de libro:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 30.8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Collazos,
Óscar.<i>De putas y virtuosas.</i> Caza de
libros. 2008.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 30.8pt; text-align: justify;">
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-54142779655442422562012-11-07T14:38:00.001-08:002012-11-07T15:00:37.198-08:00DIARIO DE HERNANDO TÉLLEZ<a href="http://1.bp.blogspot.com/-yxpKCJ2__E0/UJrimKF787I/AAAAAAAAAwY/Pvtro31Joao/s1600/diario+de+hernando+tellez.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-yxpKCJ2__E0/UJrimKF787I/AAAAAAAAAwY/Pvtro31Joao/s1600/diario+de+hernando+tellez.jpg" /></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hasta hace unas décadas los
diarios eran una peligrosa ventana a la intimidad; guardados en los lugares más
seguros, funcionaban como una memoria de los asuntos cotidianos y, en no pocas
ocasiones, emergían de ellos confesiones sobre sentimientos de días pasados. Hoy,
cuando la intimidad se regala en las redes sociales, los diarios han pasado a
ser artilugios banales o tal vez objetos en desuso en los que no caben las
fotografías ni los videos con los que los internautas refrescan su
protagonismo. Por eso no es común encontrar un título de este género –diario-
sin sentir una cierta extrañeza.</span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El diarismo no sólo ha sido cultivado
por aquellos que se refugian en la soledad de su alcoba sino también por
escritores que ven en este género una opción para revelar y publicar
impresiones muy personales sobre hechos, en ocasiones triviales. Ese matiz intimista
se percibe en el prólogo del <i>Diario </i>de
Hernando Téllez: “quise someterme a la disciplina intelectual de hacer un
diario íntimo para verter en él la corriente de las impresiones, los
sentimientos, los estímulos confusos, las ideas vagas, las fórmulas de
pensamiento, y libertar de esta manera el universo caótico que lleva todo
hombre” (XI).</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al margen de ese deliberado
personalismo y del efecto catártico que plantea el autor, se debe pensar en las
circunstancias en las que nace esta obra. Hacia la fecha de su publicación, en
1946, Hernando Téllez acumulaba un hondo prestigio en el ámbito intelectual del
país: había participado en la llamada generación de “Los Nuevos”, -grupo de
intelectuales colombianos reunidos alrededor de la revista que llevaba el mismo
nombre de la generación- y colaboró activamente durante los gobiernos liberales,
entre 1930 y 1946. Fue redactor en el periódico El Tiempo, cónsul de Colombia
en Marsella (1937) y Senador de la República en 1944. Asimismo, tenía publicado
ya dos libros de ensayo, titulados <i>Inquietud
de mundo </i>y <i>Bagatelas.</i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La escritura del <i>Diario </i>está nimbada con el renombre de
Hernando Téllez quien a la fecha era reconocido no sólo como político sino como
un dominador de la palabra, con una sensibilidad profunda que le permitía
moverse en diferentes esferas de la existencia. Sumado a esto, el <i>Diario </i>es escrito en medio de la segunda
guerra mundial –lo cual se verá reflejado en algunos de los textos que
conforman el libro- y, en el ámbito político local, ya se vislumbraba una nueva
presidencia conservadora.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El libro está compuesto por
47 textos cortos en los que Téllez reflexiona sobre múltiples cuestiones: por allí
pasan disquisiciones sobre las diferentes etapas de la vida, esbozos de crítica
literaria, una fina angustia por la evolución de la segunda guerra mundial,
pensamientos acerca de estados como el amor, el recuerdo, la perseverancia, la
muerte. La multiplicidad es el signo de este libro que logra su unidad en la
pericia verbal y en el objetivo de transformar imágenes pasajeras en
experiencias universales, esto es, en la necesidad de hacer poesía. ¿Cómo
consigue esa dimensión ecuménica, que puede hablar a todos los hombres sin
trivializar los temas? Aparte del refinado uso del lenguaje, se podrían citar
dos estrategias nucleares en este libro: la síntesis y la agudeza en el juicio.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En el primero de los casos,
el lenguaje tiende a ser preciso, sin menoscabo de sus posibilidades sonoras,
lo que deriva en textos cortos cuya sustancia crece al ritmo de una sintaxis
revisada en sus mínimos detalles. El lector se encuentra con imágenes que se
construyen en una prosa de no más de tres o cuatro páginas de extensión y cuyo
deleite radica no sólo en la resonancia de esas imágenes sino en el encuentro
con un lenguaje sin fisuras, aunque siempre al borde de la floritura verbal. Cómo
no percibir ese riesgo de cierto preciosismo en la escritura en expresiones
como la siguiente, en la que la frase se alumbra con un léxico y una
adjetivación que persigue la musicalidad, además de un tono sentencioso:</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“Aquellos juguetes que
amamos, que deseamos poseer algún día y por los cuales hubiéramos dado un poco
de la vida o la vida entera, al volver a las manos de los hijos, son recibidos
con hierática frialdad, con gesto de invencible y perfecto desvío” (140)</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La agudeza de juicio, en
segundo lugar, evita que los textos consignados en este <i>Diario </i>terminen naufragando en el cotilleo cotidiano o sean sólo
burdas expresiones de los sentimientos de un ser humano –como suele pasar en
las redes sociales. El autor se sobrepone a cualquier posible búsqueda de
protagonismo, de lacrimoso o eufórico afán confesional, huye de la necesidad de
exponerse con patetismo en la escritura y aplica a sus textos, utilizando su
juicio, un perfecto equilibrio entre la sensación y el hecho razonado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En realidad los textos del <i>Diario </i>de Téllez, y basándonos en los
rasgos anteriormente descritos, en la libertad en la exposición, en la
capacidad de hacer universal lo íntimo, encuadrarían mejor en la categoría de
ensayos. En ellos la palabra llama al mismo tiempo la atención sobre ella misma
y sobre los diversos contenidos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En estos ensayos el lector
encuentra suscitaciones con las que puede dialogar profusamente: la relación
entre los objetos y la memoria, la fugacidad del amor, la imposibilidad de una
evasión total en busca de la felicidad, la paulatina falta de importancia en la
que va cayendo el mundo una vez se entra a la vejez. Hay también encuentros con
Baldomero Sanín Cano, Guillermo Valencia, la poesía en Colombia, o incluso una bella
similitud entre Madame Bovary y las mujeres campesinas colombianas. Aparece
allí, en una perspectiva que se debe leer en contexto, un elogio a los soldados
de Estados Unidos, victoriosos en la segunda guerra mundial, y un caluroso
llamado de atención a cierta arrogancia francesa por la cual no obtuvo el
suficiente respaldo de otros países en dicha guerra. Incluso, y para que esta
panorámica quede lo más completa posible, hay una sesuda disquisición sobre la
literatura infantil y las obras hechas para un niño lector, que podría ser una
fuente de análisis para docentes y en general para quienes deseen involucrar a
los niños a la lectura.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Puede que, por su número, algunos
de estos ensayos cortos naufraguen en el mar de experiencias del lector, pero
en general, la fuerza en la dicción y la penetración en la condición humana,
los hacen atractivos a casi todo tipo de personas (incluso a aquellos que
quieren tomar sentencias inteligentes para adornar su cuenta en la red social).
<i>Diario </i>o ensayo –o quizás ambas cosas
a la vez- Téllez nos muestra el camino para desdoblar lo particular en lo universal,
uno de los retos más grandes para quien desee ser escritor.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Leonardo Monroy Zuluaga</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Citas tomadas del libro:
Téllez Hernando. <i>Diario. </i>Medellín:
Universidad de Antioquia, 2003 (1946)<o:p></o:p></span></div>
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-32028327368712075422012-09-20T13:15:00.004-07:002012-09-20T13:16:57.076-07:00VIAJE A LA CLARIDAD DE FERNANDO SOTO APARICIO<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-h18GSStxjWg/UFt5GOpAZNI/AAAAAAAAAwA/RJFg9AbP2k4/s1600/viaje+a+la+claridad.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-h18GSStxjWg/UFt5GOpAZNI/AAAAAAAAAwA/RJFg9AbP2k4/s320/viaje+a+la+claridad.jpg" width="206" /></a><span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La escritura
puede configurarse en una atmósfera de
conversaciones, de intervenciones constantes en la sociedad que nutre las
influencias de la profunda identidad que tiene cada ser humano, que al igual, debe
esconderse, rescatarse, ahogarse en el infierno oceánico, o puede silenciar
desde un principio para desentrañar los misterios que se abrazan a las palabras
mudas, porque las imágenes son unas constelaciones que acercan la muerte. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">De esta
manera, Fernando Soto Aparicio, en su novela <i>Viaje a la claridad </i>-novela poco mencionada- nos mostrará cómo las visiones, los silencios, los
delirios y otras imágenes que se encuentran en las desesperaciones del <i>ser, </i>van a estar presentes en la
historia de una niña que se encuentra entre los doce y catorce años que será violada por su padrastro <i>Satanael </i>–nombre sugestivo por caracteres
gramáticos de Satanás-. La novela tendrá
como estructura un analepsis, donde las primeras palabras o imágenes, se verán
en una camilla, con una persona en una especie de estado de coma: “… <i>Se le dificulta la respiración y quiere
salir, mover la cabeza, abrir los labios y gritar cualquier cosa para que
comprendan que está a punto de morir.” (p. 7) </i>la etapa de coma va a
reaccionar de manera latente durante todo el relato, ya que su estado es
causado por el parto que ha dejado la violación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Dentro de
este estado de coma, ella reflexionará y recordará su vida, maldecir a su padrastro, y “<i>…sentirá asco y nauseas y ´el mismo acabará escupiéndose,
´el mismo terminará condenándose, ´el mismo se lanzará de cabeza a las pailas
en que el Diablo moja su hirsuta brocha de su cola.” (p. 14) En </i>estas
reflexiones van ha establecerse constantemente y a sentirse como un animal
condenado, como si estuviese pagando una culpa de los cielos, porque para ella
lo que tiene en el vientre es “…<i> un balón
de fuego, …” (p.23).<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Patricia,
nombre de la niña que nos relata la historia, es una persona que se ha criado
en varios hogares, ya que su madre trabaja en casas haciendo oficios varios
desde que su primer marido falleció. Con
ello, desesperada decide casarse con
Satanael, ya que puede otorgarle un seguro económico para ella y su hija. Las
cosas van sucediendo poco a poco. Patricia logra tener amigas y logra perderse
en lecturas literarias, y conceptos que la llevarían a mucha confusión que en
el relato logra tejer la historia: “Supo</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">
que existía la palabra “fornicación”, pero no encontró en ninguna parte su
significado</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">.” (p. 39) dentro de todo
ello, crea un personaje que la acompañará hasta cierto punto del relato, y
después de una discusión con un compañero</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> “… Y desahogó
con Equis la cólera de que estaba llena” (p. 28) </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">porque “… </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">de repente, yo soy Equis.” (p.72). </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Equis se convierte en su única compañía,
y a la vez, etimológicamente, el nombre configura un símbolo varonil (caballo),
un símbolo según los análisis
freudianos, en una construcción sexual, ya que el personaje del relato en
varias imágenes de remembranza va a ser
una atracción sexual y por ende un campo de provocación para Satanael cuando lo
espía con sus amantes: “ </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Madreamor se
acerca a Satanael y ´este le abraza y la besa y después –despierta su lascivia-
se restrega contra ella. “ (p. 32)</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Dentro de
todo ello, y la forma de como ha sido violada “<i>Satanael sigue despojándola de su ropa, y cuando queda desnuda se
abalanza sobre su pequeño cuerpo… pero de repente no es ya Satanael. Es el
búho, con su enormes ojos…” (p. 134)</i> se van a presentar unas reflexiones
acerca de un reino que no es de este mundo, sino un reino infernal y que para
ella, le pertenece a la persona que tomó su cuerpo de forma sangrienta, porque
“… <i>no habrá violetas que puedan alimentar
se con la savia podrida de su sangre</i>.” (p. 58), es decir, que ni la muerte
de Satanael podrá limpiar su cuerpo putrefacto de dicho cometido, ya que él,
como se dijo antes, pertenece a otro reino: “ <i>Mi reino está preparado para incinerar su cuerpo. Por cada uno de sus
espasmo solitarios permanecerá un año más en mis dominios, y la echaré a la
turba de los demonios para que con ella apaguen su sed milenaria. “ (p. 84). </i> Es este misterio que esconde la historia sobre
la fauces de la muerte de Satanael y su reino oscuro, y que el lector tendrá
que descubrir. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Finalmente,
en el estado de coma que se encuentra mientras el parto se manifiesta en
delirios, en círculos que Soto Aparicio nos muestra para contar la historia de
una sociedad temerosa, vulnerable frente un patriarcado, </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“Ella despierta cuarenta y ocho días después de haber cumplido sus
quince años” (p. 131). </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La criatura ha nacido, algo impuro desde los
intersticios de la reflexiones de Patricia, pero dentro de todo ello, y al
final, va a reaparecer Satanael.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">LUIS
FERNANDO ABELLO</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">FICHA DEL
LIBRO: Soto, Aparicio, Fernando. <i>Viaje a
la claridad. </i>Biblioteca de literatura colombiana, Editorial Oveja negra.
1985. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-7966770055120573732012-08-27T14:41:00.000-07:002012-08-27T14:44:33.980-07:00 MANISFESTACIONES IDEOLÓGICAS DE VARGAS VILA EN LA NOVELA IBIS <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-wOoOXkeow1Q/UDvoiVflbdI/AAAAAAAAAvs/uCvcAUUoPgQ/s1600/vargas+vila.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-wOoOXkeow1Q/UDvoiVflbdI/AAAAAAAAAvs/uCvcAUUoPgQ/s1600/vargas+vila.jpg" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Gracias a
su portentosa irreverencia que en repetidas ocasiones sirvió como fuente
de</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">inspiración a jóvenes inconformes con
sus sistemas políticos y religiosos, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">José
María Vargas Vila marcó un estilo en la escritura que para ese tiempo, y aun en
la actualidad, se denominaba como modernista. Esto se debe en gran parte a la
fuerte carga ideológica que establecía en sus escritos y que le dio el
calificativo de panfletario. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Así mismo,
Vargas Vila más que ostentar una polémica en su época (dado a su religión,
misoginia, críticas e inclinación política) también generó cierto hastío en
algunos escritores y políticos que tiempo después se convertirían en sus
críticos, pues según investigadores de la vida del autor como Aníbal Noguera
Mendoza mencionan que:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 42.5pt 10pt; text-align: justify;">
<i><span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Don José María Vargas Vila resulta un trago
demasiado espeso para sus contemporáneos y, ahora, para los descendientes de
estos. Son muchos los golpes que propina esta prosa saturada de frenetismo.
Escrita como saltando casamatas, incitaba odios que aún sangran. (PP 307)<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Ante esto
se observa que el escritor santafereño, de cierta manera daba motivos que
alimentaban la discordancia de sus contemporáneos. Sin embargo, jamás bajaba la
guardia acerca de lo que pensaba de sus gobernantes y líderes religiosos.
Incluso en diversos lugares era considerado como la voz del pueblo gracias a su
capacidad como orador, así lo afirma Noguera cuando dice:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 45.35pt 10pt 42.5pt; text-align: justify;">
<i><span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Este fenómeno inexplicable indica que la voz
de Vargas Vila llenaba al pueblo. La entonación que supo darle a su prosa
alimentaba los sueños de las masas angustiadas por los gobiernos dictatoriales.
Sin los relámpagos de Verbo de admonición y de combate, históricas y políticas,
“La muerte del cóndor”, “laureles rojos”, etc., no se hubiera mantenido en
vigilia la imaginación popular aletargada por las derrotas militares. (PP. 309)
<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Es así,
como el santafereño se caracterizaba por mantener su orgullo a pesar de las
controversias. De hecho la confianza en sí mismo, le permitía ignorar las críticas
y seguir con sus escritos, puesto que estos se destacaban por sus contenidos
subversivos y antirreligiosos. Por lo tanto, novelas como <i>La demencia de Job</i>, <i>flor de fango</i>,
el libro de cuentos <i>Copos de espuma</i>, <i>María Magdalena</i> e <i>Ibis,</i> no carecían de dichos contenidos, pues la ideología
vargasviliana siempre se manifestaba
allí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En ese
sentido, se ratifica el protagonismo de la pluma de este controvertido escritor
en la literatura de principios del siglo XX. Ahora, otro motivo de sus
contemporáneos para someterlo a las críticas fue, según ellos, la forma en que
el santafereño abusaba de la gramática, así lo explica Noguera cuando menciona
que Vargas Vila sumergía al lector en un mar de metáforas interminables. Sin
embargo, muchas de estas tuvieron su verdadero veredicto en la opinión de los
lectores, quienes poco a poco fueron estimando la obra de Vargas Vila.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Lo
anterior se comprueba dando un vistazo a una de las novelas más destacadas del
autor. Es el caso de <i>Ibis,</i> novela
publicada en 1906. <i>Ibis</i> fue una
novela que causó mucha controversia en sus tiempos no sólo por su contenido,
sino por la reacción que ocasionó en algunos lectores. De hecho en el texto de
Noguera, se habla de una serie de suicidios que se dieron en la época a causa
de la polémica obra, allí se dice: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 42.5pt 10pt; text-align: justify;">
<i><span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Los suicidios que indujo la novela ibis.
Entre los más famosos se encuentra el de una dama de Barranquilla (…) el de los
jóvenes en Panamá (1906) que dejaron el siguiente mensaje: <<b 229="229" causa="causa" de="de" en="en" gina="gina" ibis="ibis" la="la" nuestro="nuestro" p="p" squese="squese" suicidio="suicidio" vargas="vargas" vila="vila">> (…)
El de una pareja de enamorados PP. 310<o:p></o:p></b></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">También en
el texto se menciona una anécdota del
autor, cuando realiza un viaje al Brasil donde su sorpresa fue encontrarse con
uno de los cercanos a las víctimas de su cuestionada obra:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 42.5pt 10pt; text-align: justify;">
<i><span lang="ES-CO" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">(…) hace unos quince días se suicidó una
sobrina mía, en cuya mesa de noche se hallaba <<ibis>> con una
anotación marginal en la que se aseguraba ser su libro el responsable de tamaña
desgracia (…) PP. 311 <o:p></o:p></ibis></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 42.5pt 0.0001pt 5.65pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">del mismo
modo, la novela generó controversia por su mensaje misógino y un tanto peyorativo
hacía el género femenino, dado a que se compara
la mujer con Eva la que tentó a Adán,
la causante de la caída y por ende de toda desgracia en el hombre. Por
lo tanto, en la obra se mencionan frases como: </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">el capricho es la ley de la mujer (…) la mujer es como salomón en el
amor, la sabiduría le es innato (…) la mujer es más amarga que la muerte dice
salomón… la mujer es la fuente del mal y del dolor… la mujer lleva en el
vientre la tragedia. Ibis pág. 24</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Ahora
bien, esta novela cuenta con un
fundamento eclético, pues el autor tiene la pericia de mezclar su inconformidad
hacia la religión con su relativa apatía con las mujeres. Es por esta razón que
constantemente hace alusión a los pasajes de la biblia (los salmos) y a
historias de mártires religiosos, especialmente del antiguo testamento.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Para
corroborar lo dicho anteriormente, en un fragmento de la novela Vargas Vila
menciona que:</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> el amor es el alfa y omega: principio y fin de la existencia; es
la maldición; es Eva, Jezabel, Judit, y Dalila, Raab y Magdalena; es seducción
en el paraíso (…) Ibis PP. 21 </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">esta comparación pone en manifiesto una
fuerza revolucionaria del autor que invita de cierta manera al lector a
desprenderse de su realidad inmediata.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Es por
ello que</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> Ibis</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> tiene mucha relación
con la vida del santafereño, porque aparte de manifestar sus pasiones
idealistas, también revela algunas similitudes con Teodoro, personaje de la
novela. Una prueba es el hecho de que los dos sean ilustrados libelistas, así
como la barrera que éste anteponía hacia la religión y su simpatía por la
ciencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Desde esta
perspectiva, la voz de Vargas Vila se hace presente en su obra, pues novelas
como </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La demencia de Job,</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> hace alusión a la historia bíblica, sólo que
allí la paciencia no es la mejor virtud, más bien es la rebeldía y la injuria
hacia los designios de Dios. O también </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">María
Magdalena</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> aquella versión de la vida de Jesús, donde se ve representado el erotismo
y la lujuria, y hasta el más santo de los hombres no está exento de caer en la
tentación, y así en muchas obras más se
ven estas características.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En
conclusión se demostró que los escritos de Vargas Vila ya no eran bien vistos
por sus contradictores. Incluso llegaron hasta prohibir sus textos en la república
granadina, no obstante, el santafereño quiso difundir sus ideas y esto no fue
impedimento, para que finalmente se prolongara la subversión Vargasviliana. Por eso, aunque
algunas críticas hacia este autor fueron acertadas en muchos de sus ámbitos, no
se puede dejar a un lado que Vargas Vila fue mentor de la libertad de un pueblo
oprimido y la posible solución para muchos inconformes de aquella época.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">PAUL RIAÑO SEGURA</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">AA.VV. Manual
de literatura colombiana. (José María Vargas Vila). Educar Editores, 1984</span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-15179361040218058392012-07-09T09:22:00.001-07:002012-07-09T10:11:07.629-07:00NOCHE DE VIAJERO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-Q7wLgYgOQao/T_sE2ueJXHI/AAAAAAAAAvg/ziPNWYv9zPE/s1600/miguel-mendez-camacho-big.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://3.bp.blogspot.com/-Q7wLgYgOQao/T_sE2ueJXHI/AAAAAAAAAvg/ziPNWYv9zPE/s200/miguel-mendez-camacho-big.jpg" width="137" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Decididamente llegas a casa
y te encuentras en la situación de soledad y humo que has buscado desde muy temprano
en la noche. Reina el silencio de los durmientes y te ampara la añoranza de
saberte solo en medio de este resquicio que ha quedado del intento por cruzar
el día. Y lo ves, quieto ahí en su ansiedad de ojo, esperando el momento para
devorarte. Es otra vez Méndez Camacho, <i>para
asumir la soledad. </i>Poemario.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ansioso persigues el
título que, por azar, ha quedado entre tus dedos, y la imagen te cubre de súbito con su ataque. Vienes hastiado de la noche y sus
lugares –para ti los cotidianos, siempre nuevos para ella- y te recibe la rúbrica
sencilla de aquello que muestra que no eres más allá de lo que dicte el poema
en esta <i>noche de viajero <o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">que acusa<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">cuando te sentencia:<i><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Sudas,
maldices en voz baja,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">cierras
los ojos y persigues<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">un
sueño grato que tuviste<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">en
la última noche de vacaciones.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Maldices
otra vez <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">para
apagar la luz<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">implorando
que acabe la vigilia.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hay un llamado a la
oscuridad en estos versos, un reclamo para que acuda la noche y el poeta pueda hundirse en el sueño. También
ves hastío, una nausea cotidiana que asquea, ante la que no hay posibilidad
distinta a la huida, la búsqueda infranqueable del camino hacia Morfeo, porque
tal vez en los instantes del sueño puedes recordar la calma de los días, para vivirlos
nuevamente, aunque cíclicos y miméticos. Ves que en las anteriores líneas se encuentra un propósito negro que te ha
ganado por completo. Palabras que relacionan el divagar de tu cabeza que se alborota
cuando las letras confabulan para decirte que también te gana el miedo. Sudas.
Maldices lo maldito de las letras. Te declaras devoto de la luz y asumes la
esperanza del siguiente día. Sin embargo, el confabulado hace un nuevo ataque y
te confirma que la noche se ha dispersado por los rincones de la casa y hace
ruido. Cada objeto te punza <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">para que <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">lo consideres<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">cierto.<i><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Entretanto,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">la
noche se diluye en ruido vanos:<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">El
quejido del tren que sirve de cuchillo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">para
punzar la oscuridad,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">el
ajetreo de pasajeros y equipajes,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">los
minutos marcados<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">por
el reloj de agua<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">de
un grifo que gotea.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">No molesta decir las
cosas que se ocurren cuando se está solo, y se halla el hombre de bruces contra
la palabra; tan seria ella. Entonces se hace evidente de nuevo el sudor y el cigarrillo es atraído por una mano
que busca la seguridad, la calma. Afuera el bullicio es una estampida, la misma
que se manifiesta en los pasajeros y equipajes que alucinan la tranquilidad de
la voz poética, esa que después de apagar la luz da lugar a los imaginarios y
las sombras provistas de vida, para que en medio de su desvarío obsequie para la palabra misma la
imagen del tren que rompe los tímpanos y vulnera la tranquilidad con mano
criminal. El lenguaje es trasparente y no se anda con harapos o argumentos
simples. Sólo el golpe fortalece, el reconocimiento de ser frágil, de azararse
cuando Camacho asegura que eres viajero de la noche condenado por tu propia mano y sometido por <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> un misterio <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">siniestro <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">ante el que<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Sudas
copiosamente<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">y
alargas la mano en la penumbra para buscar<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">-con
ademán de ciego-<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">el
frasco de los tranquilizantes,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">y
te encierras<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">en
esa duermevela de viajero<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">que
teme<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">noestar
a tiempo en la estación<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">del siguiente día<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">para comprobar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> que tu
impostada fortaleza erige una vez más el esqueleto que eres para los otros. Entonces,
ante la evidencia de saberse despojado, solo y frágil, buscas de nuevo entrar
en el sueño. Pero -sugiere el poema- te ves invadido por la imposibilidad de
hallar consuelo, te desvelas y haces el mejor de los intentos para calmarte, en
vano, pues los nudos noctámbulos se han cernido sobre ti para cegarte en el
anhelo de un amanecer al que de seguro no
llegas. Lees trastornado nuevamente ese poema, <i>Noche de viajero,</i> teniendo la certeza de que está en tus manos el
cuerpo completo de una cosa que te revela desnudo, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">imposibilitado para
la palabra, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">la pregunta:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Cuál
es tu viaje y hacia dónde,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">cuál
la ruta a seguir y<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">losmotivos
que te obligan a huir.</span></i><i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Como si fuese fácil <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">atreverse a dar respuesta <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">cuando no hay otra
que no sea la misma que te ha llevado a consumir las letras en silencio. Sólo
te sabes en las fauces de la sorpresa que el lenguaje teje alrededor de las
veladas de locura rota. No eres más que las cosas que el poeta hilvana para trastorno
de tus sentidos; la iluminación nocturna, la lucidez de saberse burlado por la
palabra impresa que algún alucinado pronunció en su Cúcuta natal. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Jamás es necesario
acechar bajo el nocturno para afirmar la carne de la presa entre las fauces;
únicamente es anzuelo la escritura, que con su poder de palabra y de silencio, a
decir de Drumond de Andrade, se consume a sí misma, pues en la búsqueda <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">de contacto con <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">el verso efímero<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Sería
igual si hablara tu lenguaje<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">pues
no hay idioma conocido<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">para
intentar, siquiera,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i><span style="font-family: 'Book Antiqua', serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">una
respuesta.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 127.6pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Al final, cansado de
parpadearte la noche, concilias el sueño.
Ha sido un fracaso enfrentar el poder de la palabra, de ese lenguaje
oscuro que aguarda más allá de lo nombrado
y tu evidente frustración. Te sueñas en medio de acertijos y al fin
pareces hallar salida en el fondo de tu nocturno afán. Amanece, abres los ojos
y nada parece haber cambiado, salvo tu noción de tiempo, y un poemario al que
le falta una hoja, que en medio de la noche halló nido en ti para volverse
miedo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Omar
Alejandro González Villamarín.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ficha
del libro:<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">MÉNDEZ CAMACHO,
Miguel: Noche de viajero. <u>EN</u>: <i>Para
asumir la soledad. </i>Poemario. <u>EN:</u><i>
Exilio. </i>Revista. No 19. ISSN 0122-0063. Bogotá 2009.<o:p></o:p></span></div>
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-32983219243698243592012-06-16T10:23:00.000-07:002012-06-16T10:25:09.273-07:00LA ESPLÉNDIDA CASA DE LA DECADENCIA” DE POLICARPO VARÓN.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-rV0ERM8bgVM/T9zAiqAAY_I/AAAAAAAAAvU/ytZ3-V9pn5Q/s1600/cuentos-del-tolima-antologia-critica-300x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://4.bp.blogspot.com/-rV0ERM8bgVM/T9zAiqAAY_I/AAAAAAAAAvU/ytZ3-V9pn5Q/s200/cuentos-del-tolima-antologia-critica-300x300.jpg" width="200" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">No
es nuevo decir que el hombre es un <i>ser</i>
complejo por antonomasia. Su vida, no en términos biológicos sino
existenciales, guarda una asimetría radical con los otros <i>seres </i>que comparten con él sus mismas características, ahora sí,
biológicas. Decir que la composición literaria lleva al hombre a límites
insospechados tampoco es nuevo, que además de esto lo describe según su época y
cómo esta visiona al hombre al igual que la <i>paideia
griega, </i>son conceptos que ya reposan en conocidos manuales de literatura y
filosofía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Aun
así, decir que la comprensión del hombre implica (como lo afirmara el filósofo
de la <i>selva negra</i>) necesariamente una
comprensión del <i>ser</i>, <i> </i>permite
centrar la interpretación del hombre habitante del texto literario en la
develación misma del <i>hacer</i> del
sujeto. Este <i>hacer </i>es un <i>hacerse en el tiempo </i>que es ya de por sí
histórico. Dicha historia sirve como antecedente a la propia conciencia,
manifestándose así que al surgir la pregunta sobre lo sucedido se está <i>recordando</i> un pasaje de la propia
historia que ha hecho mella en el <i>ser,</i>
y que a su vez no le es indiferente, por eso lo <i>recuerda</i>, busca angustiosamente reinterpretarlo, pero sabe de ante
mano que si surge una nueva interpretación esta es sólo el posible contrario a
lo ya sucedido, lo incambiable, la página impresa y publicada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Ese
retornar al pasado es excavar la tumba donde yacen los recuerdos que otrora
marcaron nuestro paso por el mundo. De ahí que intentar <i>recordar</i> aquellos hechos en muchos de los casos queda en un simple
pretender, las razones de esta decisión son muchas, la primordial: conservar la
aparente calma alcanzada con precariedad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La espléndida casa de la decadencia,</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> cuento que hace parte del libro
titulado <i>El falso sueño </i>publicado en
el año 1979, narra la historia de dos personajes (Rosina y un hombre, voz
narradora) cada uno en sus circunstancias <i>perseguido
</i>y<i> perseguidor </i>del<i> tiempo</i>, tal como se lee al inicio de la
narración: <i>Varias veces en el año yo me
acordaba de Rocina y me decía </i> <i>que lo primero que haría al volver a San
Bonifacio sería ir a verla (pág.155).</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El
recuerdo -eje central en el que gira la narración- vive al acecho del hombre,
trayendo con sigo felicidad pero también angustia, necesidades no satisfechas,
aplazamientos que quizá le pudieron haber dado sentido al presente, en fin
posibilidades inconclusas que marcan proyectos frustrados. En este orden el
tiempo es como (…) <i>la interminable
corriente del agua de la fuente (…) (pág. 158) </i>que observa Rosina, y el ser
<i>(…) las flores marchitas y abandonadas
(…) (pág. 159) </i>de su jardín. <i> </i> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Recordar
es como si al observar la cicatriz no nos satisficiera la mera imagen que esta ha dejado en la piel, sino que
recurriéramos a provocar nuevamente la herida para sentir una vez más aquel
momento vivido, el imperceptible sonido de la piel al desgarrarse, los
dinámicos colores de los tejidos desnudos y posteriormente bañados por la
sangre. En consecuencia son todas estas escenas las que rememoran vivencialmente
el acto mismo a recordar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Pero
desempolvar el recuerdo tiene el propósito de pensar la posibilidad de volver a
vivir estos hechos, la visita del hombre a casa de Rosina así lo hace saber. Él
va en busca del pasado que vivió al lado de ella, confronta su realidad al ver
en la mujer la misma figura férrea y hostil que conoció hace dos décadas,
claro, ya aminorada por el paso del tiempo: <i>En
el corredor sólo había hecho una pálida imitación del esplendor que había
perdido, actuaba todavía (siempre fue la primera actriz en la comedia de la
vida) pero era una actriz acabada y desacreditada, abatida por el tiempo
(pág.157).</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Tal
“abatimiento” no era sólo de Rosina, este estado lo comparte con el narrador,
de ahí que haya decidido regresar a verla pensando quizá que al volver a San
Bonifacio haría un “viaje en el tiempo” y rememoraría un estado de gozo junto a
ella. Este propósito no se pudo dar al comprender el narrador que <i>Rosina ya no llenaba mis largos silencios
(pág. 158) </i>y que la mujer sólo conservaba <i>(…) la fiereza del náufrago (pág. 158).</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En
tales circunstancias reconstruir la historia constituye una labor dispendiosa
para quien la ejecuta, mas si esta implica al <i>ser </i>mismo que se indaga y se cuestiona, pero que en definitiva es
consiente que al final de la vida es poco lo que se puede llegar a hacer para
resarcir lo postergado, que la duda es la herida que no sanó, es la voz que
habla de posibilidades, o mejor, el leve quejido agudo y continuo que sigue <i> (…)
consumiendo sus días en la soledad y la indecisión (…) (pág.158).</i> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt;">JHON EDWIN TRUJILLO </span></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt;">Ficha del libro:</span></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt;">VARÓN, Policarpo</span></b><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt;">. </span></b><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt;">La espléndida
casa de la decadencia. <u>En</u></span></b><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 8pt;">: “</span></b><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt;">Cuentos Del Tolima.
Antología Crítica” Sello Editorial Alma Mater, 2011. <o:p></o:p></span></b></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-76529153267969510832012-05-23T18:46:00.000-07:002012-05-23T19:12:28.218-07:00LA LITERATURA COLOMBIANA EN EL SIGLO XX<a href="http://2.bp.blogspot.com/-O_Kkj3eeYNs/T72SHXCDmnI/AAAAAAAAAvI/_JwVvsPnmKQ/s1600/manual+de+historia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://2.bp.blogspot.com/-O_Kkj3eeYNs/T72SHXCDmnI/AAAAAAAAAvI/_JwVvsPnmKQ/s200/manual+de+historia.jpg" width="125" /></a><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Hacia finales
de 1980 y comienzos de 1981 se vivió, en el ámbito de la prensa nacional, una
disputa entre el asesinado dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado y el
profesor de la Universidad de Bonn, Rafael Gutiérrez Girardot. El eje de la
polémica: un extenso ensayo de Gutiérrez titulado “La literatura colombiana en
el siglo XX”, publicado en el tomo III del <i>Manual
de Historia de Colombia, </i>cuya financiación corrió a cargo del Instituto
Colombiano de Cultura y Procultura.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Además del
periódico <i>El siglo </i>y la revista <i>Gaceta, </i>los textos que públicamente
intercambiaron Gómez y Gutiérrez Girardot se pueden encontrar en el libro <i>Hispanoamérica: imágenes y perspectivas </i>(1989)<i>, </i>bajo el título de “La ciencia conservadora”.
Está de más exponer cómo el profesor colombiano empequeñece los argumentos de
su contendor con una prosa llena de ironía y erudición que desemboca en una
postura política, de duros ataques en contra de los ex presidentes Eduardo
Santos y Laureano Gómez.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Para dejar
al lector el disfrute de esta polémica no desempolvaré vituperios mutuos,
aunque la gazapera sirve para acondicionar la interpretación del texto. Me
detendré mejor en algunas de las lecturas que realiza Gutiérrez sobre la
literatura nacional en el ensayo de marras. La perspectiva del texto persiste
en considerar -como todos los escritos de Gutiérrez Girardot- la indisoluble relación entre sociedad y
literatura: el crítico literario observa la literatura nacional a la luz del
proceso de la modernidad occidental en el que, según su visión, estamos
involucrados todos los latinoamericanos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Desde esta
perspectiva, traza una sutil línea que divide una mentalidad católico-señorial,
de una moderna y que acepta la duda como su derrotero. Entre quienes adhieren a la primera<span style="color: red;"> </span>se encuentran escritores refractarios, desde lo
estético e ideológico, a los imperativos modernos y, ya sea porque fabriquen en
torno suyo una falsa imagen de cultivadores de la cultura universal o porque
abracen abierta o soterradamente los preceptos del catolicismo, expresan una
estética retroprogresista, esto es, desaliñadamente conservadora. En la otra
esfera se hayan quienes han explorado nuevos lenguajes y nuevos temas, se
plantean la reflexión sobre el problema de la secularización (la pérdida de
validez social de las normas religiosas), asumen una postura cosmopolita y se
enfrentan a la exploración del ser humano no desde el dogma moralista, sino
desde la ambigüedad y el escepticismo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Guillermo
Valencia profesa, en esta historia de contiendas, una “estética de la
dominación” y una “cultura de viñeta”. La
bohemia bogotana de principios del siglo XX no se enfrenta al provincianismo <i>cachaco</i>, Luis Carlos López (el tuerto)
fue un “poeta sustancialmente conservador” y el piedracielismo fue la expresión
de la política del “retroprogreso”, patrocinada por el expresidente Eduardo
Santos. Los críticos de esta sociedad conservadora -que se congraciaba con una manera
de ser monárquica, jerarquizada, que no asume la creación literaria como
ejercicio de la oscilación y la reflexión profunda- son, entre otros, José
Eustasio Rivera, León de Greiff, Luis Vidales, Tomás Carrasquilla, Baldomero Sanín
Cano y Rafael Maya.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En estos
últimos se narró el paso del <i>locus
terriblis al locus amenus</i> (esto es, el paso de un aparente estado
placentero al descubrimiento de la barbarie en la guerra de los mil días, y el
gobierno de Laureano Gómez), el anarquismo estético se hizo presente y el
sentido común se puso en entredicho. Así mismo, para algunos de ellos fue
imperativo mostrar otra Colombia, la que estaba por fuera de los límites de la
Atenas suramericana, y adoptar una crítica literaria con capacidad analítica. Los
nombres que forman este último repertorio superaron las barreras de una
sociedad pacata y señorial y trataron de poner a Colombia en el ritmo de la
historia universal.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El ensayo
termina con una evaluación de la generación de <i>Mito</i> hacia mitad del siglo pasado. De acuerdo con Gutiérrez -quien,
dicho sea de paso, perteneció a la mentada generación- “</span><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Mito </span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">desenmascaró indirectamente a los figurones intelectuales
de la política, al historiador de legajos canónicos y jurídicos, al ensayista
florido, a los poetas para veladas escolares, a los sociólogos predicadores de
encíclicas, a los críticos lacrimosos, en suma, a la poderosa infraestructura
cultural que favorecía las necesidades ornamentales del retroprogresismo”
(534). La historia hubiera tenido un final feliz si, siguiendo siempre a
Girardot, las élites colombianas no hubieran promulgado la superficialidad en
forma de una escuela aparentemente irreverente: el nadaísmo, un movimiento
literario que se caracterizó por el escándalo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La evaluación de Gutiérrez termina en ese momento de las décadas de los 60
y los 70 en que imperó el grito desgreñado de Jota Mario Arbeláez, Gonzalo
Arango, Amilkar Osorio y los demás nadaístas. Ha dejado Gutiérrez este ensayo
en un instante de incertidumbre y, para desengaño de quienes aspirarían a discutir
con las ideas de su pluma, el profesor colombiano fallecido en 2005 no volvió a
realizar el esfuerzo de observar la literatura nacional desde una perspectiva
orgánica que pensara, con ese ojo provocador, la segunda mitad del siglo XX. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> <span lang="ES-CO"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Sin
embargo “La literatura colombiana del siglo XX” cumple con su doble cometido:
ubicar a las letras del país en el marco de la historia universal –lo que
sintética y esquemáticamente se ha explorado líneas arriba-, y descabalar mitos
con el uso de la ironía. Hay que ver lo perturbador que se torna Gutiérrez
cuando afirma, por ejemplo, que la estética de Guillermo Valencia (el bardo de
Popayán de quien recitábamos “Dos lánguidos camellos/ de elásticas cervices”)
se dedicó a trivializar la cultura (452), Julio Flórez fue un “profesional del
sentimentalismo” (458), y Eduardo Caballero Calderón no tuvo fortuna con sus
novelas porque eran “ilustraciones de sus ensayos” (527).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Con ese
humor, en ocasiones riesgoso –porque puede caer en el chascarrillo desabrido, como lo plantea Vázquez Rodríguez en su
reseña “La diatriba como discurso”-, pero siempre retador, es natural que se
haya granjeado enemigos, entre ellos el inmolado Álvaro Gómez Hurtado (y tal
vez muchos profesores colombianos que repiten con obediencia el canon oficial).
Es el humor que se permite el ensayo, el apunte venenoso que acaso Gutiérrez
haya heredado del escritor peruano Manuel González Prada y del filósofo alemán
Friederic Nietzsche.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> “La literatura colombiana en el siglo XX” es
un ensayo de casi obligada lectura para quienes deseen conocer las letras del
país desde una perspectiva crítica en el mejor sentido de la palabra, es decir,
una perspectiva que formula preguntas claras y no se queda con las respuestas
que dicta el sentido común. Es un ejercicio de interpretación, a caballo entre
la crítica y la historia literaria, que evalúa figuras representativas de la
literatura nacional. Su lectura es fuente de conocimiento y, de paso, de risa
burlesca.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Leonardo
Monroy Zuluaga. <o:p></o:p></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-67933160289966981462012-05-03T05:39:00.001-07:002012-05-03T05:40:39.592-07:00LOS DOCE INFIERNOS<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-MjB-XBnAnUk/T6J8MGdSuFI/AAAAAAAAAu8/ox0_4LfHbnc/s1600/los+doce+infiernos+germ%C3%A1n+espinosa.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="155" src="http://3.bp.blogspot.com/-MjB-XBnAnUk/T6J8MGdSuFI/AAAAAAAAAu8/ox0_4LfHbnc/s200/los+doce+infiernos+germ%C3%A1n+espinosa.JPG" width="200" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Doce
infiernos, doce cuentos en que el escritor cartagenero Germán Espinosa va a
desarrollar una serie de sometimientos del ser humano por parte del juego, de
lo sexual, la existencia misma y el olvido, su erudición, de la dominación española en
esas tierras que tanto ha obsesionado sus obras y que puede establecerse en el
último cuento.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En casa ha muerto un negro, </span></i><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">es el
cuento que abre el libro, y de esta manera el lector se encontrará con el
sometimiento racial moderno: un trabajo mal recompensado, humillado;
esclavizado por su tono de piel. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Dicho
relato se intensificará, cuando dos personas están en el cuadro sospechoso de
la muerte de “el negro”. El asesinato incrementa las reflexiones sobre un
modernismo fuera de estas tierras y lleno de sobras, sobre lo que uno de los personajes
con un pensamiento humanístico va a reflexionar: “…<i>las grandes corrientes mundiales llegan tardías y debilitadas a
Latinoamérica, y aplicaba este axioma al antisemitismo” p. 19. </i>Son esas corrientes
que empezaron la esclavitud, son esas mismas que intentaron acabarla, pero en
las tierras suramericanas se han instalado tanto en nuestra piel como cáncer que nos consume en nuestros actos y
palabras. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Una
esquela para María Victoria, </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">las calles capitalinas de la nación colombiana
son el escenario para que una mujer reciba varias cartas que logran hacer perder
la tranquilidad de ella y de su esposo (Antonio), pero que poco a poco… “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Un admirador se había animado por fin, al
empleo de palabras francamente impúdicas” </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">p. 29. Esas palabras serán una
fragancia de nostalgia por parte de Antonio, ya que él se sumergirá en las
cuentas bancarias de los gastos mensuales mientras se sucumbe en la oscuridad del
desespero por saber qué tanto lee ella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La imagen
de un personaje literario como lo es Lucifer, puede manifestarse, evidentemente
por su nombre, en el cuento llamado <i>El
ángel caído, </i>pero este título no desarrollará su historia acerca de este
individuo, sino que rompe con el relato de Adán y Eva. Regina es una mujer de
altos modales, de una crianza y gran fortuna esperando una salvación para su
eternidad carnal. El Adán que espera es de tierras lejanas y durante el relato
va haber un rompimiento con las estructuras clásicas, ya que al parecer es una
pareja perfecta de “alta” clase. Pero al darse cuenta que este ángel que tanto
espera la decepciona en la cama, él mismo decide marcharse ya que “<i>Sollozaba de un modo absurdo y chocante,
como si experimentase dolor y repugnancia de sí mismo</i>”. P. 46. Y aunque lo
intentaron muchas noches, el resultado fue el mismo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La muerte
y la ausencia en una familia que necesita recordar a sus muertos por medio de
la infancia es lo que se desarrolla en el relato <i>La alcoba, </i>donde el recuerdo y, tal vez, el odio de la vida por
seres que no nacieron, hagan perpetuar el fantasma de la memoria. De esta
manera, la existencia misma cobra un matiz distinto y confuso para desarrollar
la idea, ya que en la lectura existe una conversación constante sobre la
explicación de la enfermedad de un nonato, y sus descendientes: <i>“-Creyó que todos sus hijos nacerían
mutilados. Yo traté de explicarle que se trataba de un accidente. Es posible
que su madre hubiese tomado medicamentos contraindicados durante el embarazo”.
P. 57. </i>Dentro de este relato parecerá que los muertos se vengan de lo que
no hicieron cuando uno de sus hijos tome la palabra y siembre la reflexión,
porque “… <i>su existencia asquea</i>”. P.
58. Es la existencia misma del recuerdo que va a perturbar a los personajes por
medio de explicaciones sobre posibles abortos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Los
artistas dejan un legado, no sólo en sus obras, sino que también, en sus
discípulos, en sus alumnos. Dentro del relato <i>Los suplicantes, </i>un maestro de pintura va a estar presente por
medio de otras bocas, de otras voces, y de una mujer caleña, que ha seguido los
trazos de ese pintor con nuevas técnicas, y conflictos sociales, y que ella
misma, por medio de las conversaciones con el hijo de ese maestro va a darle consejos… “<i>Para que veás que, cuando se asumen los
riesgos de una vocación, hay que ir en confianza”. P. 74</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">De los
bares rugen las cadenas intuitivas en las reflexiones humanas, del misterio en
el dios romano Baco, se desarrolla un
símbolo de lujuria y promiscuidad. Andrés, un músico que frecuenta lechos
nocturnos para su libertad, conocerá en el bar “El Partenón”, una oferta muy distinta a sus expectativas. Pasar
de un abismo hacía otro es una manifestación del <i>Moira, </i>del destino que le preparaba una sorpresa en su talento
musical cuando en uno de esos bares, donde las nalgas gordas y ceñidas hacían
una representación de la armonía carnal del mundo, su amigo Erik realiza una propuesta
francamente deslumbradora, pero “<i>Él sabía
muy bien que en Colombia habíamos pasado sin transiciones de la mula al
reactor, pero ir de una banda de café a la Orquesta Sinfónica se le antojaba el
colmo de las acrobacias”. P. 108. </i>Nuevamente Espinosa nos hace recordar el
aceleramiento de nuestra cultura, o la <i>Culturización
cultural, </i>como lo iba a llamar más adelante en un ensayo del libro la “Elipse
de la codorniz”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Este
aceleramiento, para muchos críticos, fue o es, una amenaza que parece formar
parte de una estigmatización de razas, de conocimientos y de culturas, donde el
eurocentrismo propone, pero que muchas veces impone sus desarrollos para
moldear el mundo y sus ideologías. Este relato concluirá con un espectador de
la Orquesta, que ha estado meditabundo mediante la lectura, y que al manifestar su armonía con la música y
el mundo, nos hace recordar el mito de
Prometeo “<i>…cuando las águilas de estuco agitaron las alas y se precipitaron sobre
sus entrañas”. P. 113.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Pero la
literatura puede apartarse por mucho tiempo de esta dominación eurocentrista y
de su cosmovisión del mundo, ya que las influencias escriturales desempeñarán
una larga tradición en el mar. Odiseo, va a estar presente en el relato <i>Fábula del pescador y la sirena, </i>pero a diferencia
del personaje de Homero, que tapa sus
oídos con cera y se hace amarrar al
mástil del barco, un pescador hará parte de este canto, quien al arrojarse al
mar conocerá los placeres que el humano puede otorgar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">A diferencia
de la Sirenas homéricas (canto de ellas que sirve para atraer los extraviados y
dar un no retorno), es que no habrá un
tiempo para tal situación, es decir, que no habrá tiempo para recordarlo todo y
tendrá un orgasmo con las sirenas que
puede asquearlo, ya que no hay una proximidad
para un fin, sino que es un constante abrumador por medio de sus recuerdos, de su mortalidad, y el pescador, intentando
explicarle a uno de sus compañeros su tardanza en el mar, reflexiona con
ciertas palabras filosóficas: “… <i>porque
no es la intemporalidad o la condición mortal lo que diferencia a los hombres
de los dioses, sino la capacidad de perdón”. P. 102. </i>Tal parece que al
sumergirse en el mar con las sirenas, a lo que le advirtieron a Odiseo,
devolverá a los mortales con una sabiduría, y no, como un mal en los mares de Poseidón.
De esta manera, Espinosa le dará un giro distinto a esos seres maravillosos
para recrearlos en las aguas colombianas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La Inquisición
y el más antiguo artilugio que tiene la mujer
para manipular o someter al mismo ser, es lo que viene a desarrollarse
en <i>Fábula del juez Melesio y de la bella
inocente. </i>La sensualidad, el sexo, es un mecanismo que los dos personajes vienen
a manifestar, pero cuando el juez posee su cuerpo por medio de las acusaciones
de brujería, ella describe este acto de una forma desesperada: “<i>Vio monstruos grotescos e infernales bailar
alrededor de una hoguera. Descendió a los infiernos y se sintió picada por el
chuzo perpetuo de Satán,”. P. 130. </i> Pero este juez cae en el artilugio de la
doncella, cuando se de cuenta que la rebelión de la raza afroamericana ha
empezado y los súbditos del juez están caídos y su propio infierno empezará: “<i>Vio a Melesio correr hacia la puerta
interior, para quedarse hecho piedra al descubrir el esqueleto acuchillado y
aspirar el vaho de tinieblas que arrojaba la casa”. P.132.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La
erudición de este gran escritor colombiano, se manifestará en el cuento <i>El río de los salmones sagrados, </i>sobrela
vida de Marcel Proust. Dentro de este relato se mencionará, con insistencia,
otro gran escritor como lo es Kafka, una de las influencias, según Espinoza, de
Proust, ya que éste decide tener un ayuno de literatura: “<i>No leería más libros fuera de este. Para ser franco, hacía dieciocho
años que no lo hacía”. P. 87. </i>La angustia empieza a roer al escritor del
cuento (Proust), cuando su deseo de
publicar lo haga escribir (inconscientemente) su autobiografía, y empiece Espinosa
a darnos a conocer algo de la vida de este gran escritor, como que iba a ser
abogado, que tuvo complicaciones con las lecturas, ya que “<i>Era la historia de un escritor desesperado porque no se publicaban su
obras”. P. 89. </i>Dentro de este relato, Germán Espinosa será paródico con el estilo literario
del francés, cuando menciona que “… <i>Marcel
Proust vino a estropearlo todo lamentablemente”. P. 90.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Paladines, </span></i><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">relato de un erudito
sometido a una clase de tortura por medio de los recuerdos, y que es un preso político. En el relato el narrador se
convierte en su conciencia: “<i>No puedes,
no debes perder de vista esa posibilidad. Vas a convertirte en un asesino y eso
no es lo peor. Lo peor será que estos carceleros te matarán a palos…” P. 138. </i>Dentro
de esta conciencia se va a contar la vida del preso, dentro de la malicia
natural de asesinar y obtener su libertad girará el relato.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En el último relato, llamado <i>Las fábricas vidriosas, </i>se destaca la estructura de su escrito
(muchas comas, pocos puntos) además de sus grandes conocimientos de la cultura
universal (conocimiento del francés, de la historia, y otros), a tal punto que
puede ser una de las primeras manifestaciones para su gran obra <i>La tejedora de coronas, </i>novela de la
ilustración y la inquisición. En este cuento la espera de sus objetos pueden
enloquecer al narrador, en la soledad de sus memorias intelectuales, “<i>Porque la insatisfacción aspira a ser una
salvaguarda de la muerte, no un camino hacia ella… porque ya no hay remedio”.
P. 162.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Finalmente,
el lector al acercarse a este círculo de doce cuentos, estará empeñado, quizá,
en continuar la obra de este gran escritor, que le dio a Colombia y a la
literatura tantas aperturas a formas narrativas, a temas históricos, y
someternos al recuerdo de grandes autores universales de la literatura. Cada
uno de nosotros puede estar identificado con las intermitencias de estos
infiernos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">LUIS FERNANDO
ABELLO<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">FICHA DEL
LIBRO: ESPINOSA, Germán. <i>Los doce
infiernos. </i>Instituto Colombiano de Cultura, Editorial Stella, 1976. <o:p></o:p></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-72355271881518837352012-04-09T15:21:00.002-07:002012-04-09T15:22:38.392-07:00LA DEMENCIA DE JOB DE JOSÉ MARÍA VARGAS VILA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-V3WI4HaENYg/T4NgnuiujtI/AAAAAAAAAu0/O8REe6Yd3ig/s1600/la+demencia+de+job.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://1.bp.blogspot.com/-V3WI4HaENYg/T4NgnuiujtI/AAAAAAAAAu0/O8REe6Yd3ig/s200/la+demencia+de+job.jpg" width="150" /></a></div><br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La demencia de Job</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> es una novela publicada en 1916 en la que Vargas Vila cuenta las angustias y desolaciones de un joven sacerdote enfermo de lepra, que él mismo conoció en la vida real. La historia nació, según Vargas Vila, una vez se acercó a un pueblo donde decían habitaba un leproso. La curiosidad era inmensa, al igual que su miedo. Sin embargo, esto no fue un obstáculo para conocerlo y con sus propios ojos comprobar aquella abominación que abrumaba a la comunidad:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 39.7pt; margin-right: 45.35pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Para ver, apareció una mano, y luego un rostro entre los barrotes de hierro de la reja; un rostro de hombre; era ÉL; renuncio a describirlo, porque restaría emoción a las páginas subsecuentes de mi libro; sonrió; hubo como un rayo de sol sobre aquella faz de horror (</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">...) pág. 14<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 39.7pt; margin-right: 45.35pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En esta obra Vargas Vila relata la vida de Lucas Poveda, un joven solitario y soñador que vivía con su madre aislado de todo contacto humano por razones que él desconocía, y al verse envuelto en su soledad intransigente, decide exculpar sus emociones y sentimientos en la poesía y en la pintura. En ese momento, tenía las ilusiones y deseos de un joven normal y la esperanza habitaba en él con todo su esplendor.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Y así vivió,<a href="http://www.blogger.com/post-edit.g?blogID=2259656565954126952&postID=7235527188151883735" name="_GoBack"></a> hasta conocer su pasado y la respuesta de su exilio con la humanidad; <i>la lepra</i> una enfermedad que recorría toda su genética y como una marca imborrable debía llevar toda la vida. Lucas decide convertirse en sacerdote para alejarse de males futuros, sin imaginar que esto lo llevaría a revelarse a dios con toda pericia.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Es así como Vargas Vila toma este personaje, <i>Lucas,</i> y lo relaciona con los desconsuelos sufridos por el santo <i>Job, </i>caracterizado por su paciencia y amor a Dios en la biblia<i>. </i>A diferencia de <i>Job, Lucas</i> no era paciente; por el contrario, no había momento en que no pusiera en cuestionamiento las acciones de Dios con la humanidad: a diario leía libros de filosofía que discrepaban con los designios de Dios, pues se sentía frustrado y sin un rasgo de esperanza por culpa del castigo al que lo había sometido:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 31.2pt; margin-right: 48.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El Eterno, es el enemigo del hombre; El Eterno, es el mal del hombre; el Eterno, es el dolor del hombre (…) y, eso porque el Eterno, creó la iniquidad, el mal, y el dolor, y los puso en el corazón del hombre (…) pág. 77<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 31.2pt; margin-right: 48.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Esta rebeldía de Lucas hacia Dios se debe <i>al dolor</i>, pues en la historia, Lucas es un personaje cautivo por este sentimiento; el dolor físico, psicológico y por supuesto el del alma. Lucas reprocha incesantemente a dios <i>el dolor</i> que engendró en la humanidad, puesto que el humano es un ser de sufrimiento. “<i>El dolor nos guía durante el camino y es la prueba de estar vivo o la aproximación acérrima de la muerte”.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Cuando se crea el arte, se crea desde el dolor, si no es así no es un arte vivo, sino artificial, “<i>el arte que no es vivo; vivo y palpitante no es arte, sino ficción” </i>(pág<i>. </i>1) y si Dios en realidad ama al hombre, jamás debió castigarlo con tal prueba. Porque aunque crear arte desde el dolor es la mejor catarsis, no deja de ser sufrimiento y como lo describe Vargas Vila desde su personaje de Lucas Poveda “<i>el dolor es una aproximación a la muerte”.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">De igual manera, otro motivo que se devela en <i>Lucas</i> es la soledad. Este fenómeno tan común en el personaje, es la leal convicción que Vargas Vila utiliza para asemejar a Lucas a un mártir; un mártir acompañado de un odio pertinaz pero a la vez magnífico, dado que lo hacía lúcido, rebelde ante los designios y las leyes de la iglesia:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 31.2pt; margin-right: 48.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“El temor de Dios es el principio de la sabiduría” dicen los libros; y del amor de Dios no hablan nada (…) ¿puede amarse aquel que no ama a sus criaturas? Y, ¿puede amar a sus criaturas aquel que les dio el dolor? Dios creó el dolor ¿dónde está entonces la bondad de Dios?; Dios no creó el dolor ¿dónde está entonces el poder de Dios? (…) P 101<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 31.2pt; margin-right: 48.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En ese sentido Lucas sentía que lo atrapaba la soledad. Sin embargo, ya había vivido tanto tiempo solo que no la sentía, por el contrario, la soledad es un aliciente para reflexionar sobre la vida y sobre uno mismo. Así lo demuestra Vargas Vila por medio de Lucas. Nosotros podemos sentir la soledad, sabemos que está allí, pero nunca la aceptamos, sólo dejamos que nos acompañe como pura resignación. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">De esta manera, en la obra se percibe un aire de desolación, la sublimación y la obscuridad se reflejan con el transcurrir de la lectura, no hay pasajes donde no se encuentren rasgos de angustia y desesperanza aun en los momentos de amor. La relación de Lucas con la joven Marta no es más que un romance tortuoso y sin rumbo o tal vez sí: <i>la fatalidad</i>.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Desde esta perspectiva, Vargas Vila logra gravar el personaje en cada episodio, sus ataques de locura y desespero son las características más importantes de <i>Lucas</i>, pues hace alusión al título de la obra; l<i>a demencia,</i> aquella situación en que el hombre llega al límite de su pasión, y de cierta manera explota ante las adversidades y la conmoción que producen sus estados de ánimo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 31.2pt; margin-right: 48.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Lo ilógico, es el riñón de lo divino; el verdadero nombre de la divinidad es la fatalidad; hay que gemir bajo ella; hay que cantar su gloria como Jonás en el fondo de la ballena, y los niños en el horno de babilonia; ¿no ves cómo en cada una de mis ulceras se refleja la bondad de Dios? (…)P 102<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 31.2pt; margin-right: 48.2pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En términos generales, la obra llega al lector y en cada espacio enseña la actitud de Lucas. El recorrido que hace desde su pasado como joven sano y soñador hasta sacerdote leproso, define que Lucas es un personaje marcado por la desgracia, lo que va ligado al dolor y el sufrimiento. Pero también está rodeado del arte y la sabiduría. Es la más ferviente combinación que puede en los estados alterados llevar a la locura, la desesperación y la demencia.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Paul Riaño Segura <o:p></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Jose Maria Vargas Vila. <i>La demencia de Job</i>. Ediciones completas, 1916<o:p></o:p></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-46972504872520509662012-03-26T17:22:00.001-07:002012-03-26T17:24:18.550-07:00NOTAS DE INFRAMUNDO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-gqYHksIBwbA/T3EHs-CecGI/AAAAAAAAAus/UYSeG73ZfUw/s1600/Scan_Pic0003.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://1.bp.blogspot.com/-gqYHksIBwbA/T3EHs-CecGI/AAAAAAAAAus/UYSeG73ZfUw/s200/Scan_Pic0003.jpg" width="133" /></a></div><div style="text-align: justify;"> <span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">A juzgar por los antecedentes – una serie de anécdotas surgidas en Buenos Aires y colgadas en un blog, un poco desteñidas a decir verdad- es </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Notas de inframundo </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">la primera obra en prosa realmente seria de Alejandro Cortés González.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Aparte de ser creativo publicitario –tal como aparece en la pestaña de la novela mencionada- y de cierto perfil al mismo tiempo irreverente y elegante, a Alejandro Cortés no se le conoce en el campo literario nacional.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Notas de inframundo </span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">es el título de su primera novela, ganadora del concurso nacional de Novela Corta organizado por la Universidad Central en 2009. La novela cala bien en la convocatoria: 108 páginas con un interlineado agradable y hojas en blanco para el cambio de capítulos. De entrada, la extensión es un aperitivo para lectores con afanes lo cual no indica que la obra sea superficial.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Notas de Inframundo </span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">narra la historia de Leo Rodríguez, un metalero que se convierte en la comidilla de un grupo de facebook conformado por sus ex novias y encargado de deteriorar su reputación. La obra se mueve entre la exploración del misterio sobre la persona que está detrás del grupo y los recuerdos de Leo Rodríguez sobre su vida como bajista de la banda <i>Bajo Tierra.</i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Debo decir que tengo un prurito frente a ciertos lugares comunes de las obras que exploran la vida de los rockeros. Me desencanta esa suerte de obsesión por mostrarlos como viciosos desmedidos cuya existencia azarosa termina siempre en la tempestad de la vida nocturna (algo de eso hay en la realidad, aunque no es apropiado caer en la estigmatización, como si en otras expresiones musicales no se cultivaran la violencia y los vicios abiertamente). Me desencanta igualmente, el que a los rockeros se les muestre torpes, casi siempre irracionales, entregados al hedonismo.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En la literatura colombiana se han ensayado imágenes de rockeros –músicos y fans- con diferentes niveles de acierto. Preferiría, en ese sentido, los melómanos de <i>Las ceremonias del deseo </i>de Sandro Romero Rey, a esa especie de profeta del <i>Metal</i>, protagonista principal de la novela <i>Conciertos del desconcierto </i>de Manuel Giraldo. Recuerdo asimismo el grupo de amigos de la rubia de <i>Que viva la música </i>de Andrés Caicedo y los devaneos de algunos personajes de <i>Opio en las nubes </i>de Rafael Chaparro Madiedo. En todos existe, por momentos o definitivamente, esa mezcla de sexo, drogas y música que en ocasiones se torna previsible.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Aunque no se aparta totalmente de esos lugares comunes, <i>Notas de inframundo </i>da un giro a la representación del rockero, en especial del músico, apuntando hacia las dificultades que existen –más, en un país tropical, con una insípida tradición en el género- de organizar una banda de <i>Metal.</i> En sintonía con el espíritu de la obra podríamos recordar el estribillo de una de las canciones de AC/DC, que con voz profética afirma: “It´s a long way to the top if you want to rock a roll”.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Siguiendo a Bon Scott, el camino para Leo Rodríguez –protagonista de <i>Notas de inframundo- </i>es largo y, sumaríamos, con una nota local, pedregoso. Rodríguez debe arreglárselas, por ejemplo, para convertir su guitarra en un bajo (quitándole las dos primeras cuerdas), ahorrar con empeño para hacerse a un bajo de verdad (de “combate”, por cierto), y hasta sonsacar de la iglesia al tecladista de la banda, y de la orquesta del colegio al baterista. Por si fuera poco, luego de consolidada la formación, Rodríguez vive junto con la banda, la decepción de los contratos incumplidos o, en ocasiones, la injusta indiferencia –cuando no repulsa- del público. ¿Qué músico de rock colombiano no se siente identificado con este camino?</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Detrás de todos estos inconvenientes, que Rodríguez narra con cierta sorna, emana lo que considero uno de los aciertos de la obra, acaso no del todo explorado debido al paginaje: el imaginario del músico de <i>Metal. </i>Es un imaginario construido en el placer de sentirse creador, pero también de ser reconocido por fans de diferentes pelambres. Es un imaginario que se soporta en la esperanza de que en cualquier momento la fama alumbrará ese camino de espinas y se vivirá por siempre de conciertos y regalías de discos. Es un imaginario que, como en el caso de Leo Rodríguez deriva en el afán por una vida sin compromisos, en contravía con la idea de éxito que ha engendrado la sociedad burguesa. Rodríguez afirma, en este sentido:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10pt; margin-left: 1cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En conclusión, mi progreso ha sido seguir siendo igual. No estudié, no he trabajado en nada diferente a Leo Pan, la mensajería en la empresa de abogados y el bar; no me he casado, ni siquiera tengo una novia estable, no planeo tener hijos, no planeo nada. (77). <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Esa faceta del rockero se desarrolla en contrapunto con la de sus relaciones sexuales y cuasi amorosas, en las que Rodríguez hace gala –en sintonía con su visión del mundo- de un cinismo provocador. En el afán de descubrir cuál de sus ex amantes es la responsable de los vituperios proferidos por la red, Rodríguez realiza otro ejercicio de memoria en el que pasan escenas de sexo que varían de acuerdo con la mujer de turno. Pese a lo fugaz de las relaciones, la caracterización de los personajes –Rodríguez y sus amantes- no trastabilla, lo que es elogiable en una novela corta.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Acaso lo que aleje la imagen común de ese rockero que asegura su promiscuidad desde la fama mínima que le produce el ser músico, es la manera como Rodríguez expresa los inconvenientes en sus relaciones: regularmente lo hace con sentencias cortas, cargadas –ya se ha dicho- de cinismo y humor negro. Tal cual, por ejemplo, esta afirmación de Leo sobre una de sus conquistas: “Ella decía que mi esperma era azucarada y le gustaba mucho. Qué bueno que alguien haya encontrado mi lado dulce” (71).</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Recapitulando, hay un equilibrio casi imperceptible entre las cuitas de un músico de <i>Metal </i>en Colombia y su actitud desenfadada, que termina por burlarse de la vida con todo y relaciones afectivas. A esto hay que sumarle, en el plano de la estructura, la conservación de un misterio que se mantiene hasta la última página y la descripción rápida que se hace de escenas y personajes. Finalmente los lectores pueden encontrar en la escritura de esta novela el mismo vértigo de un tema de <i>Metal </i>lo cual podría quitarle méritos pero a la vez hacerla atractiva. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Leonardo Monroy Zuluaga</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Ficha del Libro: Cortés Gonzalez, Alejandro. Notas de Inframundo. Bogotá: universidad Central, 2005. <o:p></o:p></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-79497995085869533712012-03-19T09:09:00.001-07:002012-03-19T09:10:42.314-07:00ESTUDIOS DE LITERATURA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-V2mrrSL3nR8/T2dZ3cWyVdI/AAAAAAAAAuk/EhpQSaunSZY/s1600/literatura+colombiana.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="152" src="http://4.bp.blogspot.com/-V2mrrSL3nR8/T2dZ3cWyVdI/AAAAAAAAAuk/EhpQSaunSZY/s200/literatura+colombiana.jpg" width="200" /></a></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Los acercamientos realizados teóricamente a la literatura varían –por razones obvias- según la época, la escuela a la que se inscribe el teórico y por la visión o experiencia del crítico con la o las obras que estudia. Esto indica –y ya se ha dicho antes- que la crítica guarda una gran fuerza ideológica, así esta sea explicita o se esconda en los llamados “vericuetos del lenguaje”. De tal forma que el abordaje de la crítica encierra un “juego binario” para el crítico y el lector de la crítica, pues este último pasa de ser, en principio, un expectante para llegar a ser un actor directo dentro de ella. Veamos por qué.</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El “juego binario” inicia entre crítico y autor de la obra, pues el diálogo de discursos es una constante entre los planteamientos del crítico y el o los “horizontes” que el texto estudiado abre. Es así como inicia esa “conversación” a la que llamó Sartre de esta manera: “los libros son como voluminosas cartas a los amigos”. Ahora bien, para tratar el tema del lector de la crítica –papel que en este momento juego- este se da, como se mencionó líneas atrás, de manera expectante, dado que la lectura se presenta como el escuchar una disertación, en la que yo, sujeto lector, “desempeño” un papel –en principio- pasivo en ese ejercicio.</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La pasividad es aquí entendida no en términos de quietud mental, pues es claro que el abordaje de un texto es ya una actitud que niega el quietismo. Ahora, ese papel que es en principio de pasividad cambia cuando realizo una lectura entre líneas, indagando, recibiendo, escuchando las voces que del texto me atacan por todos los flancos. En este orden la lectura se desarrolla como lo plantea Gadamer en una “mezcla de horizontes” cuya fuerza nos lleva a re-pensar la actividad lectora, más cuando esta trae consigo juicios de valor que quizá sesguen mi criterio valorativo sobre tal o cual autor.</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En este sentido, lo planteado por Isaías Peña Gutiérrez en “<i>Estudios de literatura</i>” publicado en 1974, libro nutrido por siete aproximaciones valorativas sobre temas que competen a la <b>Literatura Colombiana</b> y el diálogo que esta innegablemente tiene con el mundo (concretamente el Latinoamericano) permite observar un trabajo destacado -que a grandes rasgos va a ser presentado- en cuanto a posibles nuevas formas de abordar el fenómeno literario colombiano.</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El libro inicia con una valoración titulada “Génesis y contraposición de la narrativa: Colombia, 1960-1977” en el que se hace un rastreo interesante por aquellos fenómenos históricos y literarios que llevaron a que se desarrollara la llamada “literatura de la violencia” como género literario. Aquí el autor plantea un nombre para esta literatura, él la llama “Narrativa del bloqueo y del estado de sitio” haciendo alusión al bloqueo que padece la Cuba comunista como suceso latinoamericano y estado de sitio por la declaratoria presidencial en la Colombia de la época. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El criterio de llamar a la literatura escrita entre 1960 y 1977 como “Narrativa del bloqueo y del estado de sitio” personalmente me parece importante dado que responde a la típica pregunta de “¿por qué literatura de la violencia la escrita en las décadas de 60 y 70, acaso el país aún no está en guerra? O ¿en qué género queda inscrita la narrativa de las últimas tres décadas que tratan temas de la violencia?”</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Preguntas que en apariencia sonarían como simples pero que traen consigo un gran número de interrogantes propicios para la discusión temática, pues no sólo es de forma sino de fondo lo que en este ensayo suscita Isaías Peña Gutiérrez. Es así como deja un interrogante mayor: "La narrativa del estado de sitio, como nombre, sólo tendría un inconveniente: que lleguemos al siglo XXI en estado de sitio". Año 2012, al parecer, la premisa se cumplió.</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El siguiente ensayo titulado “El más allá y el más acá del “boom” de la literatura latinoamericana<i>”</i> plantea lo que en la actualidad se ha tornado recurrente y monotemático, pues siempre gira en torno a la piedra en el zapato de los escritores colombianos. Este autor cuyo nombre ha sido reducido a tres iniciales como la placa de un vehículo “GGM” lleva, y llevará el lastre de “verdugo de las letras Colombianas”. Es importante nuevamente contextualizar al lector que el texto aquí reseñado fue escrito en 1979, donde aún la discusión iniciaba y el culpable se señalaba con la uña del quinto artejo de pie. </span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Praxis y tendencia en <b>“Tierra de promisión” </b>de José Eustacio Rivera”</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> es el tercer ensayo que presenta Peña Gutiérrez quien, a parte del diciente título, centra al lector desde las primeras líneas cuando afirma “Queremos ver el poema como una realidad externa al hombre pero jamás venida por generación espontánea. Analizarlo como un objeto pero no al estilo escolástico donde el objeto no tiene nada que ver con sujeto, como clasificación y realidad. Queremos penetrar en él entendiéndolo como una praxis creadora en un contexto social histórico” (pág. 45). Cabe anotar que en el transcurso de la lectura, esta toma rasgos estructurales, pues la forma de llevar el estudio a la poesía de Rivera cae en el análisis estructural de categorías, aunque no por ello este pierde validez.</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Siguiendo con el estudio de la poética nacional son los timbrazos de un poeta quindiano los que captan la atención del lector, <i>“</i>Dos libros del poeta Luis Vidales<i>” </i>se titula el cuarto ensayo que presenta las dos más importantes obras poéticas del olvidado Vidales. <i>“Suenan Timbres” </i>libro por el cual se dio a conocer el poeta en 1926 cuando las sombras del romanticismo y el advenimiento del modernismo captaban la atención del público lector. <i>“</i>La Obreríada<i>” </i>publicada en 1979, medio siglo después de <i>“</i>Suenan Timbres<i>”</i>,<i> </i>hace parte también de esta interesante aproximación.</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Sonaron nuevos timbres o sonó el timbre porque el timbre no existía (existía la campana) en nuestra poesía: el timbre hacía parte del desarrollo industrial en ese momento” (pág. 74). Si valoramos este juicio de Isaías Peña Gutiérrez podemos entonces comprender por qué a este poeta se le llamó “el verdaderamente nuevo” sin demeritar por supuesto lo hecho por León de Greiff y los poetas que integraron el llamado grupo de “Los Nuevos”. Ahora bien, lo que se plantea en el ensayo es –y haciendo la relación entre los libros- como lo dice el crítico “se necesita más aire en los pulmones para leer a <i>La Obreríada </i>que para cualquiera de los poemas del anterior libro” (pág. 81). De esta manera se acentúa que la poética de Vidales no fue estática al pasar del tiempo.</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“De Luís Carlos López a Ciro Mendia” </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> muestra una relación temática en estos dos autores, pues la sátira, el humor, la ironía entabla entre ellos vasos comunicantes a pesar de la diferencia espacio temporal, pues pertenecen a épocas distintas. “Por eso López y Mendia para estas notas solamente son dos poetas concomitantes y divergentes y, sobre todo, una poesía poco cultivada en Colombia” (Pág. 86).</span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Aproximaciones a Las convulsiones de Luís Vargas Tejada” </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">y “Apéndice: Poética y fonología” son los dos ensayos con los que cierra esta valoración de algunos aspectos de la Literatura Colombiana. En el primero de estos resalta la forma en que el <b><i>sainete </i></b>es utilizado por Tejada, aparte del estudio a los personajes y espacios escénicos de <i>Las convulsiones. </i>En el último se da una temática con un fuerte influjo teórico poco presente en los otros ensayos, el cual muestra acercamientos a la retórica tradicional, el encabalgamiento, el paralelismo, la rima.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Así pues queda presentado a grandes rasgos el libro de Isaías Peña Gutiérrez, el cual servirá para la discusión que gira en torno al hecho literario colombiano y có<a href="http://www.blogger.com/post-edit.g?blogID=2259656565954126952&postID=7949799508586953371" name="_GoBack"></a>mo este entabla un diálogo directo con el mundo en general. <o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: right; text-autospace: none;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">JHON EDWIN TRUJILLO <o:p></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Ficha del libro: Peña Gutiérrez, Isaías; “ESTUDIOS DE LITERATURA” <o:p></o:p></span></b></div><b></b><br />
<div style="text-align: justify;"><b><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">1979 Ediciones el Huaco Ltda. Primera Edición Bogotá, D.E. Colombia</span></b></b></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-41408790510029819462012-02-13T06:34:00.000-08:002012-02-13T06:34:45.106-08:00LETRAS PARA TRASHUMANTES DE LA CALLE.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-2im_0xJrnEI/Tzke6kzxJMI/AAAAAAAAAuc/W0Ak_zr-9Us/s1600/c%C3%A9sar+p%C3%A9rez.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://1.bp.blogspot.com/-2im_0xJrnEI/Tzke6kzxJMI/AAAAAAAAAuc/W0Ak_zr-9Us/s200/c%C3%A9sar+p%C3%A9rez.jpg" width="155" /></a></div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Siempre que se ha escuchado hablar de un autor que resulta importante para las letras de algún lugar, se espera que lo que llegue a las manos corresponda con lo que se ha oído. Pero en este caso, debo decir que de entrada, no fue así. Claro que la visión sobre el particular cambiaría pronto. </span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El libro en su presentación es poco atractivo; un marrón vencido y una imagen de portada opaca que sólo se entiende cuando se acerca lo suficiente a la vista (“<i>Impasse Cottin” </i>de Maurice Utrillo: pintura en la que se aprecia un callejón de casas impares que termina en una cuesta de escaleras y en el que no hay sino un farol desprovisto de energía. Cuatro siluetas humanas suben por la escalera). El nombre del autor muy por debajo de la letra normal, no se reconoce con facilidad, y un sello editorial desconocido. Sin embargo, casi como único elemento que llama de entrada la atención del lector se encuentra la metáfora de lo desolado que puede resultar algún lugar: <i>La calle del farol dormido.</i><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><i><br />
</i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Con este título cualquier lector avezado sabe que en medio de su cansada imagen, existe la necesidad de auscultarlo, de seguirle la línea hasta que en medio de todo se descubra por qué el libro se presenta de esta manera y bajo ese título. Pues es claro que no se trata de una metáfora plana y falta de contenido, antes bien, desde la simbolización del lenguaje, se hace referencia al abandono y el desarraigo, evidentes en una calle que se adueña de la ciudad en la penumbra.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En este libro de relatos, César Pérez Pinzón, haciendo un serio miraje a la ciudad de Bogotá, recurre al reconocimiento que se ha negado a los habitantes de la calle, y, con particular belleza, da vida a algunas de las historias que se urden en la mala sombra del cartucho y sus barrios aledaños, como el Santa Fe y el cementerio central. Podría decirse que incluso la misma calle no es el objetivo, más parece que se buscara la inocencia clandestina que rodea la cotidianidad de los personajes que circulan por la Bogotá de la oscuridad, del vicio eterno.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10pt; margin-left: 1cm; margin-right: 30.8pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“<i>No se ignora ninguna puerta y hasta los refugios, donde se ocultan algunos hombres y mujeres de actividad oscura, son sacudidos por el estrépito de un puño insistente sobre la madera engrasada y carcomida, que los separa de las heladas corrientes del aire exterior. La humedad y el frio se atenúan por la persistente bruma que se pasea por la ciudad como un sucio velo ocupado en opacar el fulgor de los astros y de los avisos luminosos.” </i> Pág. 15.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Cinco historias componen <i>La calle del Farol dormido. </i>En alrededor de 150 páginas podrá el lector encontrarse con la vida de Fabrizio Ovelar, un hombre que gasta en prostitutas y licor el escaso pago de la pensión que ha conseguido como profesor de historia, y que en medio de una extrema urgencia familiar, decide intentar un robo para terminar en un eterno odio hacia los niños. Se encontrará seguramente el lector con el naciente cinismo de Marcelo Cabral que, en apariencia, tiene un encuentro demasiado cercano con el pasado de su padre y con su futura muerte. Este Marcelo Cabral ha de aparecer nuevamente en la escritura de Pérez Pinzón cuando publique su novela <i>Hacia el abismo,</i> en la que sin duda es un personaje mucho mejor trabajado.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Pero no todo en el libro se reduce al submundo del alcohol y las drogas que circulan por el cartucho. Los dos cuentos con que finaliza, están dedicados a otra suerte de destinos. En uno se asiste al descubrimiento de un acto terrorista que termina por destruir la vida de tres viejos amigos, y que hila entre su trama, la historia de la explosión del avión de Avianca en pleno vuelo en el año 1989; en el otro, un reconocido escritor pareciera dictarnos su biografía a través de un narrador que se inmiscuye con autoridad en fragmentos poco referenciados de su vida.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En fin. Quiero hacer un breve paneo por su primer cuento, <i>Aquella noche silbaba el viento,</i> que a mi juicio, encarna el sentir profundo del título del libro, y que en medio de sus líneas logra atrapar con verdadero encanto a quien lee. Tuve la posibilidad de conocer el cartucho en mis tiempos de adolescente, y de oír algunas de las acostumbradas historias de muertos y desaparecidos, y pensé que en los relatos de esta obra hallaría el retrato de cadáveres que no se desperdician y de hombres que conviven entre el hedor y el ronquido agudo de las ratas mientras apaciguan el hambre con pegante o periódico mojado.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Sin embargo, lo que me conmueve de este relato de César Pérez no es la evidencia del abandono o el reconocimiento de la extrema miseria a que son condenados, por mano criminal o por mano propia, los habitantes de esta extinta zona álgida de la ciudad. No. Es la ternura, la calidez y los lazos de afecto que el autor desnuda para la ciudad misma, que no entiende que en medio del estrecho habitáculo por el que circulan mil y un mendigos, nómadas del centro urbano, existe la entera vocación de lo honesto, del respeto y de la ley.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Mateo y María, personajes centrales de la narración, son trabajadores de la plaza de mercado, que por situación de precariedad deben acomodar su vivencia cotidiana al trajín que ofrece la mencionada calle. Pagan un par de pesos por un cuartucho de mala saña en una pensión innombrable. Pero su rutina se ve invadida por el romance de su mujer con un hombre joven, que más temprano que tarde, hallará la muerte por causa de las lógicas de lealtad que se tejen en la confabulada noche de los desposeídos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La lealtad es el sentir sincero que une a dos o más hombres en defensa de común causa, por la convicción de su honrado proceder y anteponiendo, incluso, la vida. En el caso del relato de María y Mateo, los habitantes de la calle del farol saben que es preciso resarcir al inquilino que ha visto burlada su honestidad, limpiarlo de la intranquila mente de quien descubre a su mujer sosteniendo constantes encuentros de pasión con otro joven del sector, y que es necesario que el culpable pague con su cuerpo lo que le ha quitado al otro.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En esto consiste la trama, y para fortuna del lector, el ojo termina agradecido por los constantes ritmos y puntos de tensión. El narrador se acelera cuando evoca el instante en que el corrillo de míseros se reúne para dar fin a la existencia del joven fornicario, abre certeras dudas en el lector cuando se devuelve a la escueta vida matrimonial de Mateo y María.Reúne en nuestra memoria las posibilidades para que nos confabulemos con los criminales y no con los amantes, porque nos mete en la lógica secreta de la cuadra del farol, en la que sólo puede haber lugar para los afectos de fraternidad; suficiente desprecio se tiene afuera como para traerlo pegado al cuello hasta la propia vecindad mortuoria. Así que el relato transcurre maligno hasta el punto en que se sentencia, con toda crueldad y legalizada mano al amante, que sólo y en medio de la lluvia, extingue cualquier esperanza de vida para su cuerpo apaleado por la horda.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-right: 2.45pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">A pesar de encontrar vestigios de misericordia en el relato, y de creer que en ocasiones el narrador parece no compartir la suerte que correrá el joven, Pérez Pinzón aterriza con precisión las imágenes que la calle destina para sus hombres:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-right: 2.45pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10pt; margin-left: 1cm; margin-right: 30.8pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“<i>Un nuevo grito de júbilo por parte de los reunidos le usurpa los recuerdos y vuelve a ver al muchacho que se arrodilla conteniendo la sangre que salta a borbotones de su nariz golpeada. Empieza a declinar su decisión y, por unos momentos que debe parecerle despreciables, su cara es surcada por afilados gestos de urgente misericordia.</i> (…) <i>La fortaleza de sus músculos no se ha echado a perder, pero ahora se ven disminuidos, como un caucho al que acercan una llama. La piel de sus<a href="http://www.blogger.com/post-edit.g?blogID=2259656565954126952&postID=4140879051002981946" name="_GoBack"></a> pómulos se ha secado buscando un pronto contacto con el hueso y el rosa natural de sus labios ha menguado. Algunas de sus costillas forcejean contra la carne de sus costados.”<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Entre tanto, los esposos parecen aceptar que la lógica de la calle no está en acabar su relación, sino en extinguir la vida de quien ose intervenir en ella. No se trata de renunciar al hogar que han construido, tampoco a los placeres que se ofrecen; simplemente se elimina cualquier intento de intromisión. En ello reside la trama del relato.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La sutileza del lenguaje de este autor tolimense, permite ver que su estilo no vacila a la hora de hacer que la realidad, por más tosca y cruda que sea, pueda dictarse para la historia con palabras precisas y que ennoblezcan el acontecer del hombre sobre el tiempo. Hay rigurosidad en el detalle, que acompañado del sentir poético que ha caracterizado la narrativa de Pérez Pinzón, hacen de la prosa de este libro de relatos, una continua lección de prudencia y exactitud.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Omar González.<o:p></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br />
</span></b></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Ficha del libro: </span></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Pérez Pinzón, césar; <i>La calle del farol dormido.</i> Fondo mixto para la promoción de la cultura y las artes del departamento del Tolima. Forum Pacis editores. Ibagué 1996. 148 páginas. 2da edición.<o:p></o:p></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-72338910814258800322012-01-24T07:50:00.000-08:002012-01-24T07:50:59.888-08:00LAS ALABANZAS Y LOS ACECHOS<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-Vn9UbjQdHoU/Tx7S3TXY6AI/AAAAAAAAAuU/6FSmELO8O90/s1600/fernado+cruz+kronfly.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="150" src="http://4.bp.blogspot.com/-Vn9UbjQdHoU/Tx7S3TXY6AI/AAAAAAAAAuU/6FSmELO8O90/s200/fernado+cruz+kronfly.jpg" width="200" /></a></div><br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La forma como se puede concebir un libro de cuentos, ya sea por parte del lector o escritor, subyace, en cierta parte, en descubrir una temática que encierre los relatos a través de las exigencias de la escritura dando una diversidad de temas para su entendimiento. Es decir, que las lecturas y escrituras pueden darse por un tópico que encierre varias historias en un libro literario. En otros casos pueden ser textos fragmentados con un carácter distinto, es decir, tener diferentes temáticas con el fin de recrear un mundo poco tangible al lector para que este mismo busque afinidades. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La producción de cuentos que rondan en medio de un territorio y en intermitencias de personajes que por momentos vienen a ser vitales en los relatos, es lo que se puede encontrar en el libro de Fernando Cruz Kronfly, <i>Las alabanzas y los acechos, </i>del año 1980. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El libro contiene una exploración del ser humano por pasajes comunes y en territorios no poco conocidos, enmarcados desde otras ópticas que se desprenden en la amplitud de la existencia y en los recuerdos como síntoma de desequilibrio constante, para someterse al contenido social que alberga incertidumbres. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Los recuerdos acompañados de Silvestre Morón, </span></i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">es un claro ejemplo donde el relato le da una importancia al recuerdo en la trama de un circo. El recuerdo se viene a enfocar con la llegada de una mujer demasiado talentosa, buscando un trabajo donde explorar nuevos territorios, y que el narrador conoce muy bien al describirlo y describirla en su labor: “…<i>todo aquello que guarda relación en el manejo del cuerpo con el límite del peligro</i>… -y continúa- <i>estuvo a punto de aprender a hipnotizar, y a quien casi mata de un mordisco en el cuello, una noche de amor, pues</i>…” (Pág. 35). Las acotaciones del narrador, no son un simple espectáculo erótico, sino, también, el divertimiento del peligro y la imposibilidad mezquina de sondearla en los vestigios del amor en un escenario común como es su apartamento. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La expresión de este autor caleño viene a representarse en sus cuentos como un dominio de la vida en los espejismos, en la curiosa inversión de los personajes y los cambios de narradores. No obstante, los retornos que se llevan en la mayoría de cuentos se dan por la existencia de Salamando. Él es un eje en las historias que se entre cruzan en los cafés. Cuando lo habitantes de las calles deciden hilar los recuerdos, siempre entrarán poseídos por Salamando, no como una bestia infernal, sino porque se hace indispensable seguir el rastro de este personaje para tejerlo con los demás relatos: “<i>Ver pasar al viejo Salamando, tan frágil como se observa en panoramas desde aquí,…(Pág. 14.). </i>El personaje aparece constantemente, de cuento en cuento, como figura estructurante del libro. así por ejemplo, en otra narración se afirma que “<i>Eloy Salamando hizo a un lado algunos algodones entrapados…” </i>(Pág. 81.) La presencia de Salamando es, en ocasiones marginal, aunque constante, y se proyecta como principal en un relato llamado <i>Nadie se muere en esta vida. <o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><i><br />
</i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Por otro lado, se observa, además de las inversiones estilísticas, que los cuentos vienen a circular por entramados indescifrables y tormentas en los muros de los barrios que provienen de una o varias guerras metaforizadas desde lo más mínimo de sus detalles: “<i>Además, si en medio del combate un pájaro gira en el cielo de cenizas… y de aquellos promontorios de muertosinocentes que se forman en las esquinas” (pág. 105.). <o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">No hay que mirar de soslayo las intermitencias de la escritura de Kronfly, ya que en cada uno de sus relatos se conservan estilos para bifurcarse y desentrañar el laberinto de <i>Las alabanzas y los acechos. <o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">LUIS FERNANDO ABELLO<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Ficha del libro: CRUZ Kronfly, Fernando, <i> Las alabanzas y los acechos, </i> Editorial Oveja Negra Ltda, 1980. Bogotá, Colombia. <o:p></o:p></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-51590530739651066982011-12-15T17:45:00.000-08:002011-12-15T17:47:06.154-08:00CHE, CANTATA PARA VOCES, TAMBORES Y CHIRIMÍAS DE JORGE ZALAMEA<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-Z1SIVVVCd8M/Tuqh-wQbwdI/AAAAAAAAAuA/2p9eSGdAjxI/s1600/CHE+Cantata+para+voces%252C+tambores+y+chirimias.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://2.bp.blogspot.com/-Z1SIVVVCd8M/Tuqh-wQbwdI/AAAAAAAAAuA/2p9eSGdAjxI/s200/CHE+Cantata+para+voces%252C+tambores+y+chirimias.jpg" width="147" /></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“<i>Así pasa la vida, vasta orquesta de Esfinges<br />
que arrojan al vacío su marcha funeral”.</i></span><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">CÉSAR VALLEJO<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Jorge Zalamea (1905-1969) es conocido por ser un escrito<a href="http://www.blogger.com/post-edit.g?blogID=2259656565954126952&postID=5159053073965106698" name="_GoBack"></a>r colombiano que ocupó cargos diplomáticos, luego fue exiliado, y también activista de la paz. Se le confirió el premio Casa de las Américas en 1968 y por la totalidad de su obra el Lenin de la Paz. Tradujo además la obra del poeta Saint Jhon- Perse. Algunos de sus libros son <i>El Gran BurundúnBurundá ha Muerto, El Sueño de las Escalinatas, El Viento del Este da Nuevas Al Gran Salto, </i>así como<i>Introducciòn a la Prehistoria</i> y el libro que da título a este texto.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Quizá como él, vivimos en un mundo cada vez más sordo a la música.Por eso extraña el hallar obras poéticas emparentadas con el lenguaje de las melodías, por ejemplo de la cantata. Esta, es una composición musical profana o religiosa para una o varias voces con acompañamiento.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En el caso de la obra <i>Che</i>, <i>Cantata para Voces, Tambores y Chirimías</i>, se compone de un primer movimiento, “grave o scherzo furioso” por segundo un “Andante”, el tercero es un “Adagio” y por último un “Allegro Moderato”.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Es perceptible la musicalidad de los versos, que al ser leídos en voz alta se comportan melodiosos, dramáticos, con un fuerte componente de tragedia, donde la visión maternal y mítica de la MadreTierra acoge en su seno primordial al héroe caído.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En ese sentido, el hombre muerto por quien retumban las voces, tambores y chirimías, simboliza la lucha del Ser por superarse así mismo, o de la naturaleza humana por superar el imperio de la razón instrumental, la eterna búsqueda de la libertad del espíritu cultural, aquel que otorga a la imaginación una facultad de conocer lo verdadero, como una mentira que muestra la verdad, o así como lo manifestó el poeta francés revolucionario y vanguardista André Bretón: <i>“lo imaginario es lo que tiende a volverse real”.</i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">PROSA Y VERSIFICACIÓN EN LA CANTATA</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El primer movimiento es abierto por el Coro, quien observa y canta que: “el horror, como un murciélago, las enloquece”. Pág. 24. Además que las Mujeres lucen: “Poseídas por el bifronte dios del amor y del odio, ya sus palabras no son inteligibles para nosotros y se confunden como la lluvia a la granizada en este estrépito que nos atemoriza”. Pág. 28.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El segundo (Andante) se caracteriza por la percusión. Símbolo de la guerra, resuenan los tambores. El trueno es una alegoría del conflicto bélico. Así como resuenan el huehuetl, el tepoznotle azteca, el tunkul maya, el pax, los atabales tendidos con piel humana de las antiguas comarcas del Cauca: <i>“¡En toda América una tempestad de tambores enlutados</i>!” pág. 39. <i>“La tempestad de los tambores, en horrísono crescendo, dispersa al Coro, doblega a las Mujeres sobre la tierra, persigue al Mensajero y sacude toda la selva de cobre y estaño que rodea el lugar donde yace Él”. </i>Pág. 40.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Con el Corose sienten las voces de cinco diferentes hombres: indio, negro, mestizo, blanco y mulato. Ante ellos, cuatro mujeres plañen sus penas. Estas “aullantes de viudez” reclaman al “Gran Tata”, Al Comandante, al Che, arrebatado violentamente por oscuras fuerzas. Frente a sus lastimeros gritos, el Coro manifiesta lo siguiente: <i>“Mujeres de poca fuerza: cada vez que uno como él cayó, uno nació como él</i>”. Pág. 50. No obstante, también es cierto que “ <i>(…) la gris desesperanza ventea sobre ellas y las salpica con la caspa de su viudez renovada</i>.” Pág. 54.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Con una especie de poemas sociales, se tematiza el hecho de encontrar contradictoria más que absurda la guerra fratricida, puesto que:<i>“bajo el uniforme se niega la sangre y se pudre el corazón</i>” pág. 57. Por lo cual, la voz poética se cuestiona: “<i>No sé por qué piensas tú, soldado, que te odio yo</i>”. Pág. 58. Quizá le resulte vergonzoso el hecho de ser colombiano, de esa catástrofe que es el acto de nacer, de vivir para una muerte violenta y sin sentido; aunque aparentemente sea la condición natural del hombre: “Vergüenza<i>, vergüenza, vergüenza de nuestros vientres mal sembrados / ”</i>. Pág. 60.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">De nuevo, el Coro nos recuerda cómo se ha envilecido el valor de la vida, así como el valor de la muerte, al hacer de esta un trofeo de guerra, por ejemplo al exhibir imágenes o porno-textos en los medios de comunicación masiva, ya sea la prensa con su crónica roja y su prosaico amarillismo o los noticieros donde todo es un diminutivo falazo simplemente las falacias de la Internet de nuestros días:</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“Alucinadas<i> por imágenes que nuestros ojos no perciben, las mujeres azotan la tierra con sus frentes, vierten sobre ella todos sus miembros en espasmos tetánicos./ Sus gritos agrietan los tímpanos, taladran el cráneo, penetran hasta los sesos vivos y los baten como una crema teñida de sangre.” </i>Pág. 60.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">También se encuentra un hombre desnudo, al parecer el Comandante, recitando una especie de letanías u oraciones como estas: “<i>semilla de la violencia/ fornícame/ Estrella de la sangre/ condúceme/ Cobra de la falacia/ adiéstrame…/ ¡Capa pluvial de la muerte/ cúbreme! / ¡Crujiente arreo de la muerte/ cúbreme! / ¡Bandera triunfal de la muerte/ Cúbreme, cúbreme, cúbreme!</i>” pág. 66.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Ante estas palabras, las Mujeres y Hombres, lanzan imprecaciones al Recluta y el Maniquí Militar, quienes tras asediarlos, se esfuman hasta desaparecer cuando vuelve la plena luz al lugar. Con esto no solo se reconoce el poder de la santería afro-caribeña; pues también se adhiere a una suerte de hibridación con los rituales místicos o las creencias espirituales y cosmogonías de las tribus pre-hispánicas. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">De lo anterior, se desliga el que esta elegía coral a Ernesto Guevara es idealista y utópica cuando pretende la función social de la poesía, al construir hombres dueños de su propia existencia en sociedad, de la naturaleza, de sí mismos, individuos libres.Es decir, que se aferran a una verdad individual quizá absoluta y definitiva así como su desenfrenado amor a la humanidad. Una verdad por la cual vivir o morir para enfrentar así la vida desde un idealismo encarnizado o en realidad una lucha contra la “vasta orquesta de Esfinges que arrojan al vacío su marcha funeral”.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Algunos escritores como César Vallejo, Luis Vidales, Pablo Neruda o Nicolás Guillen también se aventuraron con este tipo de creaciones basadas en la realidad social e histórica y política. Aunque, actualmente, causa desencanto y perplejidad el impacto simbólico de un personaje legendario como Ernesto el “Che” Guevara.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> Lo digo apoyándome en el hecho de encontrar su imagen convertida en un ícono de la industria cultural, es decir, reducido a objeto de consumo audiovisual, imagen masificada y desmitificada, también símbolo desgastado de cierto espíritu beligerante, subversivo y divergente, por ejemplo en canciones de “Música protesta”, en largometrajes hechos en Hollywood, en camisetas, gorros, afiches, calcomanías, separadores de libros, grafitis, murales, o en tatuajes de jóvenes suicidas.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">También el boxeador norteamericano campeón de los pesos pesadosMike Tyson, se hizo uno cuando estuvo en prisión junto a otro del rostro del chino Mao TseTung. Y el futbolista argentino Diego Armando Maradona también lleva un rostro de Guevara tatuado en su brazo. Y algunos estudiantes universitarios lo llevan más que en sus carnes tatuado, en el alma. Porque significa sus espíritus contrariados e inconformes con la realidad y la libertad que les han obligado a discutir y derrumbar por ser tradicionalista, autoritaria, dogmática, burocrática, conservadora de las tradiciones, contradictoria, perversa.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Quizá esto se deba al problema planteado por Jesús Martín Barbero, al retomar a Marlyse Meyer, quien cree que vivimos en una realidad contradictoria y desafiante, bajo una lógica perversa donde se logra hacer coexistir y juntarse de modo paradójicamente natural la sofisticación de los medios de comunicación de masa con masas de sentimientos provenientes de la cultura más tradicionalmente popular.Esto en el seno de una sociedad violenta, cínica y corrupta, cerrada a la diversidad y pluralidad de pensamientos, a la imaginación y la posibilidad de creación de mundos… para despegar pues <i>ya no es mágico el mundo o</i> como escribierael chileno Pablo Neruda:</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“Hay cementerios solos,/ Tumbas llenas de huesos sin sonido, / El corazón pasando un túnel / oscura, oscuro, oscuro, / como un naufragio hacia dentro nos morimos, / como ahogarnos en el corazón, / como irnos cayendo desde la piel al alma.”</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">Por: Víctor Hugo Céspedes. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-MX" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">CHE, CANTATA PARA VOCES, TAMBORES Y CHIRIMÍAS; ZALAMEA, Jorge. Carlos Valencia editores, Bogotá, 1980. 78 páginas.</span></b></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-57906741494842557612011-12-05T06:23:00.000-08:002011-12-05T06:29:40.761-08:00LA CALLE DEL CAPITÁN DE ELMER J. HERNÁNDEZ<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9pt;">“La nostalgia del paraíso es el deseo del hombre de no ser hombre”.</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9pt;">Milán Kundera</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-YL8oBGiVKl8/TtzU9R8a9kI/AAAAAAAAAt4/WKXobuPLZds/s1600/calle+del+capit%25C3%25A1n+%255B640x480%255D.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://3.bp.blogspot.com/-YL8oBGiVKl8/TtzU9R8a9kI/AAAAAAAAAt4/WKXobuPLZds/s200/calle+del+capit%25C3%25A1n+%255B640x480%255D.jpg" width="128" /></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">El mundo, desde su esfera circundante, nos muestra distintas posibilidades para construir un ideal de vida. Sin embargo, en la mayoría de los casos terminamos desorientados y en vez de construir nos moldeamos como simples figuras de la tradición. Por tal motivo, se crea en nuestras vidas una atmósfera de inconformidad que genera conflictos existenciales llevándonos a cuestionar nuestro lugar en el mundo.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Es así como surgen dos posibilidades: seguir el camino que nos trazaron, decorado con una modesta tristeza que se encarga de ser nuestra guía, o dirigirnos ciegamente por lo que nos hace felices y nos da el placer, así esto nos cueste la exclusión pertinaz del sistema. Pero independiente de la decisión que tomemos, también existe la posibilidad de que ambos caminos se crucen y, por un momento fugaz nos cueste distinguir si es sueño o realidad.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">En ese sentido, el cuento del escritor tolimense Elmer J. Hernández, “La calle del capitán”, muestra una situación en la que su personaje principal, “Anselmo”, se pierde por un instante en un mundo ideal que es una simple calle cercada de personas y cotidianidad. Sin embargo, todo lo deseado, soñado y buscado por Anselmo, se encuentra allí, aunque su paranoia y desconfianza finalmente lo lleven a escapar de esa calle a la que nunca más puede volver, generando en él una nostalgia incesante.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Ante esta situación se ve demostrada la complejidad del humano, y esto se da no porque este sea complejo por naturaleza, sino porque el sistema se encarga de imponernos un “deber ser”, que en la mayoría de los casos va ligado con la productividad. Por lo tanto si no produces ganancias no eres útil a la sociedad. Y este sentimiento invade regularmente a Anselmo, el personaje principal del cuento, por eso trabajaba a hurtadillas de la ley:</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 25.5pt; margin-right: 42.5pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Anselmo descubrió que poseía una amplia imaginación y una sorprendente capacidad para urdir cierto tipo de acciones. Ante el despliegue de su ingenio Grette y Lalo lo miraban y le sonreían con sincera admiración. Así, pues, y aunque ahora no recordaba las circunstancias precisas, pero sí la sombra de Grette y de Lalo al lado de su sombra, se encontró enrolado en una banda de ladrones (…) (pág. 18)</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 25.5pt; margin-right: 42.5pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Anselmo, como muchos, era un soñador y anhelaba vivir en su pueblo como un triunfador, y a pesar de que con su oficio de ladrón ganaba dinero, no lograba impresionar a su familia<i style="mso-bidi-font-style: normal;">: nadie se entusiasmó con el fajo de billetes que puso en el comedor a la mañana siguiente (pág. 20)</i>. Por lo tanto, los sueños de Anselmo se vieron frustrados y ya no tenía sentido estar en su pueblo: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">con amargura, Anselmo comprendió su deseo de distanciarse por siempre de ese pueblo (pág.20).</i></span><br />
<br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">De esta manera, Anselmo caminó sin rumbo ni horizonte, y como todo hombre furtivo vivía con el temor de ser aprehendido, por eso cuando llegó a “La calle del capitán” por causas del destino, él mismo fue quien se encargó de salir de allí, aunque en el fondo su deseo fuese quedarse por siempre: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Anselmo salió de la calle desierta y como no quería tropezarse con nadie y menos con el viejo capitán aligeró el paso. ¿Quién era él para merecer la vida en ese lugar? Se preguntó varias veces y luego echó una ojeada atrás. (Pág. 42).</i></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Allí queda demostrada la indecisión que somete a Anselmo a renunciar a una vida de tranquilidad, pero ante todo, a una felicidad acompañada de una hermosa mujer, un amigo sabio e influyente como el capitán y toda la comunidad de gente que rodeaba la calle. Es decir, renunciar a un paraíso que como un sueño fugaz lo abrazó, pero ligeramente lo soltó, dejándolo desamparado en el mundo hostil de donde vino y que tanto aborrecía.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Así, el cuento muestra cómo desechamos o no sabemos distinguir cuando se nos presenta una oportunidad de cambio y en ese devenir dejamos escapar la felicidad tan anhelada. Finalmente no sé con claridad cuáles eran las verdaderas intenciones de Anselmo,si en realidad su objetivo era salir de esa calle, porque no se sentía capaz de vivir en plena tranquilidad o su paranoia de ser capturado y perder lo más preciado, su libertad o quizás las dos. Pero lo que sí pude descifrar es que la nostalgia que lo invadió al no poder encontrar nunca más La calle fue inmensa e inmutable.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">En ese sentido, resta decir que más que un paraíso efímero, “la calle del capitán” es una grieta que tal vez todos en algún momento encontramos en la pared de lo cotidiano y lo monótono, pero, como Anselmo, dejamos escapar, ya sea por paranoia, ignorancia o simplemente porque así lo deseamos, pues qué sería del hombre sin los declives que se presentan en la vida. Supongo que no seriamos humanos, sino unos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entes</i> dados a la felicidad y la tranquilidad.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Paul Riaño Segura </span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">CALLE DEL CAPITÁN.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Autor: Elmer J Hernández E. </span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Primera edición 2008-01-29 Ibagué Tolima Colombia. </span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Edición germinemos editores. ISBN 978-958-98528-0-4. </span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;">Impreso por EDITORIAL ATLAS impresores</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;"></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12pt;"><br />
</span></i></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-69875656531550551642011-11-19T11:33:00.000-08:002011-11-19T11:36:32.863-08:00LA PROHIBICIÓN Y EL DESEO EN MIS JUEVES SIN TI DE OSCAR GODOY BARBOSA.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-_RY5JkFreMs/TsgEMJ-Sk5I/AAAAAAAAAto/G_CF2v2ttsE/s1600/oscar+godoy.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-_RY5JkFreMs/TsgEMJ-Sk5I/AAAAAAAAAto/G_CF2v2ttsE/s1600/oscar+godoy.jpg" /></a></div><br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Las formas y modelos mentales que posee la sociedad actual están movidos por los arquetipos del imaginario colectivo<a href="file:///D:/Users/Sistemas/Documents/LEO/BLOG/RESE%C3%91AS%20DEL%20BLOG/LA%20PROHIBICI%C3%93N%20Y%20EL%20DESEO%20EN%20MIS%20JUEVES%20SIN%20TI%20DE%20OSCAR%20GODOY%20BARBOSA%20(1).docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a>, que la mayor de las veces es dictado y estereotipado a través de las formas de consumo. Religión, política, dolor y muerte poseen estereotipos prefijados, y el amor, como es de esperar, también ha caído en estas maneras del desuso.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Los prototipos son simples: el amor filial, que corresponde a los arquetipos matrimoniales, familiares y de noviazgo, acompañados por la idea de compromiso, fidelidad y entrega total del cuerpo y el deseo a figuras que corresponden a relaciones aceptadas frente a la aprobación de otros; el amor ágape, que se liga a los sentimientos de fraternidad, amistad y solidaridad para con los seres que consideramos cercanos e influyentes, tanto en lo personal como en lo colectivo; y el amor vulgar, atado a los conceptos de hedonismo, placer, lujuria y promiscuidad, manifestados en contextos y situaciones de profundo ocultamiento, que en el mayor de los casos es satanizado y desvirtuado, como el acercamiento a los moteles, burdeles, las orgías, las relaciones homosexuales y los actos sexuales fugaces que tienden a volverse patológicos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Sin embargo es preciso que se piense en otra manera de entender estas formas del amor, pues existe, como en el caso del cuento de Godoy Barbosa, un amor que se fragua en la imposibilidad del contacto físico, y por tanto, en la negación de las imposturas sociales. Para ello es necesario que recurramos al ejemplo de las llamadas líneas calientes, en las que la persona acude a la sensualidad de la voz de la persona que atiende desde el otro lado y que por medio de su capacidad para generar asombro desde el poder erótico de su palabra, hace que su interlocutor alcance el clímax mientras desnuda su entera satisfacción en una bocina que se cuelga.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Se diría que este ejercicio deviene de un placer morboso y algo patológico, pues no sólo evidencia la imposibilidad de la sensualidad hecha carne en unos oídos ávidos de obscenidad, sino que al tiempo enmarcan la absoluta negación de la capacidad tímica del contacto. Al respecto, quiero entonces iniciar el recorrido por el cuento, en el que, para resumir la anécdota, existe un hombre y una mujer que se encuentran cada jueves en un motel , siempre en habitaciones distintas, sólo con la certeza de saberse ahí desnudos para otros, pero amalgamados en el acuerdo de gemirse y saborear sus cuerpos y su esencia a través de la voz.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El relato es asumido por su protagonista –el hombre- que estando con una mujer en el motel escucha por azar mientras duerme otra voz, venida de un cuarto vecino. No una voz, “<i>Unos quejidos largos como de gata en celo”</i>, que lo sumen de inmediato en la contemplación de las características de la persona que puede emitir un gemido de ese calibre, es decir, nacidos del profundo deseo y la lujuria de una mujer “<i>Apoyada en los codos, o en las dos almohadas de la cama, con los ojos cerrados y la cabeza apoyada hacia atrás, sacudida por espasmos, </i>(…) <i>acaballada. Las piernas a lado y lado de otras caderas, la cabeza levantada y las manos inquietas.” </i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El personaje en su cavilación acude al modelo estereotipado de ver la sensualidad femenina, que no comprende entre su imaginario a la mujer común; sólo tiene cabida el prototipo del desborde carnal de la exuberancia y la rigidez gimnástica de la carne, jamás a la mujer que recata con limpidez su deseo, que oculta su cuerpo tras ropajes casuales y palabras simples. Esto se debe a que nuestro personaje está acostumbrado a llevar al lecho únicamente a mujeres que logran despertarle la promiscuidad con actitudes felinas, lo que supone que es nuestro hombre el típico <i>Don Juan </i>que se enorgullece cuando sucumbe ante el arquetipo de la mujer fatal.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Es más, el personaje de este cuento siente especial cuidado por dar cumplimiento a su curiosidad, pues evidencia que la única cosa que lo lleva a buscar una mujer distinta cada vez, es el hecho de saciar la obsesión de descubrir todas las formas posibles en las que duerme su compañera de cama: <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 1cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“ <i>Camila dormía. Le gustaba voltearme la espalda y olvidarse en sus sueños. </i>(…) <i>Liliana dormía. Adoraba rodear la almohada con los brazos y descolgar la cabeza sobre el colchón.</i> (…) <i>Carolina dormía boca arriba, con los brazos y piernas extendidos en cruz. Pensaba que la cama era toda para ella. María José dormía de medio lado, justo al borde del abismo. Milena se encogía como un bebé. Sandra nunca se quedaba quieta. </i>(…) <i> Catalina dormía boca abajo, con la cabeza un poco ladeada para respirar. Sonia parecía un cadáver, rígida, sin doblar codos ni rodillas. Leila esparcía su negra cabellera por la almohada.”<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 1cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><i><br />
</i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: -4.65pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En este sentido – dice Cristina Peri Rossi- el erotismo es una libido encarnada en un objeto. Cuando la libido aún no ha encontrado su objeto (o lo ha perdido), produce angustia. Es el estado de ansiedad adolescente, cuando el instinto, plenamente potente y apto, todavía no ha encontrado el objeto donde fijarse.<span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><a href="file:///D:/Users/Sistemas/Documents/LEO/BLOG/RESE%C3%91AS%20DEL%20BLOG/LA%20PROHIBICI%C3%93N%20Y%20EL%20DESEO%20EN%20MIS%20JUEVES%20SIN%20TI%20DE%20OSCAR%20GODOY%20BARBOSA%20(1).docx#_ftn2" name="_ftnref2" title="">[2]</a></span></span><a href="file:///D:/Users/Sistemas/Documents/LEO/BLOG/RESE%C3%91AS%20DEL%20BLOG/LA%20PROHIBICI%C3%93N%20Y%20EL%20DESEO%20EN%20MIS%20JUEVES%20SIN%20TI%20DE%20OSCAR%20GODOY%20BARBOSA%20(1).docx#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><!--[endif]--></a></span> <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: -4.65pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><br />
</span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Y eso es lo que ocurre con nuestro personaje, pues cuando cree que su fijación está en la forma de descansar que expresan sus mujeres, descubre que ha encontrado otro objeto de deseo: la voz de una sirena varada en otro cuarto. La misma autora argentina sostiene que “<i>el deseo tiene sonido, no es mudo. La turbación, la emoción, el ansia fluyen por la boca, modificando nuestra voz y expresando aquello que bulle. Los amantes jadean, resoplan emiten sonidos guturales, onomatopéyicos, que incitan al deseo y lo estimulan”<a href="file:///D:/Users/Sistemas/Documents/LEO/BLOG/RESE%C3%91AS%20DEL%20BLOG/LA%20PROHIBICI%C3%93N%20Y%20EL%20DESEO%20EN%20MIS%20JUEVES%20SIN%20TI%20DE%20OSCAR%20GODOY%20BARBOSA%20(1).docx#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">[3]</span></b></span><!--[endif]--></span></a>.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><i><br />
</i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: -4.65pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">No es extraño que el hombre sienta atracción por la tesitura sensual que expele la voz femenina, o por el encanto de sus palabras; basta hacer un recorrido mental simple para recordar como Lilith sedujo a Adán, que más tarde perecería por el labio envenenado de Eva; o la hermosa voz de Nefertiti persuadiendo a Aquenaton para adorar al naciente dios Aton en lugar de al legendario Amón; El canto de las mujeres del Chalco que enamora al pequeño Axayácaltl para que les conceda la fertilidad. No obstante, existe una anécdota que se adecúa mucho más a la situación narrada en el cuento: Ulises –falto de capacidad viril para atender al llamado femenino- se amarró al mástil de su barco para no sucumbir ante la libidinosa voz de las sirenas, y más tarde, necesitó de la ayuda de Hermes para no dejarse seducir por el encanto de la palabra de Circe. Aunque cabe la posibilidad, como dijera Kafka en su texto <i>El silencio de las Sirenas</i>, que el silencio sea más profundo que el canto y que la acción del héroe homérico no sea sino una triquiñuela para parecer más fuerte y mejor líder frente a sus acompañantes y súbditos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: -4.65pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: -4.65pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Sin embargo, la voluntad del personaje no sólo sucumbe, sino que voluntariamente se entrega a la seducción, en la que la belleza o fealdad desaparecen, pues se asume que más allá de la carne existe únicamente la voz que incita y que despierta, que irriga, que derrama, no lo corporal sino las necesidades propias del espíritu: <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: -4.65pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 1cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“<i>Mientras gimieras, el mundo alrededor, la historia que tuvieras, tu forma de vestir y de actuar, no tenían importancia. Te prodigabas, la música de tu garganta era el final y el comienzo”.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 1cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><i><br />
</i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Allí donde hay un deseo imposible, -continúa Peri Rossi- surge el mito: en el plano de lo imaginario, es decir, la fantasía, se realiza aquello que no puede ocurrir en la realidad. Este mecanismo (la sublimación del deseo insatisfecho a través del recurso a lo imaginario, a, lo fantástico) sucede tanto en el ámbito individual como en el histórico o colectivo.<a href="file:///D:/Users/Sistemas/Documents/LEO/BLOG/RESE%C3%91AS%20DEL%20BLOG/LA%20PROHIBICI%C3%93N%20Y%20EL%20DESEO%20EN%20MIS%20JUEVES%20SIN%20TI%20DE%20OSCAR%20GODOY%20BARBOSA%20(1).docx#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a> El héroe homérico sabía -o suponía- que rendirse a las sirenas era asumir la muerte, pero al héroe del cuento de Godoy Barbosa poco o nada le importa, porque el final y el comienzo son enteramente su deseo materializado en la garganta abierta o contrecha de su hembra, que pulula melodías frenéticas a sus oídos, ante lo que inicia , como en mil odiseas, la visita infaltable cada jueves al motel en busca de su Nereida.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El bestiario de Pierrre Ricard se mencionaque <i>“las sirenas significan las mujeres locas que atraen a los hombres mientras duermen engañándolos con sus palabras y conduciéndolos a la muerte”.</i> Aunque es cierto que las sirenas enloquecen de manera dual –Voz y excentricidad- a los hombres, al nuestro sólo lo seduce el canto, pues reconoce que su muchacha no muy alta, vestida con discreción, con falda tobillera, lentes gruesos, cabello corto y aire doméstico, ha logrado resarcir su imagen de fatalidad femenina que rompe pausadamente su arquetipo prefijado y confuso de belleza.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Las discusiones de formalidad o informalidad sociales bien pueden aislarse para dar paso a la idea espiritual del encuentro sensual y erótico que se da en el amor sin contacto, pues poco importa la corporeidad, la textura de la piel, lo flácido, lo obeso, lo anoréxico, lo pulcro y asqueroso cuando se le da valor al efecto que produce en si mismo el objeto sensible y metafísico de deseo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Para concluir –apresuradamente- recurro a un fragmento del cuento en el que el personaje niega la posibilidad de un encuentro con su objeto de deseo, pues sabe que la consumación del mismo, acabaría la sensación efervescente de lo oculto y prohibido; es el drama del querer y no poder que reconoce la magia de lo que nunca se consolida, el arte de pintar sin lienzo, de escribir sin el poema o el danzar sin música, como lo hacía Casandra, tan negada al ojo simple:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 1cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“H<i>ay un pánico peor: me aterra pensar que un día decidas llegar sola al motel y me dejes abierta la puerta. Conocerte de cerca, ver tus ojos, ser causante de tu quejido. </i>(…) <i>El día en que conozca tu forma de dormir se acabará el misterio.”<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 1cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><i><br />
</i></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Cabe decir que el problema no es quedarse dormido para que las sirenas nos engañen y asesinen, como dice Ricard, más bien, me recojo en el sentido de Kafka, en el que el problema no es el canto sino el silencio mismo, que nos sume infinitamente en el sueño del valle que era trampa, como el sueño de nuestro personaje. Lo único importante en esta fantasía es quedarse dormido voluntariamente para que sin falta, y sin vacilo, nos unamos en el llamado que hace un hombre naufragado en la noche de jueves:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 2.45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 1cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“No me desespero. Tengo confianza en tu quejido que surge de la noche en mi rescate.”<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">OMAR ALEJANDRO GONZÁLEZ VILLAMARÍN.<o:p></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 45pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Ficha del libro: </span></b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Godoy Barbosa, Oscar: <i>Mis jueves sin ti. EN: </i>Cuentos del Tolima. Antología Crítica. AA.VV. Alma mater ediciones. 2011. Pág 239.<o:p></o:p></span></div><div><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" /> <hr align="left" size="1" width="33%" /> <!--[endif]--> <div id="ftn1"> <div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 12.9pt; margin-bottom: 1.2pt; mso-margin-top-alt: auto;"><a href="file:///D:/Users/Sistemas/Documents/LEO/BLOG/RESE%C3%91AS%20DEL%20BLOG/LA%20PROHIBICI%C3%93N%20Y%20EL%20DESEO%20EN%20MIS%20JUEVES%20SIN%20TI%20DE%20OSCAR%20GODOY%20BARBOSA%20(1).docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a> <span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt;">Jung, Carl Gustav (2002). <i>Obra Completa volumen 9/I: Los arquetipos y lo inconsciente colectivo</i>. Madrid: </span><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Editorial Trotta. </span><u><span style="color: blue;"><o:p></o:p></span></u></div><div class="MsoFootnoteText"><o:p> </o:p><a href="file:///D:/Users/Sistemas/Documents/LEO/BLOG/RESE%C3%91AS%20DEL%20BLOG/LA%20PROHIBICI%C3%93N%20Y%20EL%20DESEO%20EN%20MIS%20JUEVES%20SIN%20TI%20DE%20OSCAR%20GODOY%20BARBOSA%20(1).docx#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span></span></a> PERI ROSSI, Cristina: <i>Fantasías eróticas.</i> Editorial Temas de hoy. Buenos aires 1991. Pág 50.</div></div><div id="ftn3"> <div class="MsoFootnoteText"><a href="file:///D:/Users/Sistemas/Documents/LEO/BLOG/RESE%C3%91AS%20DEL%20BLOG/LA%20PROHIBICI%C3%93N%20Y%20EL%20DESEO%20EN%20MIS%20JUEVES%20SIN%20TI%20DE%20OSCAR%20GODOY%20BARBOSA%20(1).docx#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a> Ibid Pág 188.</div></div><div id="ftn4"> <div class="MsoFootnoteText"><a href="file:///D:/Users/Sistemas/Documents/LEO/BLOG/RESE%C3%91AS%20DEL%20BLOG/LA%20PROHIBICI%C3%93N%20Y%20EL%20DESEO%20EN%20MIS%20JUEVES%20SIN%20TI%20DE%20OSCAR%20GODOY%20BARBOSA%20(1).docx#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a> Ibid pág 71.</div></div></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-14241390630567408112011-10-28T15:38:00.001-07:002011-11-02T06:04:26.415-07:00EL SILENCIO DE LAS COSAS PERDIDAS DE LAUREANO ALBA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-x_XAoXBX4kA/TqsuYBKRXQI/AAAAAAAAAtQ/j3doDrkzgyc/s1600/AA.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://3.bp.blogspot.com/-x_XAoXBX4kA/TqsuYBKRXQI/AAAAAAAAAtQ/j3doDrkzgyc/s200/AA.jpg" width="124" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Contemplar el silencio sea quizá la tarea más aguda que pueda tener el hombre no solo como posibilidad de apreciar la esencia de las cosas sino, como primera experiencia estética que afronta desde que es dueño de su ser, es decir, cuando sus sentidos le permiten apropiarse del mundo con la percepción sensible a la que estos nos llevan.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 16px;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Pero cuando uno de ellos carece de vida –médicamente reconocida- las condiciones cambian drásticamente para quien lo padece. En “El silencio de las cosas perdidas” del poeta y novelista boyacense Laureano Alba se halla una historia con muchas historias como las de Huracán Ramírez, Don Isidoro el zapatero, el fisiculturista, la esclava del amor, el taxista, Elías entre otros.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Alejandro, un joven con menos de 13 años de edad y una ceguera parcial, se enfrenta a un mundo en su compleja realidad. Dicho mundo lo encuentra en la casa de inquilinato donde vive bajo ciertos cuidados con sus padres y dos hermanas mayores a él. Tal sitio es sin duda un microcosmos de la sociedad capitalina en la que historias de vida y muerte se entretejen para que Alejandro encuentre allí caminos que se bifurcan pero culminan su recorrido en el mismo punto al que el hombre está condenado a llegar.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">De esta manera la vida para Alejandro goza -en apariencia- de una normalidad propia de un infante a pesar de su ceguera: él disfruta la vida escolar acompañada de juegos y demás actividades propias de esta etapa, pero las cosas cambian cuando su madre contrae una grave enfermedad y perece a causa de esta. Tal hecho se pretende ocultar, pero el panorama en su casa habla al oído de Alejandro mientras dice: “(…) ¿Por qué hay tantas coronas de flores en mi casa? pregunta. ¿Es que vamos a tener una fiesta?”<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El primer encuentro con la muerte para Alejandro es representativo no solo porque la protagonista haya sido su madre sino, porque a partir de este hecho su vida se confronta con las múltiples realidades que en el inquilinato conviven, posibles reflejos de imágenes invisibles pero presentes. Alejandro se reconoce en estas historias como en un gran espejo que, quiéralo o no es parte de su propia historia.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Ruth, su hermana mayor, decide enseñar a Alejandro las personas que conviven junto a ellos “haciendo honor a su fama de amante de las bellas letras”. <a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=2259656565954126952" name="_GoBack"></a>Ella adopta en su narración la imagen de narrador omnisciente mientras él interpreta la seguidilla de historias que le salen al paso. El encuentro con María Constanza, la mujer con “voz tan clara como un manantial de luciérnagas” Pág. 45, despierta en Alejandro el primer encuentro con el erotismo: “tiene unos grandes senos que vibran bajo sus emociones y Alejandro lo percibe como algo nuevo para su vida” pág. 45. Sin embargo lo que más llama su atención es el oficio que ella ejerce, como se aprecia a continuación: “Maravillado por la idea de que vende su cuerpo en las noches, aunque esto solo le parece el título de una canción y no esté seguro de lo que se trata” pág. 47.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El recorrido continúa bajo el celoso cuidado de su hermana encontrándose a Elías, un anciano quien vive, igual que Alejandro, entre sombras, guiado únicamente por su oído y dedicado a labores artesanales, o como lo dice el anciano “desde que tengo uso de razón no he hecho otra cosa que estos monigotes que aprendí a tallar de mi padre” pág. 66, pequeñas figuras de madera con formas definidas que sorprenden al tacto de Alejandro mientras sus cavilaciones lo llevan a contemplar la mejor manera para que la naciente amistad se consolide. De esta manera concluye lo siguiente: “decide que el silencio es un mejor medio para la amistad” pág. 67.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">De ahí que en la novela el silencio se interprete como un estado inicial, espacio que alberga desafíos de vida y muerte. Alejandro siente que al anciano la vida se le agota a la par que los dos saben que comparten el mismo panorama pero es Alejandro quien se atreve a decir: “-¿es usted ciego verdad? –Desde que comencé a conocer el mundo, contesta el anciano. Del mundo sólo he visto el silencio que acompaña a la bondad y el fastidioso sonido del siniestro y la miseria, agrega.” Pág. 68. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El anciano muere, Alejandro comprende esta muerte como el preludio de su propia desaparición mientras en la casa revolotean para recaudar el dinero destinado al entierro de Elías. De esta manera la historia toma tintes Wertherianos por los hechos que rodean la muerte de Alejandro, entre ellos el enamoramiento a su corta edad y las múltiples historias que en su recorrido por el inquilinato lo llevaron a este fin. La confluencia de varias historias en esta obra la hacen interesante para el lector, pues las múltiples voces que participan en ella la enriquecen temática y discursivamente.<o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Jhon Edwin Trujillo <o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Alba, Laureano. El silencio de las cosas perdidas <o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Pijao editores- caza de libros 2008<o:p></o:p></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-19237750210833342462011-10-20T07:37:00.000-07:002011-10-20T07:37:46.946-07:00DEMONIOS COMO EL AMOR<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-0DIBi_8nkOY/TqAx_BfTDiI/AAAAAAAAAtI/X8DbqefUcnM/s1600/del_amor_y_otros_demonios.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-0DIBi_8nkOY/TqAx_BfTDiI/AAAAAAAAAtI/X8DbqefUcnM/s1600/del_amor_y_otros_demonios.jpg" /></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Cuando abordé la obra “Del amor y otros demonios” de Gabriel García Márquez<span> </span>comprendí que el peligro es una constante de la vida y no precisamente por lo que se encuentra en el mundo, sino por lo que se encuentra en nosotros; me refiero a sentimientos como el odio, la felicidad, la tristeza y entre tantos el amor. Como es sabido, el amor es algo sutil que se da de manera espontánea y en apariencia representa el lado bello de la vida. No obstante, cuando no tomamos control de éste sentimiento se convierte en la piedra angular de nuestros temores, entonces pasa de ser sutil a destructivo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><span> </span>Y así<span> </span>sucede en la novela, cuando Sierva María, la única hija del marqués de Casualdero, es mordida por un perro contagiado de rabia, lo que le produce síntomas extraños que alertan a la comunidad y piensan que ella está endemoniada. Poco pasó para que el rumor llegara a oídos del obispo y de inmediato pidiese la captura de la niña, sus padres no se opusieron, dado que su madre la despreciaba y su padre se mostraba pusilánime ante el poder del clero, y así<span> </span>fue recluida en el convento de Santa Clara, donde la sometieron a fuertes castigos y a vivir en condiciones precarias. Hasta que conoció a Cayetano Delaura, sacerdote encargado de hacer el exorcismo, y con el cual vive una experiencia amorosa, que finalmente<span> </span>termina convirtiéndose en el tormento de ambos hasta arrojarlos en el vacío de sus desventuras.<span> </span><b><o:p></o:p></b></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><span><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En ese sentido, el amor es un demonio que nos gobierna de manera inexplicable y sin darnos cuenta de ello, nos sumerge en un mar de desilusiones, tal como sucedió con Sierva María de todos los Ángeles (personaje principal de la obra) quien de manera inocente se perdió en el laberinto del amor, por ir en busca de un abrigo que le fue arrebatado por su madre cuando la rechazó:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 22.7pt; margin-right: 36.85pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“Bernarda, por su parte, ni siquiera lo pensaba. Tan olvidada la tenía, que de regreso de una de sus largas temporadas en el trapiche la confundió con otra por lo grande y distinta que estaba. La llamó, la examinó, la interrogó sobre su vida, pero no obtuvo de ella una palabra. «Eres idéntica a tu padre», le dijo. «Un engendro»”. (…) P. 12<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 22.7pt; margin-right: 36.85pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></i></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Ante esta situación, Sierva María se ve cautiva por aspectos de la vida que no concibe, debido a su corta edad. Por lo tanto el único refugio se encuentra en las personas que la aman como sucede con Dominga de Adviento, su padre (el marqués) y por supuesto Cayetano Delaura. Sin embargo, estos amores se reducen a una impotencia enorme, producto de las circunstancias que en ese momento la acechan. Primero, la persecución constante de la iglesia que de manera negligente asegura que Sierva María está poseída por el demonio, cuando no es más que una peste de rabia causada por la mordedura de un perro.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Segundo, su posición política, dado que Sierva María, a pesar de ser hija de un marqués fue criada bajo las costumbres africanas, lo cual no fue bien visto por la iglesia y la comunidad, pues muchas<span> </span>de estas costumbres son catalogadas como herejías. Tercero, ser una niña de doce años, porque fue lo que la hizo vulnerable ante la vida y por supuesto ante el amor. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Es así como dichas circunstancias se dirigen a un solo camino: la infelicidad, <span> </span>puesto que fueron los obstáculos los que se encargaron de coartar <span> </span>la posibilidad de amar libremente. Ella creyó perderlo todo con la muerte de Dominga, sin embargo al conocer a Cayetano una leve luz surgió en su camino y acarició la felicidad por un instante:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 31.2pt; margin-right: 25.5pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“Cayetano tomó la mano de Sierva María y la puso sobre su corazón. Ella sintió dentro el fragor de su tormenta. «Siempre estoy así», dijo él, y sin darle tiempo al pánico se liberó de la materia turbia que le impedía vivir. Le confesó que no tenía un instante sin pensar en ella, que cuanto comía y bebía tenía el sabor de ella, que la vida era ella a toda hora y en todas partes, como sólo Dios tenía el derecho y el poder de serIo, y que el gozo supremo de su<span> </span>corazón sería morirse con ella.”(…)P.78<a href="" name="_GoBack"></a><o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 31.2pt; margin-right: 25.5pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></i></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Cayetano, al igual que Sierva María, tenía su propia encrucijada y aunque ambos sufrían desde distintas perspectivas estaban unidos por el lazo indeleble de un amor turbio, pero que a su vez era la única luz en el camino; un camino lleno de piedras y sin sabores que se transformó en la causa de la tragedia de estos personajes. Así se ve en el siguiente fragmento, pues Cayetano se encuentra totalmente vencido ante la pertinaz mirada de la condena, y la flagelación desmedida es la única forma de evitar el dolor que lo posee:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 25.5pt; margin-right: 1.0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">(…) Entonces se desnudó el torso, sacó<span> </span>de la gaveta del mesón de trabajo la disciplina de hierro que nunca se<span> </span>había atrevido a tocar, y empezó a flagelarse con un odio insaciable<span> </span>que no había de darle tregua hasta extirpar en sus entrañas hasta el último vestigio de Sierva María. El obispo, que había quedado pendiente de él, lo encontró revolcándose en un lodazal de sangre y de lágrimas. «Es el demonio, padre mío», le dijo Delaura. «El más terrible de todos».P.74<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 25.5pt; margin-right: 1.0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></i></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">De acuerdo con el fragmento anterior, es curioso creer que algo tan simple como enamorarse, se convierta en el inicio de la tragedia, pero es tan verosímil como cualquier enfermedad terminal. De esta manera, Cayetano descubrió que el único demonio que habitaba a Sierva María era “el amor”<span> </span>y que este sería la desgracia de ambos, pues su oficio de clérigo y de exorcista lo enviaría directamente al abismo junto con Sierva María. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Sólo resta apreciar la sutil manera que tiene Gabriel García Márquez de ambientar una situación amorosa en un momento de la historia donde el entorno político se mostraba más oscuro que nunca, y la iglesia, ante su paranoia moralista, causaba más miedo que tranquilidad. Pero a su vez nos ubica en una esperanza cautivadora, porque si se ha de morir de algún mal, mejor que éste sea el amor. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Colaborador.<o:p></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Paul Riaño Segura </span></b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div><span lang="ES-AR" style="background: #FAFAFA; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">FICHA BIBLIOGRAFICA. Gabriel García Márquez. Del Amor y otros Demonios. Editorial. Diana, Edición. 1a<br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--></span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-82473265862227458752011-10-12T16:06:00.000-07:002011-10-12T16:11:27.463-07:00EN NOVIEMBRE LLEGA EL ARZOBISPO<a href="http://3.bp.blogspot.com/-l6pR9FlpnEE/TpYdFSZ9RYI/AAAAAAAAAs4/uVAhojmIiU0/s1600/arzobispo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-l6pR9FlpnEE/TpYdFSZ9RYI/AAAAAAAAAs4/uVAhojmIiU0/s1600/arzobispo.jpg" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 16px;"></span><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Héctor Rojas Herazo (1921-2002) pintor, periodista, poeta y escritor caribeño que recibió una cantidad de reconocimientos y premios entre los cuales destacamos el premio nacional <i>José Asunción Silva</i> en el ámbito poético y el Premio Nacional de Novela Esso, 1967, con la obra <i>En noviembre llega el arzobispo </i> de la cual trataremos de hacer una lectura.</span></div><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 16px;"><br />
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La novela se construye en medio de un mar de historias que tiene personajes con problemas existenciales y de locura, presenta mujeres sumisas frente al machismo y el conformismo de vida, además de algunos hombres con la disputa de encontrar el camino de salvación. Sólo el lector podrá descubrir si la llegada del Arzobispo puede cambiar las cosas para bien o para mal.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En noviembre llega el arzobispo </span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> se sitúa en un ambiente desolador, en medio de las calles empolvadas y tristes desde las que los personajes intentan buscar sus sueños. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Los individuos de esta novela son, en la mayoría de los casos, seres con rasgos definidos y determinados por las costumbres de la costa, con el sol como carnicero en pieles, y los animales, espejos de sus dueños. Todos expresan las inconformidades que subyacen en el pueblo en la espera del Arzobispo. Cada uno de los personajes va apareciendo y realizando sus conflictos que adquieren fuerza a lo largo de la narración.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En esta novela los rasgos de locura se manifiestan en uno de los personajes, que, intermitente, va apareciendo para explorar conflictos que se esclarecen o se enredan. Es el caso de Gerardo, quien en raptos de locura afirma: “¡<i>Leonor, Leonor, ya llegó la gran Bestia!” (pág. 7</i>). Esta actitud, un poco demencial, conlleva a que lo encuentren en medio de heces y que su mujer lo defienda: “<i>Dentro de él está Gerardo, el verdadero Gerardo” (pág. 13). </i>El verdadero Gerardo es el trabajador, el educado y buen esposo, pero él continúa en su necedad paranoica, haciendo más complicada su definición.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">De otro lado, las imágenes simbólicas que mantienen a una figura tan emblemática como es la del crucificado, llegan a despertar cierto interés en el transcurso de la novela, pues no hay conformidad con el paraíso edénico y se busca lo terrenal más que lo metafísico. Sin embargo, aun desde formas que parecen profanas, algunos intentan la salvación, lo que traerá conflictos morales al pueblo.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Otro de los puntos centrales de la obra es la política acérrima que se esconde tras las máscaras de la inocencia, y que conlleva a presenciar los conflictos de dos bandos históricos en los mandatos legislativos del lugar. Tal situación deriva hacia mundos de sangre, de guerra, de soledad, dando por fin último, la devastación de un territorio y de los sujetos. Así se advierte en uno de los pasajes de la obra, en el que “<i>La cabeza del mulato, rebotando, fue a detenerse entre los zapatos del alguacil.” </i>(Pág. 172). Esta decapitación se genera por el intento de perpetuar el poder por medio del despotismo desde el cual la única salida que se encuentra es la violencia. </span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En general, cada uno de los personajes de la obra tiene sus conflictos que se van esclareciendo en el desarrollo de la narración. Poco a poco el pueblo se va empobreciendo, y las salidas se vuelven únicas, interminables necesidades o alternativas para no sucumbir frente a su propia naturaleza. A menudo los individuos se aferran a sus más cercanas amistades, sus seres queridos; otros laceran sus rodillas en busca del perdón ajeno y personal para liberarse de este mundo, y otros, transforman sus creencias, considerando como única alternativa reflexionar, dudar y acercarse hacia sí mismo.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Finalmente, puede que el lector esclarezca las historias que subyacen en la novela y las armonice con curiosidad mientras cada personaje sufre, se interroga, se interrumpe y anhela otra vida. La pregunta final es si en medio de este ambiente de turbación y desenfreno, de locura y escepticismo ¿puede cambiar algo la llegada del arzobispo?</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">LUIS FERNANDO ABELLO<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Ficha del libro: ROJAS, HERAZO, Héctor, <i> En noviembre llega el arzobispo, </i> Editorial Oveja negra, Ltda. <o:p></o:p></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-48053000726340850122011-10-05T12:17:00.000-07:002011-10-05T12:19:09.395-07:00HISTORIAS SIN TESTIGOS<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-zLNBjbiULyM/ToytO2JDZDI/AAAAAAAAAs0/MXV0NRnfIno/s1600/Imagen.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://1.bp.blogspot.com/-zLNBjbiULyM/ToytO2JDZDI/AAAAAAAAAs0/MXV0NRnfIno/s200/Imagen.jpg" width="125" /></a><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Historias sin testigos </span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">es un libro ganador del Concurso Nacional de Cuentos Ciudad de Bogotá, categoría adultos, en el año 2002. Su autor es Juan Manuel Camargo González quien alterna la publicación de libros en su profesión –es abogado y especialista en Derecho Financiero- con obras de ficción. En este último caso, además de <i>Historias sin testigos, </i>Camargo publicó una novela en 2005 titulada <i>Las cornisas de Brezo.</i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El libro en mención (<i>Historias sin testigos) </i>contiene 9 cuentos de disímiles características, en especial en términos de extensión y temáticas, aunque cruzados por una constante estilística: el uso de un fraseo equilibrado en la medida –ni muy sintético, ni muy extenso- de un léxico que busca la precisión en el detalle, e incluso un tono poético, decantado en la utilización de algunas figuras literarias. Así, si bien es cierto todos los narradores de los cuentos son diferentes (un aficionado a los libros que encuentra un texto extraño del siglo XVII, un personaje que instala una librería y cuya esposa muere paulatinamente, el hombre que en su madurez recuerda la historia de amor del compañero más retraído del colegio, por ejemplo), la sintaxis y el léxico se mantienen constantes, sin variaciones dramáticas ni juegos experimentales que rompan con la coherencia interna del libro.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La posible monotonía que esta marca estilística pudiera tatuarle, sería evidente si el autor no se permitiera los giros en los tonos. Por ejemplo, para hablar sobre la obsesión de un personaje por un objeto, en el cuento “El anillo de Gabriela” se recurre a la ironía y al matiz carnavalesco en las escenas; contrario a él se encuentra la nota nostálgica de una voz que recuerda un pasado de amores infantiles en “Cuaderno de tinta roja”, y la narración, en clave de drama, explícita en el relato de la muerte del hijo del gamonal del pueblo, propia de un cuento titulado “Quién mató a Nicolás Moreno”. Esa pluralidad tonal le da vida a un libro que de otra forma tal vez se hubiera quedado en un estado de infinito monocordio.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Además de estas características, la tensión en la mayoría de los cuentos está bien lograda, en tanto se da espesor a los conflictos y se apuntalan cambios en la trama en los momentos indicados. Sólo dos narraciones parecen desentonar en este caso: la primera –cosa que es inconcebible para un libro de cuentos que pretenda atrapar al lector desde el principio- titulada “El parque, ese parque”, que narra la historia de un magistrado quien en sus últimos años visita cualquier parque y termina atrapado en sus recuerdos de infancia (el lugar común del viejo que se arroba en su memoria no permite el vuelo poético de la narración). La segunda, “En la infancia”, cuyos conflictos arrancan tardíamente, en medio de la maraña un poco desconcertante de personajes sin vida.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Estas excepciones no restan amenidad y profundidad a los otros cuentos que componen el libro, en cuyo interior se hallan historias de la <b>violencia sociopolítica</b> (incluida una sobre el desplazamiento forzado), el <b>amor en la adolescencia</b> (“Patricia” y “Cuaderno de tinta roja”), los delirios de personajes involucrados en el <b>mundo del arte y la literatura</b> y las <b>reminiscencias de la infancia</b>. Lo importante en varios de estos cuentos es que se logra retomar detalles de la vida de muchos seres humanos pero se trata de imprimir una mirada diferente y creativa sobre su desarrollo.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">De esta forma, por ejemplo, en “La puerta abierta” el tema del desmejoramiento paulatino en la salud de la esposa de uno de los protagonistas se mezcla al misterio frente al descabalamiento de los libros de la biblioteca de la pareja, y se decanta en un final poético en el que se cruzan la tristeza y la nostalgia, pero también la celebración del desconocimiento de la vida de la amante. Así mismo en “Patricia”, el tema del primer amor, desgarrador y fugaz, también se observa desde la síntesis de una narración en primera persona de quien ha disfrutado del sexo condimentado con el amor, en una tarde febril, pero quien al día siguiente debe despedir a la fuente de sus sensaciones porque se irá a estudiar a otro colegio.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En general, <i>Historias sin testigos </i>se deja leer de manera auspiciosa y pese a los baches –dos cuentos que tal vez hubieran sobrado- es recomendable para lectores de cualquier edad. Un acierto no sólo del autor, sino de los jurados del concurso en el que participó.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Leonardo Monroy Zuluaga</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ficha del libro: Camargo González, Juan Manuel. <i>Historias sin testigos. </i>Bogotá: Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá, 2002. <o:p></o:p></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2259656565954126952.post-13532262230278805042011-09-13T07:58:00.000-07:002011-09-13T08:00:17.413-07:00PRIMERO ESTABA EL MAR DE TOMÁS GONZÁLEZ<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-frw50nwZbW8/Tm9ultCRRXI/AAAAAAAAAss/HPg6NF8WwDk/s1600/primero+estaba+el+mar.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://1.bp.blogspot.com/-frw50nwZbW8/Tm9ultCRRXI/AAAAAAAAAss/HPg6NF8WwDk/s200/primero+estaba+el+mar.jpg" width="125" /></a><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tomás González es un escritor de Medellín que cuenta con varias novelas publicadas –algunas de ellas premiadas a nivel nacional- así como con libros de cuento. Entre las primeras están <i>Para antes del olvido </i>(1987), <i>La historia de Horacio </i>(2000) y <i>los caballitos del diablo </i>(2003) y en cuento destaca <i>El rey de Honka Monka </i>(2003)<i>. Primero estaba el mar </i>(1983) fue publicada en 2006 por editorial Norma con una extensión de 125 páginas.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En términos generales, la historia de esta novela de Tomás González es la siguiente: una pareja –J. y Elena- se traslada desde Medellín a una zona costera y casi inhóspita de Antioquia, en la que compran finca con gran parte de los ahorros que disponen. Ninguno de los dos tiene experiencia en el manejo de este tipo de negocios así que cada uno hace lo que puede para mantener a flote la inversión y, de paso, no dejar naufragar una relación labrada desde Medellín. El clima, las deudas y la voracidad de ciertas personas del lugar, los avasallan hasta doblegarlos paulatinamente.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La linealidad de este argumento tan sólo la rompe una carta que se incrusta hacia la mitad de la novela, amén de un indicio que emerge casi imperceptible en el capítulo 6, y que anticipan el final de J. El lenguaje no es experimental y los diálogos se solucionan con matices coloquiales que ubican al lector en la naturaleza de los personajes. Este armazón se complementa con la intromisión tímida y esporádica de un diario que conserva algunas de las peripecias sufridas por J.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Vista en perspectiva, la escritura de esta obra es muy convencional lo que no quiere decir que desde la sencillez no se logre profundidad en el conflicto. En gran parte de la novela se mantiene la expectación frente a las verdaderas razones que ha tenido la pareja para trasladarse a un lugar desconocido, cuyo único atractivo es un mar que, muy a pesar de los viajantes, se torna arisco en épocas de lluvias. Hacia el final se resuelve la incógnita cuando el narrador afirma sobre J que:</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 2.0cm; margin-right: 73.35pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">… la perspectiva de volver a Medellín a buscar trabajo con Ramiro o alguien como él de jefe, le ponía la carne de gallina… Tampoco le atraía mucho volver a la vida de antes de escapar al mar con la ya demasiado conocida y tal vez inevitable rutina de borracheras y cocaína en apartamentos desabridos o aparatoso rock en discotecas modernas hasta la náusea. (115-116)<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">J. y Elena se desplazan hacia la costa antioqueña para huir de la civilización. El tópico ya ha sido trabajado en Colombia en novelas como <i>La vorágine </i>de José Eustasio Rivera y <i>La nieve del Almirante </i>de Álvaro Mutis. La huída pretende alejarse de las exigencias de la vida moderna que ha fracturado al ser humano, en medio de los conflictos como el rápido paso del tiempo, el afán de lucro y la cárcel del trabajo. Sin embargo, el anhelo de un mundo no salpicado de problemas se desvanece en la vivencia de una naturaleza devoradora –como la de <i>La vorágine- </i>y de trabajadores con rasgos violentos similares a los que habitan la ciudad. La huida de la civilización en J. y Elena no es, finalmente, un paliativo.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Esta frustración es predecible, al fin y al cabo la novela moderna es el género del fracaso. Lo importante entonces no es que los dos personajes principales de <i>Primero estaba el mar </i>cumplan con el destino de la mayoría de quienes habitan el género novelístico, sino cómo logra la novela desmarcarse de los lugares comunes. Tomás González asume dos posibilidades: por un lado, personajes bien definidos – J. turbulento y bohemio, amante de la vida natural, mientras que Elena tiene un carácter hostil, en ocasiones arrogante y violento, para sólo hablar de los protagonistas-; por el otro, un tono que no cede a los extremos y que mantiene la narración en un estado de calma, afín con la experiencia vivida en zonas inhóspitas.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En el primero de los casos, hay una tendencia a conservar los detalles en las descripciones y los diálogos, para que los personajes conserven su estructura: a Elena, por ejemplo, la escuchamos desde las primeras páginas vociferando vituperios a quienes han arruinado su máquina de coser, la que eventualmente sería su única entretención en su finca. El segundo es tal vez el logro mayor: los intentos de describir una vida alejada de la civilización, y en medio de la naturaleza, me parecen un poco violentos en <i>La vorágine </i>y francamente patéticos en <i>La nieve del almirante. </i>El tono equilibrado con el que se abordan los conflictos en <i>Primero estaba el mar </i>es tal vez su mayor atractivo.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sumado a estas consideraciones se encuentran algunos temas importantes: la nostalgia por una vida sin los afanes cotidianos y la lucha por encontrar un reducto más amable (el <i>locus amenus </i>de los latinos); las difíciles relaciones de una pareja que ha vivido el paroxismo de los vicios de la ciudad; la existencia, un poco al garete, en regiones apartadas de las ciudades. <i>Primero estaba el mar </i>narra algunas de las aspiraciones de una franja de seres contemporáneos cansados de su vida urbana, febril y descompuesta, pero devorados por una naturaleza humana que, aun en regiones apartadas, deja ver sus cuchillos</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">. </span><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 18px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Leonardo Monroy Zuluaga</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 18px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ficha del libro: González, Tomás. Primero estaba el mar. Bogotá: Norma, 2006 (1983)</span></span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08994619241583744941noreply@blogger.com4